sábado, 29 de diciembre de 2018

Casas de barro


Casas de barro,
corazón de niño,
sonrisa de luz.

África palpita en un sueño despierto,
o pesadilla

de ave azul.

Vi jóvenes descalzos
que cargaban a sus espalda
la cruz del mundo,
y me daban las gracias,
vi dunas de arena; ciudades abandonadas;
cometa herido,
grito de cañones sedientos,
cascadas de la sed de dios,
ojos de poesía en hombres ciegos,
tribus cambiando maíz
por la esencia del planeta...
hallazgo,
y cuatro personas que diferentes,
fueron destello de bondad.

Ardían las estrellas fugaces
en atardecer sin fin,
tenemos los relojes,
pero los africanos tienen el tiempo,
tenemos los objetos
pero los africanos tienen el nombre de las cosas,
y en un viaje,
las venas del hombre antiguo
fue explorar el desierto
con ojos que abrieron
la respuesta de mil batallas.

Casas de barro,
corazón de niño,

sonrisa de luz.

Princesa Himba


No sé muy bien
cómo te llamarías en mi mundo,
ese de facturas, tráfico, ansiedad,
solo sé princesa himba
de ojos abiertos,
de pupilas de ceniza,
volcán de la edad primera de la luz,
que guardo aunque no lo sepas,
el palpito de ti, de tu pueblo digno,
frágil,
inquebrantable,
en la maldita contradicción
de aviones que me dan comida y mantas.

En una calle de Madrid nadie responde,
lo bello es lo simple,
y la simpleza de lo complejo
mi realidad,
tu piel sería nuestra fuga
entre globos, ollas vacías, cabañas dignas
y un paraíso lejano.

Princesa himba.




No sé nada de ti


Hace demasiado tiempo
que no sé de ti,
la muerte tiene guantes de seda,
y aunque te espero,
y a pesar de que no vengas,
cielos sin estrellas
me hablan de lo que dejaste en mí.

Te podrán decir
que he sufrido,
pero nunca que cambié,
sigo dibujando tu rostro
en la arena del tiempo.
Mientras te miro se acaba lo que no tengo,
todas las lunas huérfanas me hablan
de lo que perdí.

Como un anuncio
de la tristeza que no es real,
como el afán del vacío...
como la soledad,
hace demasiado tiempo que no sé nada de ti,
este ave tiene alas abiertas,
espejos rotos
y la fe del olvido
da presagio a aquello que nunca fue
ni será.

Tú besarás, vomitarás sangrantes venas,
fiera noche,
madrugada sin mayor alma
que lo que no nos corresponde
una navidades apagadas,
estrella sin luz,
que da cobijo a nuestras espaldas,

hace tiempo que no sé de ti.


Ya no hay vuelta atrás


Ya no hay vuelta atrás,
ama a otro,
puedes marcharte,
las cortinas blancas
se confunden con la luz.
El daño está hecho,
recordarás por siempre
mi mirada de sonrisa triste.

No vale la pena,
retrocede,
y quítate el despojo del recuerdo,
como astillas
en un hoguera de fuego fatuo,
caballeros besarán con temor
la primera vez,
para luego (puede ser)
dar ordenes a tu alma.
Mi patria es el mundo,
dios sabe que probar el agua salada
de la otra orilla
hizo de mí
corsario de soñarte en el silencio.

Ya no hay vuelta atrás.
quédate en otras piernas,
desordena cajones,
qué decir...
llama a números desconocidos
que te aúllan,
el pájaro de la libertad
mira triste y enfurecido
a la paz que anhelo,
esa que sé bien
se deposita
en tus parpados.


Cuando llegué a la ciudad


Cuando llegué a la ciudad los fantasmas barruntaban olvido. Pieles rojas y ordenadores chirriando. Cuando llegué a la ciudad mi sueño era crecer y la noche balanceaba la mano del quién sabe. Cuando llegué a la ciudad todo era mandato y nadie obedecía sus propias órdenes, la ciudad era maremoto de antorchas hirientes, mujeres desnudas que santiguaban el riptus del pesar eterno.
Cuando llegué a la ciudad la soledad era cada compañía, ambientada en escenarios de ambición, enfermedad, llegué con una rosa cortada en la tempestad; se abrió la puerta mientras ella se fue con alguien, muy parecido a su miedo.

Tenía 18, y el mundo era mío, tanto que la tierra no asimilaba tanto desprecio por mi parte, llegué encendido, morí con una llama en la frente y voces de coral me dieron la extremaunción para crecer o para romper el cordón dorado de cada terremoto mío.

La ciudad era un embrión de pies tullidos que daba de mamar a otra gente sedienta, llegué con una pajarita de papel y un libro color de mis pestañas en el bolsillo, y ella (perdón por reincidir) se fue a tierra soñada, dejando el delta de su sexo como la promesa épica del desaparecido deseo.
Deseo que no desvanece, llegué facturando metales en cada aeropuerto, gritando enardecido por tormentos de oscuridad, con pavor pero temblando febrilmente y cada golondrino que salpullía el vientre de la razón removían una ciudad de rosales y cristal, de edredón plateado, de cercenada realeza en cada momento sin nadie, con todo, terriblemente libre.




viernes, 28 de diciembre de 2018

Gasolinera


De paso en gasolineras,
camareras de tréboles afilados
hacen de cada espera 
el despertar de ave que se desvanece
mientras besan.

Sórdidas mesas, 
ketchup desparramado, 
ventanas como rendijas, 
muerte de la noche
a cada trago.

Asisten a la estación de paso, 
muchachos sin dientes que rezan, 
sargentos que ordenan ejércitos invisibles, 
y cada vez de nuevo, se pierde
un sueño de primavera.
El sol eclipsó la luna
y la luna apagó cada estrella.




Realidad


Se levanta la luz
cuando despiertas
del sueño de estar dormida
en esta realidad.


Mi infancia


Mi infancia fue
una sucesión de trenes
 a punto de descarrilar,
espejos rotos usados,
linterna buscando vida
como la luz apagada de la luna.

Mi juventud fue anecdotario
de imposibles
y entelequias que iban tomando forma,
como lo inefable de un suspiro.

Castigo de amar el mundo
y tu beso, el miedo
como plaga de ese castigo.

Mi vida hoy es el azúcar y la sal.
Desdén de tu abrazo.

Mi infancia fue
una sucesión de trenes
 a punto de descarrilar,
espejos rotos usados,
linterna buscando vida
como la luz apagada del sol.



Corazón abierto


Cuesta mucho desprenderse
de una coraza,
corazón abierto a la tempestad,
suicidas que mueren
como poetas,
clavos en el alma,
dolor de muelas,
que apuntalan el sufrimiento,
de no saber cómo ni cuándo llegar
a tus latidos de coral helado,
de tesoro maltrecho por el dolor,
de una chica que recita versos
que se pregunta el por qué
de tanta distancia
y el tumulto de la sinrazón.


Estatua de sal


Frente una estatua de sal
en Riga,
años después se volvieron a encontrar,
él tal vez cansado,
ella con la misma sonrisa
(hay cosas que el mundo
no cambia a pesar del vendaval)

-De algo te conozco-murmuró él.
Ella contestó con los versos
de esta postal,
y en Namibia el destino
ató el zapato al tiempo 
aunque el resto del mundo
siga bailando
triste y ajeno en su soledad.


Luchadora de paz


No te conozco
y eres parte de mi medio latido,
princesa guerrera de sol,
de cada estación de metro de Madrid.

Te temo y me acerco
como hoguera encendida,
como brecha del universo
en cada puño cerrado tuyo
que reclama al mundo paz,
y me obliga a preguntarte
con anhelo,

quién eres, guerrera?

Globos


La risa de un niño era la ilusión
de tener un globo,

y de aire de los sueños
la dulzura
latía en plena cruda y real
infancia.


En África


Los niños juegan,
ríen,
hipnotizan la desolación
del tiempo.


Sol


La pobreza no es tu raza,
tu raza

es el sol.


Mujer valiente


Niña valiente,
indígena en pie,
mujer valiente.

Pisada que quiebra el dolor,
y canta una nana a su hermano,
poco menor que ella.

Mujer valiente,
niña en pie,
color en tu alma
de la verdad del mundo.

El fulgor de tu piel morena,
la bravura de tus ojos negros,
inocencia que no rompen
tus muñecas
por el roble de la vida,
latido sin piedad
en la orfandad del cielo.

Niña valiente,
indígena en pie,
mujer valiente.

No tener nada
y tenerlo todo
al mismo tiempo.







Corsario de fuego


Haciéndose daño,
el amor apunta a la sien,
reto que repta
por un mundo
dando la vuelta a la luna,
ojos que son lunares
en el alma febril
de las despedidas.

Hay un viaje en el vientre
de mil laberintos,
tránsito recostado del hombro
de los imposibles,
palpito de un corsario de fuego.

Haciéndose daño,
el amor apunta al olvido,
quienes quieren todo
nada dan,
vale más el beso del traidor
que el corazón hecho añicos
de un niño
que jura devoción al cielo
y el cielo le condena en soledad.

Hay un viaje en el vientre
de mil laberintos,
tránsito recostado del hombro
de los imposibles,
palpito de un corsario de fuego.


Terciopelo del desierto


Terciopelo del desierto,
librería vacía en el corazón,
lluvia tras el arco iris de tu boca,
ojos como ventanas
que da al sueño que un día,
soñé yo.

Emperatriz desposeída,
tan de nadie como de quién te bese,
la verdades se visten de mentiras,
cicatriz en el alma
por leer en plena madrugada
el frío de tus labios,
borrachera de viernes.

Verdad que tropieza
en un mundo
no hecho para el amor,
que se da de bruces
con el alma negra
de cada sol naciente.



No diga nada


Aunque no te diga nada,
te pienso,
estoy aquí.

Escribiendo como los poetas
que murieron pero sus manos
aun alzan el pincel,
diseccionando en momentos,
sueños cíclicos,
preguntándome sin cansancio
por qué el dragón me vino a visitar,

mas sin intuir que era yo mismo
el rostro de la muerte.

Aunque no te diga nada,
estoy aquí,
como mil sentimientos
sin cara,
don o castigo,
caridad de diablo,
sin piedad de dios,
volcán lleno de vida
que rebasó el mar
de la consciencia.

