jueves, 10 de mayo de 2018

Destino


La verdadera tragedia es cuando el hombre tiene miedo de la luz.


Camina,
y si la luz de tus ojos, es luz,
labrarás el destino.

Exhausto de lluvia y en la esquina del mundo
te esperé,
tan extraño como la palabra torcida
que me quiere llamar,
tan en aullido como la respuesta valiente
de la alegría,
oscuridad hecha huella,
amor hecho Dios.

Te esperé.

El destino lo confundí con las luces
de las farolas de la Estación,
del neón azul en la taberna
que es látigo en mi pasado
y desdentada en el alma latente
que espera,
y en esta procesión de pasos
desordenados
te regalo mi sonrisa
torturada;
si la luz de tu boca es luz,
el destino desenhebrará el ovillo de lana
de un gato travieso.

Llamado vida.


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