lunes, 26 de marzo de 2018

Soledad social


Entre promesa y promesa,
entre copa de vino,
abundancia de nada,
niños pidiendo consuelo detrás
de la violencia que desbarata la balanza.
El éxito es material sensible,
llama de un fuego que todos buscan por doquier,
mientras que la educación es la hermana triste de la soledad,
esa que se lleva el don de un mundo mejor,
y carros de fuego arrastran
las últimas horas
(esas que no se ven)
de las personas que juraron a este sistema lealtad
y el mismo tiró a la basura sus sueños.

Porque nadie espera a Sherezade,
porque la la literatura es eso,
y todos tienen un precio
en la ciudad del trueque a sangre viva,
soledad social
donde prima la luz de los muertos
que todavía respiran,
sociedad que sola
va lamiendo las heridas a sí misma
todo nace y muerte en ti,
y la hermandad del mundo
es una maldita utopía.

Los lobos afilan las quijadas,
mañana sigue siendo el ahora que no vendrá,
las madres custodian a niños que antes de nacer
perdieron esperanzas,
y bloques de hormigón renacen
para que mueran tus vísceras en sus entrañas,
nos juraron que somos de hierro
y como eso nos tratan,
a los heridos y magullados
van arrastrando el trabajo, el sentimiento.
La Bondad.
Y quien se alimenta de ti no sabe de donde viene
el aullido como tú ignoras
las luces que levantan los jóvenes mancos
alzándote cada mañana un nuevo sol.

Soledad social, antesala del sepelio vivo
que cerrará el telón de un teatro absurdo
mañana.



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