Aunque no te diga nada
mis alas se cortaron
pero sigo volando
a ras de edificios,
huérfanos como yo,
a ras de horizontes
en mi afán de tenerte delante
y que por fin,

no te desvanezcas.

Aunque no te diga nada.




Cómo decirlo?


A menudo el amor
es la coraza del tiempo;
Cómo decirlo?
Suele pasar que dos personas
cuando se miran a los ojos,
se preguntan sin palabras,
desde dónde ruge el vendaval
de lo que queda aun por decir.

Ese atardecer rojo
como la oscura escena
de la dulce amante
que se funde con el vientre del sol
era la duda de si el amor
tiene sentido,
de si la vida tiene sentido,
somos marionetas opacas
llenas de luz,
contradicción de tus besos
veneno que da vida,
miel que se desliza
en un "para siempre".

A menudo el amor
es la coraza del tiempo;
Cómo decirlo?


El misterio de las olas


El tiempo hizo de ti,
el misterio de las olas,
la añoranza de luna,
inocencia que se murió
por el camino,
puerto de anclaje infinito,
labios de diamante roto,
de orfandad de rencor llena,
deriva de Imperios en los pies
del viajero
donde atracó el sin fin del mundo.




lunes, 24 de diciembre de 2018

África


Garras de la sabana
que arrastran la leyenda del tiempo,
colores verde y marrón
se alzan en colinas
con el ulular de ave nómada
entre casas de adobe y chapa.

Grito de África,
belleza eterna y efímera
por el transcurso de un río
en la huella de los aborígenes
del mundo.

Desierto de piedra, de mar,
infinito en la palma de la mano,
camino de regreso de león
que busca ser libre.

África sonrisa de niño
que el olvido le hizo hombre
y juega,

que sintió el dolor y cura

que no tiene nada
y todo te da.


domingo, 23 de diciembre de 2018

A pesar


La muerte no es más
que una oportunidad
para los cantos de las sirenas.

Hace frío y se encienden
las luces de la vida.
Ríe torpemente quién desafió
al destino,
y aunque el porvenir nos depare vacío,
y pese a que las dunas de tiempo
sean como tu cuerpo
al despertar.

Seré breve.
No te olvido.


miércoles, 19 de diciembre de 2018

Antes de ser rechazado


Antes de ser rechazado,
os rechazo,
loco no, mago con chistera,
pronto se te inundarán
las arrugas en piel y alma,
y dudes de quién duerme
a tu lado.
Sigue soñando con mis fotos,
mi sonrisa no tiene bandera.

Antes de ser rechazado...


Astro violeta

A Laura Luelmo, seguimos en la lucha.

Persiguiendo un astro violeta,
se fundió tu luz,
el demonio afiló sus llamas,
corriendo veniste, corriendo te alcanzó,
siente en lo alto y tan cerca
que hay cada vez más voces
en plena guerra
y que Ni una menos,
tengan que caer del derecho
por sentirse libre.

No se puede vivir con miedo
no es justo,
la madre tierra grita,
mujer que rompe cadenas,
llena las calle!
sangre silenciosa,
aguijón que debe de salir,
frente a aquellos que
el mundo coronó
como príncipes bastardos.

Sus iras por gobiernar corazones
no eclipsarán a los que los cuidan.

Acosadas de intolerancia,
luciérnagas circulares,
mientras todos miran, nadie ve,
Viva nos queremos,
volverá, Laura,
palpitando entre tantos
hombres y mujeres buenos
cansados de llorar,
de esperar,
de luchar
de preguntarse;

¿Cuántas más?


martes, 18 de diciembre de 2018

No responde


En la esquina rota del olvido,
ella saca un papel y fuma,
mira al horizonte,
se pierde en un suspiro.
Le dijeron que la vida era así
y desde pequeña tuvo que aceptar
las normas marcadas.

Dónde se pierden los límites,
se expande la razón.
Ella muere cada día,
y en la pintura azul de una tiza
dibuja lo que queda de su corazón.

Los gritos secuestran los sueños,
ella es poesía y en poesía se funde,
abre la magia y cierra un secreto,
su país abarca fronteras
pero todo esconde.

Ella es amor de bar,
cobarde, torpe, valiente,

ella llora al besar
y duerme con el sol de las despedidas.

Ella es lucha
y es paz duermevela
en grito cansado que te mira y no responde.




sábado, 3 de noviembre de 2018

Paz


La noche no ahogó a duras penas los llantos del marinero. Allí donde se esconde el vértice de la luna, el secreto de haber vivido al otro lado. Saber que los labios malva de la muerte besan sin piedad.
Todos somos supervivientes.

Víctimas y rehenes de querer ser libres. De no haber entendido bien aquella mirada, las manchas invisibles del cielo.
Huir, paz, escape.



martes, 30 de octubre de 2018

Cuéntame


Cuéntame
como acaba el edén maldito
que es estar
preso en ti,
de que el amor sea salvación y castigo,
de que desear, cuenta,
sea la eterna penitencia
de la que ya no podemos escapar.

Cuenta la historia del nunca fue,
del ojalá,
de que no exista la felicidad
para luego construirla,
como soy solo ruina,
de una épica imaginación
que se alza sin aliento.

Y en acordes vivos muere el futuro,
tan difícil es vivir sin ideal
que necesitamos esa parte de fantasía
o locura,
para enraizar la luz de luna;
cuenta como vuelve el amor
antes de que la muerte
vaya a rondar nuestro nido,
dime que no todo está perdido.
Brilla el sol y llueve
un beso nos delata la razón
del por qué.

Spinoza dijo que dios eras tú,
y por una vida humilde
se edifican las más excelsas catedrales,
cuéntame la historia
de los que perdieron,
la batalla en aquel siglo maldito,
de los que nacen en el tiempo equivocado,
y todo es nada
y a pesar de tanta nada. Seguimos.


Tinta roja


Persiguiendo la tinta roja
en el cuaderno de lo que acaba,
intuyendo mariposas por tejer hilos
en el basto cielo
de tu mirada,
ser y no ser,
lucífuga estrella de querer parar
(y la vida no para)
de querer echar raíces
y todos miren el abismo
de llenarse de mentiras
para adornar una guadaña.

Ahora que todo es fugaz
como el roto invisible del universo,
como Sísifo inalcanzable,
como Troya en llamas,
me ves y no miras nada,
te tengo en la mente
y tan solo abrazo palabras.




Cuentos


De tantos cuentos que me sé,
no recuerdo el que cuenta atrás
para que vuelvas,
los boleros de amor lloran sin piedad,
y yo transitando en este ojalá
repleto de flechazos antipersona,
no recuerdo la cuenta atrás para que
vuelvas.

Vida muerta en cada espejismo de realidad,
ritmo de una guitarra huérfana,

repliegue de luz que ciega
por ser tan clara
a todo cuanto viene y se va,
el camino se hace solo
aunque apabullen los rencores en este amanecer de luna.




Serás


Serás un ahora
que nunca acaba,
el remanso de nostalgia
de las horas que llegarán,
delicadez de pintor
en tierra abandonada,
la guerra sin tregua,

el qué dirán.

Será que te tengo
y no,
que deseo tu latido
como principio del final,
que hace sol y tengo frío,
que nos puede la tristeza
y mañana nada nos quedará.

Serás de un barrio maldito,
al borde de mi locura,
te habrás criado entre nichos,
flor hermosa
que emergió de la basura,
y nos quedará poco mañana,
cordón mal amarrado
de la infancia,
baile sin sentido de la vida,
cólera en tierra de fuego
apagada.




Alquitrán


A menudo
las alas rotas también vuelan,
azar de los dioses,
el nido de las golondrinas
que aprendieron a no regresar,
a menudo
llueve sobre mojado en una vela
y los días responden
con siglos de abismo y soledad.

Porque a veces,
el tiempo no entiende
y todo acaba,
porque a menudo
la luna responde
con las cartas marcadas,
y anclados
en el puerto de la ansiedad,
los veleros vacilan por la marea,
dejando manchas de tristeza
tras unos ojos
color de alquitrán.




Somos


Somos divinos o animales,
somos cuerpo o alma,
somos víctimas o culpables,
somos remanso de paz o
Dubrovnik en llamas,

somos un libro prohibido o
abecedario de dios,
somos la flecha sin destino
que envenena gota a gota
la razón.

Somos belleza o dante,
somos castigo o piedad,
somos amor levitando amor,
somos venganza por no saber
perdonar,

somos una persona
que nos marcó a fuego,
somos el viento de Levante
que recorre la costa de la vida,

somos desafío, humildad,
somos sonrisa, desdén,.
somos Judas en la última cena
o la mente que vuela y regresa
para volver a ser.



El amor no existe


Te cuento en este café
que el amor no existe,
la vida es visión de un dios loco,
carne sedienta para los verdugos,
te digo en este paraje extraño,
que el amor no existe.

Te contaría el eclipse de nubes de mis ojos,
pero no, prefiero que no,
la poesía más que enamorar, mata,
alma de cometa rojo
en oídos infectados de verdad.

Te cuento que el amor,
no existe.

Mañana,
sombra fugaz de profundidad eterna,
elixir hambriento,
martillearán nuestras pupilas
el eco del cielo,
no existe ni el odio,
no existe el amor,
somos solo salvajes domesticados,
cuna de quién nombró todo lo perdido.

Y tienen hambre.


Éramos


Yo era una brisa perdida
en el roto de tu voz,
tú la eterna promesa
en cada luna de noches ahogadas
en sexo, drogas y rock and roll.

Yo era un tio vivo
extasiado, a veces más muerto
de lo que aparento,
tú la bendita salvación de las brujas
que acaban vomitando el final
de los cuentos.

Yo era un café solo
en la mañana sin más compañía que tu ausencia,
tú sabias del dolor
como el amor que odio,
como esta breve e infinita espera.

Yo era la sombra de las aceras
a las horas
en las que los barrenderos limpian la madrugada.
Tú pasar dos veces por la misma casualidad,
cuando nos besábamos sacándole la lengua
a lo que acaba.

Tú, en cambio,
eras la verdad que siempre miente,
el estrés del sol
cada madrugada,
las sábanas en la cama caliente,
frío al despertar al sueño del alba.


Balcanes


Fuego y yaga herida,
Balcanes de batalla,
tus labios son un puente a la deriva,
en el olvido de sangre pétrea
de mi corazón.


sábado, 13 de octubre de 2018

Constelaciones


Viajo de luna en luna
muriendo en tu regazo,
estrella que no alumbra,
planeta aun no explorado,
viajo de luna en luna
y se moldea la estatua
de tus frías manos
al palpar
el fuego de los astros.

