lunes, 9 de julio de 2018

A tu corazón


Detrás de cada mirada,
hay un universo conectado con la esencia,
juegos de niños que distraen al tiempo,
una boca negra de lobo, que es la muerte,
asustada por la grandeza de vivir.

Detrás de tu cara de mujer que venció
entre tantos navíos perdidos,
yo me encuentro y me deshago,
como el que escribe un caos
en la historia del mundo,
como el Santo cansado
que labra un olivo.

Por el vértice de tus piernas,
jardín regado con lluvias silvestres,
crecen mil y una madreselvas
entre el cinismo del demonio
y el no quererte olvidar de arcángeles
dolientes.

Y aunque en este camino que es la vida
yo no sé muy bien distinguir quién es el loco
y quién no,
habrá que saber leer la mano cortada
por las despedidas,
lamiendo como perro apaleado
las heridas,
en viaje de mis ruinas a cualquier corazón.




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