Arde en esta lluvia
de disparos que se dan por fuera
y queman el alma por dentro,
llueve en mi interior,
tristeza que fue dulzura
en otro siglo,
entre otras ropas,
en tus labios manchados de la nostalgia
que bailan hoy sin ganas de bailar.
Arde en mi interior
y lo peor es que aprendí
a ser agua
en la tempestad,
tristeza que emborrona
la letra,
salvaje terciopelo
que reta a la muerte
y vence a la luz que falta a tantos
faltos de Libertad.
Arde en esta lluvia
de dianas que son manos en lo alto,
de no tener más guarida que un suspiro
al viento,
el pañuelo en la estación,
de querer ser alma
y huir de las sombras tan deprisa
que por otra sombra
me confunden.
Arde sin descanso en mi interior.
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