Tengo una estrella en el caos, 
que da sentido
a mi pasos, 
dame luz con tus sueños, 
y perdido en lo que no tengo, 
te escribiré todo
lo que habré callado.

Viajo de sol en sol, 
eclipse del color de tus ojos, 
y como un Universo encendido, 
doy ganado lo perdido,
para que en cada nueva aurora
se arremolinen
nuestros labios.

Viajo por el Universo
al resucitar y morir de dolor,
superviviente del cosmos,
por los rayos de luz
que bailan en tu ombligo
de naciente
constelación.

De naciente constelación.


Vida


En este juego que es la vida,
no tenemos mayor amor
que uno mismo,
para compartirlo con los demás,
no tenemos más dios
que uno mismo,
para entender a dios,
sin mayor acto de no egoísmo
que sentir la libertad propia
acompañando el alma ajena.

En este mundo de espejismos
que atraen demonios,
hay música rompiendo
los mimbres del honor y el decoro,
para sentir humildad
de quien vaga por la estepa dolorida,
de quien sueña sin nada
pero más rico
que lo que pueda tener el avaro
en su vida,
en esta existencia del todo vale,
los sueños son

estaciones prohibidas.




lunes, 8 de octubre de 2018

Ahogado


De vivir tantas veces al otro lado,
soy solo sombra en el camino,
observador que muere
como un delfín varado
en las orillas secas
del desierto del olvido.

De vivir tan lejos de la gente
soy pureza que de tan pura,
se vuelve tóxica,
ritmo de un latido
de besos ahogados.


domingo, 7 de octubre de 2018

Renacer


Arenas movedizas,
banderas rotas,
hoteles de carretera
y en mitad de un beso,
estas ganas de partir
allá donde
quemábamos los pasaportes
en una hoguera.

Nieve que no llegó
a cuajar en mi garganta,
pájaro sin alas ni nido,
cien formas de encender
la luz
y mil formas de no entender
el arcoíris.

Sangre de jinete ahogado,
venas como cordones de ceniza,
violencia inmóvil
en la cuna del olvido,
balanceo de no saber
cómo empezar,
ni cuándo poder renacer.





Manos de estatua


Ella tiene los ojos apoyados
en aquella fotografía,
han pasado muchos años.

Ha arrasado una guerra de amor
haciéndose daño
por no saber decir que no,
como almas resignadas
de las tristezas
de no entenderse.

Él besa el rastrojo de una bruma,
y recuerda los ojos azules de ella
como chispas de un mechero
que se balanceaba al ritmo
de una balada de Fito
en medio de un concierto.

En la isla de la tristeza nadie debería
de saberlo.
(Ojos que buscaban amor
y se perdieron en el ruido)

Ella supo que la vida
se resume en un mismo final
para diferentes principios,
sin mayor principio del casi todo vale,
recuerda la belleza de la juventud
que se va,
y él desde tierra extraña
dibuja garabatos invisibles
entre las piedras del río del exilio.

Y se extrañaban como cuando la vida
era para siempre,
sus labios sabían a nísperos y uva en verano;
él caminará hacia atrás
por la senda del corazón,
ella sola en una sala,
estará tejiendo eternas colchas
con las que guarecerse del frío,
en un otoño baldío,
amantes de espejos rotos
del amor.






Ha pasado el tiempo pero sigues tan linda


Ha pasado el tiempo,
pero sigues tan linda como siempre, 
ángeles impidieron que se rompa
nuestra imagen tras el espejo.

Todos tenemos cicatrices imborrables, 
estás más linda que nunca 
y yo tan torpe como siempre.

Ha pasado el tiempo, 
y no sé bien cómo contarte, 
escribo en cada bar,
me emborracho de ausencia,
qué decirte, ojos de brisa prohibida, 
las primeras canas nos delatan
que tal vez 
la poesía debió ser la única locura 
que merecería 
ser escuchada.

Estás tan linda, qué decir, 
querubines no desaparecieron de tus mejillas, 
que suplican no recordar la noche de ayer, 
sonrisa cansada, 
miedo de ver cómo mis ganas de llegar
más allá, 
convierten la temeridad en valor, 
para pedirte disculpas
y delatarme,
 
estás más linda que nunca.




El mañana del ayer


Si quieres te enseño las heridas,
pero nadie me quitará la idea
de que valió la pena vivir;
sentir la brisa positiva,
energía que vuela
de la tempestad
a la calma,
para renacer del que fui.

La vida es una cicatriz que sanó
pero ahí queda,
nadie dijo que no estemos de paso,
y si mientras camino tropiezo
con tus labios,
remolino de emociones brotan
en los poros de la piel.

Puede que viva de espejismos
e ilusiones vanas,
no tan lejanas a las tuyas,
tal vez,
si quieres te enseño las heridas,
para confesarte que el tiempo
vuelve,
y la muerte no existe
porque todo es oscilación de vidas,
durante las noches
en las que te esperé.




Tu canción


A lomos de un corcel herido,
requiebro y aguijón
por la ballesta insana
del amor,
claudicante tiempo que pasa
en este paso de ti frente mi desvelo,
no sé si fuiste verdad
o un dardo en la diana
de quienes sin rezo ni cariño,
sienten ángeles que todo lo perdonan,
menos los rastrojos de corazones
rotos
con los que desafinando canto

tu canción.



Con las luces del pasado


Con las luces del pasado,
la vida se tienta a oscuras,
han sido demasiados los palos a esta edad
de no merecer-los.

Se abrazan a las cárceles,
mientras yo, bailo,
bebiendo del licor de la bohemia,
y el desamor a cada trago
como analgésico de causar pena,
envidia a mitad
del duelo con quebranto
cuando Quijote ve gigantes
en cada peregrino enamorado.

Con las luces del pasado
se ven borrascosas salidas
y son demasiadas las almas solas
con las que alimentar mi inspiración,
choque de peones
en escribir oro del fango,
cruce de espadas
en cada lunar de tu espalda
que llevan mi nombre antes
de haberlos besado yo.

Con las sombras del futuro,
diseña un pergamino
mi ensoñación,
porque solo se hace realidad de lo que crea,
y entre crear y creer,
levanto una bandera
a orilla de tus senos,
dunas de arena y piel
como medias lunas
para las manos del trovador.

Con las luces del pasado.


Ven


Te levantas
como el rosal que trepa hacia lo perfecto
y va perdiendo perfume;
abandónale a él,
cuando no hay más salida
que sus celos y mentiras,
y ven,
ven a romper el hielo de la madrugada,
a hacer polvos
de estrella la rutina,
ensúciate las manos de poesía,
para sujetar los muros
como himnos incandescentes
de esta sucia ciudad.

Te mojas los dedos en café con leche,
vas al trabajo,
se desgranan amistades,
y él es la promesa que se desvanece
en una conformista realidad,
tan cierta que a la certeza cansa.
Rompes tus huesos con la cruz
de las Santas que no aguantan
y miran alrededor con menos gloria
y más pena,
flor del amor estable,
sirena que se ahoga en un estanque, 
ven a mí,
cuando tus días y días y días
te hagan ser una caricatura de ti misma.

Ven.




El enemigo


El enemigo no es el mal,
ni el odio,
el enemigo es el miedo,
miedo a no levantarse
una vez más,
a ser comparsa,
arrodillarse y no gritar,

hijos del pánico acuartelado.

El enemigo no es el mal, ni el odio,
el enemigo es el miedo.






Sociedad enferma


En una sociedad enferma,
suspiro de amor empapan los cristales
de cualquier avión,
que van destino a tus labios manchados
por la gota de mercurio
en la tempera febril
que nunca supe descifrar.

Donde la locura son los sueños
que tiene el hombre despierto,
la soledad enferma al paso de una sociedad
que calla todo lo que soñó,
tapándote la boca al tragar apariencia
cuando nunca aparecen
más fantasmas en la lumbre
que verlo todo tan asquerosamente claro.

Y puede que yo no sea ejemplo de nada,
teniendo todo, perdí la razón,
cuando los que se devoran
enarbolan quijadas al buen postor,
para que sienta bastante pena,
por los que sintieron pena por mí.

Esta sociedad enferma,
cíclica, acuartelada,
no pide víctimas, solo rehenes,
que tengan la piel color
aceituna y tu pelo negro,
lluvia acida de mi cielo,
diosa de los mendigos de la Verdad,
jornalera sin manifiesto
que construye la pirámide de Babel
de lenguas que te veneraron
en sueños furtivos.

Soy caracola sin más cola que cara,
perfume fétido de la muerte eterna
que no llega,
soy tu impaciencia esperando al amor,
soy tu eres cansado de ser como soy,
y esta madrugada parece nunca acabar,
en una sociedad enferma
que por enfermar
ya coloniza las almas en los residuos
del pecado,
cuando el amor es un sucio juguete
que baila entre dos.


Días


Por los días que sé que llegarán,
iluminando la estela apagada de este suspiro,
caminante no hay más camino que el azar,
de jugar a ser quien responde
lo que quisiera antes haber entendido.

Nostalgia de un ayer que no llega,
tesón colonizando incertezas,
cuando muere la muerte
el día de después,
y los espejos rompen el sortilegio
de tu belleza.

Por los días que sé que llegarán,
se rompen abrazos y el amor espera
días de dolor que mana
tras la mentira insana
de vomitar en pleno beso,
con tanta pena.


domingo, 30 de septiembre de 2018

La luna tiene manos de mujer


Cargando la luz de abandono, 
de la resignación buscada,
de la bohemia que no sabe donde existir,
cargando a lomos las heridas de perro
de un sueño
que corta como el filo agudo de la madrugada, 
soy, 
el sol que sabe y es preso de
que la luna
tenga manos de mujer, 
la última flor del rechazo, 
soy, 
cuartada de un arrebol ceniciento, 
de la muerte de las hadas, 
un poema sin patria ni dueño
directo

a tu corazón.




domingo, 23 de septiembre de 2018

viernes, 21 de septiembre de 2018

Valencia


Valencia,
vuela la poesía del viento,
cuando nace entre Albuferas
y naranjos
la luz del atardecer
en tu cielo.

Valencia,
ciudad de mis días,
venas de asfalto y arena
con las que me visto,
arte de palmeras y alegría,
luna de las noches
en las que te vivo.

Mediterránea brisa
de Mercados y fartons,
de paella y barraca,
de cañas y barro;
de arroz,
la Malvarrosa tiñe de violeta
la playa,
si desde el Carmen,
pinta con arte los sueños
un soñador.

Valencia,
ciudad de poblados pesqueros,
de Blasco Ibáñez,
de Martorell,
vuela un pájaro celeste,
desde mi balcón,
cuando todo lo que sé
lo aprendí en tus calles,
y todo lo que olvido
lo recuerda mi amor.

Llengua de Estellés,
rincón de Fallas y azahar,
en lo alto del Miguelete
se para el tiempo
tras cada verano
si por la brecha del río Turia
acunada queda la historia
dormida en los muro
de las Torres de Serrano.

Valencia,
huerta en domingo,
Ruzafa, Cabañal, Benimaclet,
barca a la deriva
a orillas de la ciudad
en la que sigo perdido,
pasos errantes
de cada partida
que lleva tu nombre
en mi piel.


Valencia.


Cada viaje


Y amar el mundo como vela que no se apaga, 
como oro en cada esquina donde las prostitutas rezan, 
donde se enamora el perdido errante
que siempre vuelve a empezar, 
que buscando solo encuentra, 
camino y viento allende los mares.

Viaje que enarbola la mente, y toca el fuego
de banderas sin patria ni condado,
pasaporte en las dunas del tiempo, 
nubes que despegan como aviones
alrededor de la paz.

Amar el mundo y viajar sobre el corcel que ronda
el fin de los principios, 
la luna blanca entona el aria de la luz acuartelada 
que rompe ballestas 
de una aventura en cada viaje, 
amar el mundo y descorrer el velo, 
de la desilusión.

Poesía en la boca de quien no sabe hablar,
ciudades que son barro, que son cordones de dios,
palpita la lumbre de quien caminando sueña
con un mundo más justo, 
con tu mundo en mí, amor.



lunes, 17 de septiembre de 2018

El pueblo


Las torres e iglesias protegen el aire envalentonado por caballos blancos que cabalgan el sendero que va al pueblo.
Flores abiertas y empedradas calles dejan divisar los tejados irregulares en un remanso de casas que caen y se desgranan por el valle arbolado.
Aldea de músicos los domingos de mañana, mercado de hierbabuena, miel y leche, olor a lavanda y almendras transitan las acequias. Los girasoles a lo lejos alumbran un atardecer con el bálsamo canela en el cielo y rosadas nubes juegan gráciles a empujar a los gorriones en sus nidos.
Llega la noche. Duerme el pueblo. Los lugareños ocupan las tabernas al calor del vino y el queso curado.
Los viejos del lugar cuentan que cada mañana renace la magia en las venas peregrinas del pueblo.




Volver


Desentrañar las entrañas del alma,
volver a empezar,
desandar los caminos errados,
volver.

Saber que pocos estuvieron allí,
muchos solo cobardía,
nadie me dejará de convencer
que no estuvo bien el abandono,
tan al amparo de lo
infinito.

Volver insistiendo
que no debo pronunciar las cuatro letras;
amor, loco, dios,

si sientes alas de ángel,
no hay nada que temer,
solo sentir
(volver
a
sentir)
el pasado no existe
en almas que se van depurando
de la ceguera de lo diáfano
de tanta
luz.


Mundo mejor


Los gigantes caen
en un maremagnum
de paz muerta,
ancla en la garganta del barítono.
Los gigantes residen invisibles
en ciudades de hojalata y arena,
pero una multitud de gente
que solo quiere ser,
embarazan senderos
de un mundo mejor.

Se reza a la no codicia,
indiferencia pacifica de mariposa,
ladrido atado al perro,
usufructo sobre el sumiso.

Pero la tierra suele ser
un campo de minas
en  traicionar al amante
que habita tras el espejo,
moral del viajero que encuentra,
huida del trovador cansado,
herida en el alma muerta,
gramo de aire que anhela
quien grita un mundo mejor.




Dama de fuego


Dama de fuego
con manos frías,
brújula de paz
en las orillas de la luna,
jilguero por la cabeza,
que aúlla al amor
mal entendido,

dama de frío
con manos de fuego.

Rosa renaciente
de cuerpos apagados,
escaparates rotos,
ciudades de molinos y llanuras
te piensan,
pellizco de ansiedad
en la bruma del desconsuelo
urgente.

Dama del frío
con manos de fuego.

Atardecer lento
en la estocada del unicornio,
quijada y costilla
o vértebra alada de ángel,
canto persistente
en urbe de metal y humo.

Dama del frío
con manos de fuego.
Sin tenerte, ni esperar
con esperanza, busco
el elixir de galaxia
que te habita en la palma
de la mano,
pues no seremos ambos, ya tal vez,
la mitad de la penitencia
llamada Amor.

A ti te olvido y recuerdo
en esta letanía,
cuando lo vivido
se recuerda más
de lo que se vive,
princesa decapitada
y reencarnada,
luciérnaga que vomita.

A ti te hice lava,
mientras a mí
me hice ceniza.


El mundo y su razón


El mundo te rompe en pedazos
y tú eres la razón
de quien sueña con enlazar
esos trozos maltrechos.

El mundo es una diana,
tórtola malherida del árbol,
y tú,
compañero,
arrebatas al viento
la canción de quien no se cansó
de luchar.

El mundo es una quimera
de cristales rotos,
y tú,
lazo invisible de causas que se sueñan,
parte eres de dos amarres
de un vendaval.




domingo, 16 de septiembre de 2018

Nunca lo sabrás


Lo que ignora el tiempo;
niños de arrugas eternas,
comisura de sueños en tu boca,
cerrojo de infinito,
edad adulta del cielo que en manos
llenas de espigas
no deja de adolecer.
El tiempo no sabe cómo cambiar el mundo
con este tatuaje indeleble de lo perdido,
siendo la maltrecha luz de las horas
nuestra oscuridad.

Leo nubes de lluvia,
y tú nunca lo sabrás,
escribo tu cuerpo
en mil páginas vacías
y tú nunca lo sabrás.

Lo que ignora el tiempo,
flores silvestres entrelazadas,
madejas de lunas
asentadas sobre el helado horizonte
de la multitud.
(Nunca me sabrás)

Tú nunca sabrás
que la muerte enebra
en la locura
espigas temblorosas,
pero queda un volver
que nunca intuirás
en este pliego de luminarias.

Nunca te hablarán de lo perdido,
nunca te dirán que el mundo
está encorsetado
en un te quiero perpetuo,
nunca sabrás que te deseo
como la aurora tintineante de azul,
porque lo que ignora el tiempo.
Nunca,
tú nunca lo sabrás.



miércoles, 5 de septiembre de 2018

Tiempo


Las horas que pasan en la noche
son un cuchillo en la mantequilla,
el pitido de un navío triste en el Mar del Norte,
las horas pensando en ti
son la muerte del tiempo
en la arena de los relojes,
el pan sin aceite, fuego sin brasas,
la luna con sueños obligada a despertar.
Las horas que se desvalecen
son un tumulto de ruinas
entre mares de personas,
es el sin rumbo de la brújula;
el tiempo no existe pero existen los despertadores.

Las horas sin ti,
remanso azul en playa contaminada,
toro herido,
mancha de pus en el vientre de una nube,
arrebato de cantaora sin su pareja de cante,
horas como guillotina de lo incierto,
como ceniza en el corazón abierto del muerto,
ciego que es luz,
anestesia de un domingo en pleno orgasmo,
cicatriz de las tormentas que preñaron a las ballenas,
nacimiento de una civilización
y tú, en la esquina del bus,
sin inmutarte por mi ruego.

Las horas pasan como trenes,
como condones rotos que explotan
como la pena de los conductores de tranvía,
como el secreto de la escritura,
como el remedio de la amargura,
como el color vomito celeste de quien reina
en todo el caos que no se sabe leer,
tiempo hecho jirones,
rotura,
frenesí,
delirio,
tiempo de arcoíris grises,
de temblor en la mano de lunático,
de escalofrío en pleno verano,
de contar minutos
como quien come cacahuetes viendo una película
subtitulada.

Tiempo que espero por ti
aunque ya solo seas tiempo de la ausencia,
horas de amor arañado por el mundo,
de vulgaridad que triunfa,
de música de aves muertas,
tiempo de esperarte como quien no quiere
esperar la esperanza.

Tiempo. De no tener nada y pertenecer al Cosmos.






Sin saber de ti


Como el eco de la estación vacía,
como el hielo y el fusilamiento de la primavera,
como un ave sin alas,
como canto mudo a la vida,
como la mitad apagada del sol.

Como un reptil en tu mano
cuando ya no sabes amar,
como una bruma en un cruce de espadas,
como el ojalá,
así se confunde tu alma en mí,
a la deriva.

Como el patrón de un barco en la negra noche,
como quien no sabe cuándo fue que fue él
el que nunca supo,
como la canción de la tristeza,
así se humedece la injusticia.

Como perder la razón,
perdiendo en la taberna del olvido
tu otra mitad,
como un viaje al centro de mil espinas,
como la temeridad,
así languidece el mundo sin saber de ti.

Sin saber de ti.


Perdido entre la multitud


Perdido entre la multitud,
adicto a la libertad que se expande
y ata,
beso al aire el polen del amor
con dos camas separadas.
Distante por la lejanía
que no llego a alcanzar,
de un mundo que es el latido fallido
de dios,
amasijo de dudas en el nido
donde abrazo a otra y tengo tu amor.

Perdido por el mundo que me perdió,
que quiso poner cadenas
a lo que era paz,
consuelo de jugador
que grita en el abarrotado escenario
de los hijos de la soledad.
La gente mira y calla,
besa de una botella partida
héroe del fracaso en cada alcoba
donde reina la belleza indómita
de la melancolía.

Perdido entre la multitud.


Miradas


Me cuesta mirar a unos ojos
cuando ellos son dianas a este alma confusa,
embriagada
por aullar a la luna
con lava de sangre
en medio del mar de arena
de tu mano y mi mano.

Y duele no saber dónde caminar
teniendo el mundo en el horizonte
y duele no saber a quién amar
en un temblor de tierra
cuando llueve debajo de nuestra frente.

Me cuesta levantar la mirada
avergonzado por un mundo que me da vergüenza
no entiendo al corazón
y verte mirando mi mirada
es como apuntalar hielo en las venas.



martes, 28 de agosto de 2018

Dónde irán


Dónde van las emociones olvidadas
que dejan las estelas de los poemas,

dónde van los escritos que desconoces
esos que fueron dedicados a ti,
e hicieron de escultura de palabra
la sombra del tiempo,

dónde irá la mancha de mármol
de un libro sin abrir,
la saliva del cielo en un mundo aun no descrito,

dónde irá el último aullido
de la estrofa imperfecta
que se adaptó tan bien a tu perfecta
sonrisa,

dónde van los versos sinceros en un mundo de mentira
de aduladores, de intereses y miedos,
cuando son cantados y desoídos
por el eco de mil montañas.

Dónde irán?


El cantante


Su vida era cargarse los sentimientos,
tras el abismo de rutina y sueños rotos;
asomarse a la ventana de un vendaval
solo,
que rifaba las estrellas
con el nombre de una verdad
imposible.

El cantante duerme su luz apagada
en un vaso de tequila
y la edad es una lágrima titineante,
un te quiero con las puertas cerradas,
un tren abocado a la decepción
de todas las estaciones de paso.

Las damas vestían tristeza
cuando el lunar de su sombra
era más grande que los miedos,
muerte de un beso
cuando nace una nueva historia
por las venas de abrazos ausentes.

Su vida era maltratar las horas
mientras se ahogaban en dolor
las mariposas
de tanto desvelo.


Arder


Arde mi piel en cada rastrojo de vida
que sucede tras el vuelo de un avión, 
destino a donde nace una caricia
cuando se pierde con ella la luna y el sol.

Se apagan sombras encendidas, 
que dictan mi alma las luces del destino,
miedo a no entender el camino
de tantas noches cerradas por heridas.

Y cuando todo se acabe solo quedarán cante
de ser eco tras los fuegos fatuos de la desilusión,
todo empieza cuando es ceniza el arte
al arder verso a verso en la voz.


jueves, 19 de julio de 2018

Trasiego de la gente y su soledad


Los amantes buscan con los pies descalzos
caminos del viajero que nunca sabe donde irá,
viejos que soñaron lo que viven otros,
sombras de un poeta que dan más luz

que el trasiego de la gente y su soledad,

Amantes de una muerte perfida
esa que da vida a la esquiva madrugada
de enredaderas entre las piernas,
alcobas que son de las guerras, guaridas,

trasiego de la gente y su soledad.

Desdén del ocaso, peligro que dos corazones
colisionen mecidos por el vendaval
de sentirse vulnerables,
locura de amor, que es yaga del cielo,
y si no lo fue es

trasiego de la gente y su soledad.

Todos evitan lo inevitable,
sufrimiento que da alas negras
a un desmembrado dolor,
se rompen olas en nuestra ausencia,
de tenerlo todo menos lo que pudo haber sido
por el

trasiego de la gente y su soledad.






Eva y Adán


La última flor del entresuelo,
bosteza como la princesa del suburbio
que fue,
rosa con espinas en su cabello,
dientes rotos por haber
creído en el amor
el día de antes de ayer.

Mordió la manzana Eva, cuando Adán
olvidó la luna en sus mejillas
y fue pregonando un pellizco de luz
por la calle Desolación,
Eva, dulce cicatriz maltrecha,
muerte que da alimento a la muerte,
volcán que apagó el sol.

En una sórdida sala,
alrededor de sucia ropa y fotos viejas,
la tele radia un maltrato,
Eva besó la serpiente,
y fue un número sin suerte
en el epílogo de todos los diarios.

La última flor del entresuelo,
bosteza como reina del barro,
labio que lame una espiga,
deseo insano
de haber creído que el amor
no te puede quitar la vida
a tus pocos años.

Eva.



miércoles, 18 de julio de 2018

Las letras del Capitán


La sombra del corazón en un tren en Siberia,
el silencio de un verso antes del último trago,
el curso de un río muerto
que dibuja el dedo mutilado de la memoria,
la novia esperando en oscuro pasillo,
el monstruo del destino barajando las cartas,
la droga de quien jura no volverlo hacer,
la penitencia del creyente,
el nacimiento del futuro, la desidia del presente,
el nicho del ayer.
La arena en los ojos del suicida,
los hijos del abandono que gritan papá,
la mierda en los rastrojos, el todavía,
la sangre de Sida que los poetas regalan
al perfume maldito del qué dirán.
La noche de la última cena
donde fui destino armando las letras de tu nombre,
ruleta rusa, ovillo de un gato adicto a los ratones
en la despensa vacía del universo
que fracasó al seguir a la reina de los tejados.
Buscarte entre los porches de un barrio asesino,
que tienen mi imagen como las llamas del juicio final,
una mente que puede lo que deshizo Cupido,
mil historias que no entienden la felicidad.
La cresta de una estrella donde se guarda
los polvos muertos de lo que pudo ser,
atardecen en los sueños, anochecen tras miradas,
y la guadaña del preso
barrunta el olvido del cielo.
La leche cortada, la sopa hirviendo,
la mermelada del rojo de tus labios
entregada sin convicción,
un sicario que se enamora,
una puta que se enamora,
y el amor les traiciona a ambos,
una existencia eterna en un formulario de desempleo,
realeza de una corona no desbancada,
todo lo que carga dentro la tristeza,
y si Aladino limpiese la lámpara surgiría genialidad,
el oro vecino envidioso del rencor,
que es solo poner en evidencia,
tanta sucia y mezquina muerte.
Caer en tus brazos antes de que el futuro
se apiade de nosotros,
y si el amor es un engaño, tú eres real,
lunares diminutos en la profundidad infinita de unos ojos,
poesía bastarda que llena de elegancia
el cuarto de hojalata de la pensión
donde me enseaste a odiar.
Ira de no saberse libre,
ni aun soñando con los ojos tristes que son dos lágrimas
heridas buscando un horizonte,
arañas en el pelo, nana triste
al hijo que nunca será y que nunca
aprenderá que el mundo no acepta perdón
que enrede la flor de la soledad.
Olvidar las hiedras del apocalipsis eterno
de tus piernas bebiendo conpungidas,
madrugada de invierno en julio,
café, humo, deshielo, ausencia, cima
donde es historia
el breve tránsito de una soplido como la vida,
que se enmaraña en la miel y la hiel
de las cartas del Capitán.



Chica de fría sonrisa


Si el verano te congeló las alas,
si entre el gentío ya no eres tú,
si naufragas en una almohada helada
si mueres de pena cuando intentas renacer,
chica de sonrisa fría, ven a mí.

Cuando en la estación preguntan por cualquiera
y te confunden,
viajera de alas negras y botas mojadas,
si duermen las palomas de tus manos
y en los bolsillos no te queda nada,
muchacha de sonrisa fría,
ven a mí.

Cuando los rascacielos impacten con las nubes,
y tu octubre en un gin tonic se atragante,
si cumplir años es la penitencia de estar vivo,
sin maleta de ida ni sentido,
muchacha de sonrisa fría, ven a mí.

Ven a mí, cuando los amaneceres
hagan de los jornaleros, reyes de tanta amargura,
si no conocen de tu sonrisa,
de tus ojos como minúsculas piedras
en el océano,
muchacha de sonrisa fría.

Si la luna es tu sombra y el cráter del mundo tu vida,
si todos desean y pocos apuestan
a acostar la luz en tus caricias,
ásperas como el cuchillo,
sedientas como el destello de noche
de una loba herida,
muchacha de sonrisa fría, entonces,
ven a mí.


martes, 17 de julio de 2018

Lágrimas que buscan horizonte


Mis ojos son dos lágrimas
que buscan horizonte,
grandes, pérdidas, heladas,
lágrimas de lunas rotas
y ensoñaciones.

Mis ojos son dos lágrimas
que buscan horizonte,
que viajaron al Nunca más,
y se encontraron con la espuma
de las olas
en el dique de las sombras,
las rocas y el mar.

Mis ojos buscan respuestas
donde nada queda,
veleros rotos, horizontes sin eco,
son capitanes del desierto,
antes de una agitada marea.

Manos de mujer que es lija
y metal,
labios que no dicen,
boca que se va,
ojos que te extrañan
en la vorágine vacía
de la inmensidad.

Mis ojos son dos lágrimas
que buscan horizonte.


domingo, 15 de julio de 2018

Metal y humo


Qué ridículo es el mar
si en cada latido de lo vivido
las olas no nos llevasen a una nueva aventura,
un viaje sin final,
sería adornar
de azúcar cada cima de volcán
entre tanta amargura.

Lecciones de vivir,
lengua seca de aire que arremolina tu pelo,
la belleza está a la vuelta de la esquina
y la mayor exploración puede que sea
el por qué de la luz
que escondes dentro.

Y en la ciudad que muere de pasión
o abandono,
hay poetas en el fondo de cada rincón
que sin palabras
escriben,
la réplica del destino
y de aquello cuanto somos.

Qué ridícula la tierra
si es solo
un artificio de consumo,
hay almas que vibran, almas en pena,
dormitando en guaridas
y entre lo que somos
cenizas, metal y humo.


lunes, 9 de julio de 2018

Minas


El alma es reversible,
aguanta las embestidas
de la realidad a menudo, tan carente de verdad,

lo que no tiene perdón es quién esconde su alma.

Decía Ana Frank que todos los hombres
eran en el fondo buenos,
la ignorancia crea maldad,

el miedo crea maldad,

y dios no juega a los dados
menos, en un campo de minas.






Azar


En tus piernas naufrago,
como quien, morena, se emborracha con un beso,
tripulado por capitanes bastardos
de un barco que dejó sin libertad
a los que buscaban el edén tras las galeras.

Buscamos ideales por los que amar,
en el hastío de ser todos iguales,
angustia durante la hora del qué dirán,
y la muerte es un rayo fugaz
en mitad de torpes corazones de tiza.

No sé qué es lo que más me gusta,
tu ausencia o que estés aquí,
queda medio mundo por andar
y es tanta la miseria de los demás
que hay quien bendice al dios de la locura
en mi nombre.


A tu corazón


Detrás de cada mirada,
hay un universo conectado con la esencia,
juegos de niños que distraen al tiempo,
una boca negra de lobo, que es la muerte,
asustada por la grandeza de vivir.

Detrás de tu cara de mujer que venció
entre tantos navíos perdidos,
yo me encuentro y me deshago,
como el que escribe un caos
en la historia del mundo,
como el Santo cansado
que labra un olivo.

Por el vértice de tus piernas,
jardín regado con lluvias silvestres,
crecen mil y una madreselvas
entre el cinismo del demonio
y el no quererte olvidar de arcángeles
dolientes.

Y aunque en este camino que es la vida
yo no sé muy bien distinguir quién es el loco
y quién no,
habrá que saber leer la mano cortada
por las despedidas,
lamiendo como perro apaleado
las heridas,
en viaje de mis ruinas a cualquier corazón.




Aprender


Aprender de la belleza de las cosas efímeras,
aprender si fue antes la semilla del dolor o la del abandono
atravesando el latir lánguido
de un suspiro.

Aprender a cogerse a un cuerda ardiendo
que haga sobrevivir
la luz y ocaso de la magia que nos atesora,
sortilegio que mata o resucita,
aprendizaje de la brevedad eterna
de una vida.



jueves, 5 de julio de 2018

En un papel infinito


Cuando sabes que hay gente que habla mal de ti, escribe en un papel infinito el Universo que te late dentro y por el cual quisieran ellos suspirar.


jueves, 28 de junio de 2018

Artistuchos


La gente juzga,
con ese miedo que proyecta sombras
a quien enciende una antorcha de luz,
la gente ignora,
la gente vomita frustraciones
para luego menospreciar la pasión
con la que sueño
trepar desde un precipicio,
perdiendo en los bolsillos la cordura
del Santo de los artistas.

Quién no se ha sentido observado por la envidia
mientras recita en un bar de mala muerte,
(todo se sabe)
la gente juzga mientras vuestra ropa sucia
está sin tender,
y se os cae la vergüenza
por el pantalón.

Pero que no dude el populacho cobarde,
formado de uno en uno por grandes
hombres y mujeres,
pero así en grupo, tan cobarde,
que solo manda la emoción
y quien sufre no alardea
y quien hace de la lucha torpe ballesta,
no alardea,
os escupe a la cara vuestra
mediocridad.

No firmo papeles con gente con poca imaginación,
lo mío es volar

con las alas rotas,
artistuchos.


martes, 26 de junio de 2018

Existe


El amor no existe sino está en ti,
dice el asesino enamorado,
ángel de las pulgas de la injusticia,
Lazarillo,
princesa emborrachada de otras princesas,
vivir deprisa para morir como héroes
de lo absurdo,
abuso, constelaciones de nubes de nicotina,
mártires del veneno,
traición que se va contagiando
como una epidemia
de bondad a bondad calcinada.

Pero a pesar de todo,
hay paraísos desiertos en tus ojos,
lo sé,
siempre fue hoy un será,
hechizo de bengalas en las manos de niña
que adoleces tras las verbenas,
diosa que recoge pétalos al luchar
al borde de los precipicios
de tu boca rota, pero llena de luz.

El amor existe si está en ti,
dice el nunca más antes de volver a creer,
en un para siempre que dure
la eternidad de aquel beso.


Dylan


Cuántos Lorcas exiliados del parnaso yacen muertos en las cunetas de la Guerra Civil?
En una ciudad que es un nido de antorchas agonizantes,
en el estático y trémulo silencio de la madrugada.

No sabría contar la gente que dio por desbaratado su ideal,
que en los rincones de la decepción
cose la violencia
el traje roto de un quebrado
sueño de haberla querido.

Buscadores del burdel de la realidad, conserjes de noche,
barrios alejados de Sofía donde suena música negra,
lúgubre paisanaje de botas prendidas en los cables,
de amenazas de muerte cuando ya hace años el corazón se dio
por vencido.

El hombre que susurraba consuelo a los animales,
paseos de eternas hojas secas, corredores ocres,
niños que lloran, inocencia aplastada por el mismo dinero
que rescata vidas en el fondo del mar.

Cuántos Bob Dylans han bautizado melodías hechas con la ira
de no poder alcanzar a Jesús?




jueves, 21 de junio de 2018

Somnoliente


Primavera negra, lunar de plata en tu mejilla, sombra, mancha de carbón en la paleta del cielo, vomito santificado, cicatriz entre el bien y el mal, desafío, camino desandado y vivencia rota en el destino de cualquier vida somnoliente.
El silencio de la madrugada nos acerca a Dios, hermanos que no se miran para tocarse en la multitud, espera sin timbre de llegada, artistas exiliados del parnaso, "ni rey de los suburbios ni flor de precipicio".
Lucha sin tregua lejos de hospitales y horarios, de dictámenes de quien no lo llega a entender, belleza insana, insana costumbre de soñar con ella antes de trasnochar en vino.
Eternidad dentro de mil vidas, muerte al no arriesgar, dolor de muelas en la profundidad de la consciencia, sol de crepúsculo, requiebro de vibra, dado de la muerte, lluvia de balas en la última noche. Vals de borrachera, juventud de suspiro y olvido, desquite, huella, inmensidad.


Amaia


Amaia no duerme, la rutina secó el jazmín del tiempo.
Siempre se sintió agredida
se secó el jazmín de su boca.

Quiso ser valiente como las demás
pero en la nostalgia de las horas
desnuda se vio Amaia,
dentro de un huracán fiero.

Los amantes callan ante la inspiración
de cientos de góndolas
a través de un canal oscuro,
y el amor o la prisión de sus ojos
es la cárcel recién nacida
de sus muñecas al trepar por algún resquicio.

Lleva siglos sin dormir,
piel cuajada en su desidia
luna quebrada de la nube negra
de su ansiedad.




miércoles, 20 de junio de 2018

Resumiendo


Mucha gente se da por vencida,
piensa que el amor es mejor en la tele.

Mientras hay quien
se enamora
en el mismo instante
que te vi
viajando juntos en el avión
antes de estrellarnos.
Recuerdas?

Demasiada gente piensa
que el amor es más bello
en la vida de los demás.
Porque la existencia defrauda mucho,
demasiado,
debajo del subsuelo de la sonrisa de mi foto,
el día a día nos acribilla
por el tuyo, mío de Cupidos y caínes.

Y cogerte de la mano era achicar agua
a contracorriente.

El suicidio avisa
mirando al precipicio con los pies atados
pero nuestro pasado va insistiendo
en desabrocharnos las botas,
y mucha gente piensa
que el amor sería mejor
en la página de sucesos,
aunque el mundo
esté lleno de revolucionarios
caídos
cuya valentía sin duda,
es de lo poco que merece la pena.

Sabe más de amor el loco
que el recién casado,
cuando en un partido de fútbol
Me guiña un ojo
la mujer que bosteza junto a otro
mientras le saco a la vida
cuatro atajos de ventaja.


Pensamiento


Te pienso,
y las espinas del pasado
acribillan los pasos que voy dando.


Parece nada lo vivido


Parece nada lo vivido,
nadas en un mar de espinas
o cubres con el velo de quien no quiere ver
las promesas del primer amor
con otras esposas en las muñecas,
volaron las palomas
y la libertad
y la responsabilidad
mordieron el mismo cuello de una serpiente.

Todo se aleja pero te siento aquí
en un destello de ceguera,
humedeces los sueños
de ser todas las noches
paz de cuento de cuna
para encontrarte con la seca rutina
que pone grilletes en la tempestad
de aquello que no pasó
en mil y una noche de verano.

Parece nada lo vivido,
callas un deseo
y los mares se agitan,
el universo oye la voz del silencio
y envejece la fresca mañana
viajando de la Ciudad de los muertos
a Zurich,
mientras te atragantas
con fresas silvestres.

Parece nada lo vivido.



Entre un millón de estrellas


Se tiñó de ti,
paleta de colores a través de la ceguera
risueña
grieta por las dunas en el cuerpo
magullado,
caligrafía de las olas del alma,
que derramó la luz de la noche
en la boca donde nacen crisantemos
desde el cementerio de Venice.

Se tiño de nosotros dos,
deja que las vibraciones escriban;
suelta la mano
para amarrarte a mí
cuando se abran las ventanas
y las dianas de francotiradores
mueran circularmente
frente el sortilegio de hados valientes.

Se tiñó de mí,
de la lucha interna
de ser entre lunas que nunca serán,
tintinea el miedo a lo desconocido
sin conocer
que detrás de eso
queda la inmensidad
entre un millón de estrellas.


lunes, 18 de junio de 2018

Ser extraño


La sombra de la muerte es el rímel en el rostro de esa mujer cansada. Casada con el qué dirán. Siempre me ha perseguido el dolor, pero ese no es el problema, la cuestión es no saber ni cómo ni dónde buscar atajos. Un relámpago de sombra da a la intemperie, el aguijón en la guadaña de los santos dice que el amor siempre vence al odio, incluso al mismo amor, letargo de imposibles, edad eterna en esta breve estación de un año apenado. Y en el hilo de vida que da la inmensidad de la literatura quedo yo, resguardado en una letra sin saber bien su significado, arte de la ontología de la basura embalsamada de rosas silvestres.

Ser extraño entre muertos que respiran.


Ancha vida


La vida es un sueño perdido en la tarde de verano,
un poema de Córtazar,
la frase "la gente buena muere rápido
por eso hay que ser un poco hijo de puta"
pegada con celo en la puerta del refrigerador.

La vida es la niña escondida en el alma
de las prostitutas de Velluters,
es la saliva de dios en la yema de los dedos del ciego,
cantar para vencer a la muerte,
llorar en el hastío de las nubes que descargaron ansiedad,
valentía de caballeros sin armadura,
muerte de un poeta, locura tras lo que dice la gente
el día después.

La vida es un hospital con las puertas cerradas,
ombligos anchos,
gentío que es cobarde,
como la blasfemia a la emperatriz por la que aúllan los lobos,
quimera, edén,
utopía,
vida que no se alcanza ni viviéndola
porque somos metal dolorido, lágrima de un mono
encarcelado,
suburbio donde se apostilla a la anodina "felicidad".


Corona de laurel


Cuando el amor es una quimera,
rutina de ensuciar el alma en los arrabales del corazón,
llega la luna esquiva a encarar al sol por la ventana
y en una rosa muerta el rocío cubre la mañana
de lo que fuimos tú y yo.

Cuando todo es mentira, y los años no hacen más
que dar la razón a la vejez,
mis huellas son pasos a la deriva
de haber probado lo amargo y dulce de la muerte
sin haber muerto,
o tal vez,
no haya mayor desconsuelo que el vértigo de tu ombligo,
de tu boca que la besaron cuando no era el momento,
labios que son llaves de tan poca felicidad
de tanta fatiga recostada a tu lado,
y existencia que se volvió oscuro hado
del ojalá.

Cuando hay peligro de perder la razón
de tanto tenerla,
cuando se filtra en un grito
los cristales rotos que dejaron tus fiestas,
será que no cabe una verdad en la voz
que abarque el alma rota y quejumbrosa,
aunque maleable como una nube
en una corona de laurel
del dios del desamor.




miércoles, 13 de junio de 2018

Ahora


Ahora que te veo sin verte, 
que el ego de la sombra de los otros
anestesia el corazón, 
ahora que el bálsamo de luz
da calor a la intemperie,  
que vino la calma tras la tormenta,
que me prometo en voz baja,
amor.

Ahora que estoy roto
pero con la luna en las mejillas
ahora que tengo por camino 
lo que no acabé, 
ahora que se acaba lo empezado
donde quiebran las pesadillas
que en vilo sufrimos 
por el miedo a perder.

Ahora que no sé cómo pude
mantenerme en un aullido,   
que la guarida del poeta
es escudo de hojalata, 
ahora que todo vuelve a empezar 
y el mañana es un nido 
en este volar de versos
que vomito tras cada resaca.

Ahora.



Tierra yerma


Deja que hable el corazón herido,
mañana todo será tierra yerma
entre nuestros dedos.


Luna de junio


Perdido en el nombre de las primeras cosas,
no tuve más que partir sin equipaje.
Los miedos que otros esconden, 
yo, 
los escupí al cielo, 
encontrando la luna de junio
en el regazo 
del mundo que late en la herida abierta
que está por venir.


martes, 12 de junio de 2018

El viaje


La vida era un tren, ilusión del viaje y estaciones de paso mientras el destino se acercaba, con una certeza que daba miedo pero con la incertidumbre de la llegada como la hora en la muerte del reloj de cuco. La vida para aquel joven de pelo enmarañado era un tren destartalado, gris y cansado que le podría llevar a visitar iglesias ortodoxas, mezquitas, montañas, aldeas y urbes de espíritu indómito.
Le acompañaba música clásica para almas de luz que querían ver cada amanecer desde sus ojos grandes y despiertos, no cerrar el libro de los tristes presagios para que el viajero llegase a escribir el de las rimas de los milagros posibles.

La vida era un tren que pararía en algún momento del viaje pero no cuando nuestro aventurero dejase de andar, sino cuando la humanidad fuese un animal sin corazón que ya dejó de avanzar al desdeñar un destello, aunque fuese nimio, del sueño tan envidiado de tantos locos como aquel.
Y fue que ya no buscaba labios en los que perderse, ni ser Peter Pan, y pasó que no supo qué buscar durante el naufragio por océanos de color a su pasado vivido en otras vidas que olvidó, equipaje de sus cansadas botas de lluvia. Tantos caminos y entresijos estaban en él que las respuestas a las incógnitas ululaban bailando en el viento.

Un día durante el viaje, pasó el tren por un túnel, laberinto atroz, y no se supo ni cómo ni por qué pero Adán volvió a morder la manzana prohibida sin conocer que la libertad no debería ser el pecado en el infierno de los hombres buenos. Tal vez fuese volar, despegar los pies de tierra. Pero amarró sus muñecas al destino que zarandeaba las colinas al intuir que las ganas de vivir vence a las sombras, la esperanza necesitaba de su fe para ser alas a batir y llegó el momento en que la ventanilla volvió a dar luz, el túnel pasó.
Volverán las coloridas golondrinas, poeta, los gatos negros también pueden dar buena suerte.

Porque, la vida, la muerte, la locura, la esperanza eran un tren.



Celebración


Y si cambiamos las sospechas,
el miedo a lo desconocido,
el miedo a lo ajeno,
el miedo al dolor,
las comparaciones por
el ruido de un beso,
la brisa de la mañana fresca de cada día regalado
y robado a la muerte
el aire que despeina tu flequillo desde la ventana,
para hacer música y color
por aquellos que lucharon por vernos aquí,
celebrándolo?



martes, 29 de mayo de 2018

Arpa


Descalza Lucía, la sombra de la noche no se proyectaba en ella.
Temía que los anzuelos de la vida, de este trago breve y amargo manchasen de ocre los lunares del sol en su rostro. Y así, desbocada y a la deriva fue encerrándose en ella misma como el Escorpión.

A veces no basta morir para saber cómo se siente, solo los rayos de la luna despejan las dudas de que a pesar de todo, la alegría por vivir se desbordase en todos los ríos secos.
Luna sin guarida era, sobre la Alhambra, sobre el desierto en plena tempestad, pero próxima al alma de luz de algún ángel tras su espejo.

Descalza Lucía, me enamoraba.


sábado, 19 de mayo de 2018

Proverbio


Dice un proverbio:

Los Dioses inclinan.
Pero no obligan.


Luz en el que busca


Hay una luz en el que busca,
hueso de un perro malherido,
hay un trozo de alma para la boca fría,
hay un beso latente como un disparo seco
en el olvido.

Vagabundos más dignos
que quienes presumen,
oro e incienso quemados por la ira,
hay belleza que se compra,
porque tal vez el destino no exista,
y no sea más
que buscar libre, caminos quemados
por la vida.

Puede haber paz en el mundo
donde el miedo no es más que
vivir sin miedo
hay personas perdidas
en rincones negros
por calles quebradas,
entre ríos de la bondad
mal entendida.

Viajes que se empiezan en la habitación,
hay poemas y guitarras
que afinan a los cielos
y desafían al dolor,
hay ojos que rescatan la niñez
que no tuvimos,
labios como los tuyos,
armónica cual lira
en este tránsito breve,
mapamundi donde se encuentra
de paso en una estación,
todos los billetes de ida.

Seremos Amor,
cuando entendamos la oscuridad.
Será luz la persona
que busca su destello entre
mil salidas.


sábado, 12 de mayo de 2018

Te temo, te sueño


Vuela.

Vuela la imaginación en esta noche oscura.
Te advierto que te quiero y te temo,
si las musas las hemos dejado morir
recostadas
junto al sueño de un mundo mejor,
mejor, déjalo,
no vale la pena pensar,
nuestra salvación quizá sea
hacer de tanta pérdida,
flores de exquisito abandono,
te beso y te bebo.
Te sueño.

En esta mañana que arrasó al sol, tras escribirte
en el norte de mis pensamientos,
dos isla
de almas que recorren una mano
para expresar lo inefable,
te temo.
Y sin embargo...

La música no sabe morir entre muertos,
verdad de un mundo que no existe,
mentira de un mundo que es tan cierto,
y mañana volver
a terminar
lo empezado,
como adicciones a los pies de alguna cama,
mis ilusiones son barcos de papel
perdidos por un fiero mar,
o tal vez el frío metal del aislamiento,
anciano sin edad que quiso ser artista
para que
pulsiones de inmensidad
dejasen presas sus muñecas con la marcas
de mil guaridas
que llevaban tu nombre.
Te quiero.
Te sueño.
Te temo.




jueves, 10 de mayo de 2018

Destino


La verdadera tragedia es cuando el hombre tiene miedo de la luz.


Camina,
y si la luz de tus ojos, es luz,
labrarás el destino.

Exhausto de lluvia y en la esquina del mundo
te esperé,
tan extraño como la palabra torcida
que me quiere llamar,
tan en aullido como la respuesta valiente
de la alegría,
oscuridad hecha huella,
amor hecho Dios.

Te esperé.

El destino lo confundí con las luces
de las farolas de la Estación,
del neón azul en la taberna
que es látigo en mi pasado
y desdentada en el alma latente
que espera,
y en esta procesión de pasos
desordenados
te regalo mi sonrisa
torturada;
si la luz de tu boca es luz,
el destino desenhebrará el ovillo de lana
de un gato travieso.

Llamado vida.


martes, 24 de abril de 2018

Caos


Desde la ventanilla del tren
la ciudad se suicidaba,
se desataban cordones de botas,
vaticinio de que la amistad
ya no besaba como primavera,
y el paisaje era licor de ojos
que olvidaron su memoria.

Las parejas se tomaban de la mano
y nadie osaba a romper ese sortilegio.

Ciudad muerta antes de nacer,
sabrás que si algún significado tiene
el estar vivo
más allá que una búsqueda,
es luchar por la injusticia,
es que la antorcha concebida
a la luz de las cosas bellas
nunca se ahoga del todo.

Aunque dios no nos oiga,
el amor le ganó la batalla,
muere un indigente en un banco
y parece que vuelve a llover
desde nubes negras
billetes de curso legal,
sin mayor razón que el caos
sin mayor caos que malbaratar
las emociones.

Pero te diré porque hay amor
incluso en el odio,
porque la muerte no existe
solo hablamos de El miedo,
porque la vida es muerte y vida
y esperar trémulo
lo inevitable enferma el alma;
es Miedo,
porque para dar naturaleza
a la forma de tus labios
han renacido y explotado
billones de estrellas muertas.

Héroe es saberse los dos malheridos
y enamorarse de nuevo antes del fin.

No perdono a la muerte enamorada,
ya lo dijo Miguel Hernández,
a la vida desatenta,
a la tierra ni a la nada,
el viaje se acaba, vuelven los actores
a su desván
como en una caja de muñecos usados,
y con un chispazo de pureza,
vale solo uno,
se vertebra cualquier
hombro quebrado,
santificado por ningún Santo
pero que te espera
aunque vivas sin saberlo.



domingo, 15 de abril de 2018

r Evolución


Y cuando todo parece el final
vuelve a girarse la rueda,
cuando los ecos de un mañana
sin futuro
abren la puerta al destino
que nadie sabe pero hacia ti va.

Revolución
tus ojos mirando el mar,
eclipse de cristales rotos
en cada pupila,
antorcha de yemas aladas,
y cuando la revolución dicen, no es posible,
un chispazo de luz
vuelve a encender el alma.

Los miedos destellan en cada oscuridad,
en cada golpe de sabiduría
demasiado estática.
Revolución es sentir tus manos
mientras tú estás solo tocando
en mitad de una noche de verano
un melancólico arpa.

Y cuando todo parece el inicio,
nos engaña el arco iris,
tintinean las lágrimas de rocío
cada madrugada,
un mar de gente vaticina
que se cambia de época,
cansados de estar usados
y vuelve a evolucionar
los años perdidos
cansados
tras la ecuación de una lágrima.




Lluvia



Arde en esta lluvia
de disparos que se dan por fuera
y queman el alma por dentro,
llueve en mi interior,
tristeza que fue dulzura
en otro siglo,
entre otras ropas,
en tus labios manchados de la nostalgia
que bailan hoy sin ganas de bailar.

Arde en mi interior
y lo peor es que aprendí
a ser agua
en la tempestad,
tristeza que emborrona
la letra,
salvaje terciopelo
que reta a la muerte
y vence a la luz que falta a tantos
faltos de Libertad.

Arde en esta lluvia
de dianas que son manos en lo alto,
de no tener más guarida que un suspiro al viento,
el pañuelo en la estación,
de querer ser alma
y huir de las sombras tan deprisa
que por otra sombra
me confunden.

Arde sin descanso en mi interior.




Camino



Como los Evangelios de la desgracia,
de los desastres que vinieron,
soy un caminante que transita
por la fina línea entre la temeridad y el miedo.

Por el tenue devenir de lo que otros labraron
y yo quise pero sin saber
que mis sienes palpitan rudo porvenir presente,
canción de cuna de quien se acuna en la tempestad,
lluvia azul para manos grises
mensajes de palomas que me mandaron
y los leí a medias
para mi salvación ultrajada
y ahogada de verdad.

Como una canción sin acorde,
como la voz de quien tiene elevada el alma
y péndula entre los abismos de dos mundos
la luna y el sol
la luz y la oscuridad,
soy y no soy
muerte envuelta de vida,
vida que es eterna
condena de gozar el mundo
a través de un desierto de arena.

Como la palabra sacra,
hay alguien más por allí?

De taparme entre las mantas
hasta que la guadaña que me perseguía
desistió y me persigue,
hasta que yo la convierta sólo en magia
porque un pequeño espacio tiene mis ojos
donde nadie manda,
quien se sabe seguro de su libertad.



lunes, 26 de marzo de 2018

Palomas


Como la lluvia en agosto,
extrañaban un mar de luces, distantes,
entre egos y espejismos
alrededor del sol,
cuando el universo de dos mentes
daba una sola perfección,
haciéndose de ellos y de nadie.

Eran dos
que buscando el amor, se estorbaban,
cientos de recetas y recibos,
maldiciones y cuarteles,
bufones que entorpecen
con leyes universales,
aquel amor maldito,
el único que les podía salvar.

Ella leía en el Metro
epístolas de cuando su alma creía,
salpicando cuentos de Galeano,
de Carpentier,
flores perfumadas entre hojas secas
de un libro,
que se sabía de memoria.

Y a cada paso, palomas descorrían
el velo del destino,
ubicándose de estratega manera
en los recovecos de la plaza redonda,
latidos de sienes,
hechas humo y metal.

Él, era invisible, como tantos,
con lomos de oro
y voz de papel,
sus ojos, grietas insalvables de donde
el Edén acuerda con los ausentes
el final de una dinastía
de guerreros buenos.

Contradicciones que se tornan eternidad
incomprendida,
restos de navíos cosidos
con el quebranto y el duelo
de promesas;
soldados ayer del bastión
loco al dignificarlo como
dama imposible.

La historia de estos dos
que se amaban como desconocidos,
llenó las páginas de enciclopedias
ya sabidas,
escupidas,
vilipendiadas,
(y rotas)...
huelga decir
que en cada beso nacía el retoño de la luna,
y al "desbesarse"
un puzzle armado sin guión,
acordaba la verdad
de dos amantes
sin mayor valor
que el sueño hecho cenizas
cada instante eterno.
En el que

se separaban.








Las flores volverán a crecer


Las flores volverán a crecer
donde ahora lloramos,
le escribe al hombre gris
su ángel de alas rotas en el recibidor.

Volverán a crecer, aunque no vuelvan;
la promesas eternas del tiempo
que quedan en el desierto de las horas.

Por mucha gente sin alma,
uno que la muestra queda asaltado
de sombras,
pero debe de limpiarse la luz,
y el rosal volverá a nacer
aunque lloremos hoy como niños.

Las flores volverán
porque lo auténtico no muere,
porque es de locos no volverse loco
en este mundo enfermo
de miedo que llega a ser maldad,
y lo mágico de aquello sencillo
queda muriéndose
junto a una canción de amor
que llevaba tu nombre,
perdido yo, perdidos todos.

Mi rosa del Sur. Volverá a crecer.


Si tú no quieres


Si tú no quieres oír más
la inmensidad de una mirada,
tranquila no volverán
los pasos mojados de la tormenta
que arrasó las almas puras
con las armas del Amor.

Si no vuelves,
las hojas secas de la primavera no renacerán,
la vida muerta de tanta gente quedará en eso
en dos bandos que se distancian
y ruido de asaltos barruntando guerra,
si no quieres saber más de mí,
no habrá mes de Abril
robado al viejo Sabina.

Si no sabes que no es lo mismo, no,
tener la razón absoluta y deslumbrarse perdiéndola
a que la maldad haga de antiguos amantes por allande
los mares, asesinos,
si tú no vuelves las almas
bailaran con alas renovadas
de belleza eterna,
porque eso es la emoción
ciclones de sueños que van a golpear fuerte
en lo más escondido del corazón,
que va y viene.

Si tú no quieres.


Soledad social


Entre promesa y promesa,
entre copa de vino,
abundancia de nada,
niños pidiendo consuelo detrás
de la violencia que desbarata la balanza.
El éxito es material sensible,
llama de un fuego que todos buscan por doquier,
mientras que la educación es la hermana triste de la soledad,
esa que se lleva el don de un mundo mejor,
y carros de fuego arrastran
las últimas horas
(esas que no se ven)
de las personas que juraron a este sistema lealtad
y el mismo tiró a la basura sus sueños.

Porque nadie espera a Sherezade,
porque la la literatura es eso,
y todos tienen un precio
en la ciudad del trueque a sangre viva,
soledad social
donde prima la luz de los muertos
que todavía respiran,
sociedad que sola
va lamiendo las heridas a sí misma
todo nace y muerte en ti,
y la hermandad del mundo
es una maldita utopía.

Los lobos afilan las quijadas,
mañana sigue siendo el ahora que no vendrá,
las madres custodian a niños que antes de nacer
perdieron esperanzas,
y bloques de hormigón renacen
para que mueran tus vísceras en sus entrañas,
nos juraron que somos de hierro
y como eso nos tratan,
a los heridos y magullados
van arrastrando el trabajo, el sentimiento.
La Bondad.
Y quien se alimenta de ti no sabe de donde viene
el aullido como tú ignoras
las luces que levantan los jóvenes mancos
alzándote cada mañana un nuevo sol.

Soledad social, antesala del sepelio vivo
que cerrará el telón de un teatro absurdo
mañana.



Marzo


Una noche de marzo,
gélida como el abrazo de un dios que no responde,
que dentro de ti brama,
pero no responde,
esta noche quise escribirte una canción
donde los dos bailásemos al son
de una orquesta muda en la garganta.
Marzo se escapa como la juventud,
como la edad que promete todo
y todo va y viene al devenir de las horas muertas,
en Hamburgo puede que respire
la mujer por quien suspiraba,
o puede que tan solo,
falto de promesas, esta noche
dibuje las sombras en el vientre de una almohada.

El futuro es un niño que despertó con canas,
es la lumbre, el tango vacío en la mesa
donde se recibe al sentimiento,
el futuro es un cuarto perdido
por las dudas del desaliento.
Y mi insistente idea de no pertenecer
de que no soy digno, de que el suburbio de mi voz
es real, siendo mentira lo real,
a quién convenzo del mal que me apena?

Marzo está agonizando y en el recibido
solo cartas de un banco,
un letrero que dice a pesar de los pesares;
bienvenida primavera.


lunes, 12 de marzo de 2018

Semillas


Sus ojos,
relámpago de cosas puras,
hay atajos para el destino
pero él sabe los trucos
de no escapar a nuestra esencia
que mueve el mundo,
el cual también existe por nosotros
al moverlo caminando.

Amor es la quimera del tiempo,
duendes de lo invisible ayudan
si la semilla que tienes dentro
la riegas con el amor y la nobleza
de quien se sueña eterno
junto al resto de la humanidad.

Porque lo malo no es morir,
es sentirse muerto cuando caigan
una y
otra vez
las emociones de un pecho robusto
y tierno por dentro.
Mientras lo fatal es creer que puede el mal
adueñarse del mundo o de ti.
Pues nunca será posible,
porque no todo lo arrastra la destrucción
donde la flor de lo noble renace
tras estampidas entre sombras.

Sus labios eran el desván del tiempo,
porque somos tiempo y espacio,
altitud que no se entiende en este mundo
de locos por el miedo a evolucionar a la otra locura.
La de ser superiores por tanta miseria
de tener y no ser.


De no entender.


A menudo


A menudo un vendaval arrastra el recuerdo
en esta perdida isla
y llueve
y no cesa la tristeza del alma.

A menudo los artistas construyen
cimas de granos de sal;
salvadores de la esencia,
ojalá nunca se hubiesen marchado
las damas de maleta y pañuelo en el cabello
y el arte en mi alma
solo sería flores.

La estela de aviones por las nubes,
los borrachos con unas botellas de vino
sujetándoles,
los jóvenes y la adicción,
el débil que huye del mundo,
el fuerte que huye de sí,
a menudo si fuese tan feliz como soy
dibujaría estrellas donde la gente solo ve
oscuridad.

Color de tus ojos.

Y las penas en el desguace
de las colillas en la barra de una cafetería,
dejar triste a la gente
con la que compartí sonrisas,
alma complicada en horas febriles
de volver y no retornar hasta mañana
del vértigo de la niñez
aun no cumplida.

El imposible de tus ojos con los míos.

Pero quién llama imposible algo
que fue?

Emoción



Cuánto pesa el alma cuándo la lógica de la vida se cruza delante de tus ojos? Alma elevada que se sienta y no descansa, y no desaparece, porque la eternidad tiene nombre, como todas las cosas que no vemos y nos dan para respirar. El Amor es la única llave para no hacer caso al dolor del corazón, al miedo o al mal, para crear un nuevo mundo donde todos seamos libres.
Cuánto pesa la lógica de una emoción?