sábado, 20 de mayo de 2023

Re-creación


Cuando ya no sepa
qué escribir en mis poemas,
empezará la poesía;

cuando se acaben los motivos
por los que vivir,
entonces, comenzará la vida.

Cuando se haya agotado el amor,
el cielo se rompió
y no haya nada en nuestras caricias
es hora de amarnos mejor,
comenzar a querer al corazón
de uno mismo.
Se iniciará todo
en el nuevo día.

Y todo es circular,
y todo es tan cierto como mentira...

cuando ya se acaben los poemas,
renacerá la poesía.






La belleza


Aunque pasen los años,
sigo creyendo en la belleza,
esa que nunca claudica
ante el poder, el dinero o el abuso,

sigo creyendo en ella.

Y la observo con ojos de poesía.

Quien sueña y sufre la muerte,
no entiende de esa belleza del dolor,
del demonio que devora nuestra esperanza.

Y cabe recordar
que lo bello es bondad, pero también daño.

Ver gente que lucha cada mañana por un futuro
difícil,
ser uno más de los que quieren cambiar la realidad.
La contradicción de que llore de alegría el migrante
al llegar al civilizado lugar
donde se extravío el alma.

Belleza del desamor que vuelve a renacer,
del viajero que celebra
la fiesta de la vida
a la que no fue invitado.

Y yo seguiré creyendo en la belleza,
por creer en ti

donde otros ven traición,
yo insisto en ver cansancio,
allí donde otros ven maldad
sé que late el miedo,

y en este verso brota lo bello
de que nazca musgo en la roca,
porque ya lo dijo el sabio,
podemos pensar que no existe la magia,
o que la magia está alrededor de todo.

En la trinchera frente al dolor
defendiendo lo puro
me tendrás siempre,
aunque disparé la locura
su dardo maldito.

Belleza que resuelve el encriptado misterio
de tu sonrisa,
de la cicatriz que campea
frente la agonía
de un pasado que nos persigue
como quien corre tras el viento,

para existir, simplemente...

y dotar de sencillez lo humano
en el caos bendito de un mundo herido.

Belleza.

Viaje


He viajado sin darme cuenta apenas
al lado luminoso
del pasajero en el tren de la vida
aunque vine desde abajo, tan abajo
que en el subsuelo del barrio
nadie creyó que yo podría atisbar luz,

en la cárcel de mi mente
me di cuenta de que el prisionero,
(que era yo),
tenía las llaves,

en el agua de mi boca
me ahogué cual Narciso
tras el negro estanque
de la belleza resignada,

y nunca me vi tan hermoso y maldito
como cuando te puede sentir
llorar al otro lado
de mi desengaño por no saber
darte algo tan sencillo,
pero que me rebosa y a su vez no percibo, ciego,

como Amor.


He viajado desde un coche de Urgencia
a un despacho elegante,
soy poeta que se ahoga con el suspiro
de no ser de nadie
y a su vez necesitar esa libertad.

-Te conocí y me haces dudar.
-Me conociste y te hice dudar.

Y entre duda y duda,
bailas?
(...)

te pisaré los pies,
pero te doy mi alma más pura,
esa por la que soy contigo
el escudo y la espada
de la revolución que siempre
habíamos ideado.

Tú, desnuda eres invencible,
eres un alarde de sensibilidad
que de pie me besa,
eres algo así como dos civilizaciones
que se entrelazan
tras el disparo de humo
de nuestra inspiración herida
por prisas, archivos y deberes inútiles.

Soy un caminante al que le cortaron las alas
ideé castillos y torres
en un paisaje de
edificios,
podredumbre,

precariedad

el sueño era un puente para llegar a ser tacto,
aunque nunca estabas conmigo
pero mi pensamiento
dio cobijo a tantas horas
en las que tú me abrazabas en el silencio
atronador de la perdida juventud
que rugía en nuestros corazones
y nuestros sexos.

Éramos libres,
presos de emociones contradictorias
y la poesía un remanso de ficciones
que al hacerse realidad, luego la temíamos.

Te cansaste de esperar (se evaporó el sortilegio),
yo me aparté humillado
y donde nacían de mi mano versos,
la raíz asfixiante de la locura
brotó de mis muñecas
óxido de recuerdo indescifrable.

Yo, tan bello y tan loco,
tan libre y tan preso.

Viajé sin nada y todo fue mío.
Lo que en otros era temeridad lo forjé como estilo de vida.
Donde unos veían estos ojos esculpidos por la luz,
mis ojos veían carreteras cortadas
camino a ninguna parte
donde sé, lo juro, lo sé


que esperas, en algún siglo, me esperas

todavía.


Una mujer desnuda


Una mujer desnuda
es un signo de interrogación
que camina,
es la lluvia que moja tierra yerma,
desnuda una mujer
abraza la sombra
y el deseo
al que el dolor acecha.

Una mujer desnuda
arquea la espalda
y dibuja sus curvas
en un lienzo;
come una manzana,
se recoge el pelo,
desnuda una mujer
besa la tempestad,
acariciando
el aullido
del tiempo.

  desnuda
me mira y calla,
corta el silencio
con su ballesta;
esa mujer
reza a ningún dios,
lucha por amor
y se emborracha
al no entender.

desnuda una mujer,
tiene frío,
aunque dé calor,
peina sus pestañas
con la brisa
del huracán,
dota de sentido al arte
por el vértice de sus piernas,
y sus senos como dos
fresas erizadas
desarman la piel
que el alma no alcanza


Máscaras


El mundo tiembla,
y yo te arropo
en mis brazos;
una carretera sin fin
se pierde en el horizonte
para llegar a gente
que no nos quiso;
la que tantos días sueñan
con nuestros labios.

Viajo en cada curva tuya,
como quien besa
una efímera verdad,
y no sabré nunca cómo
olvidarte,
porque no podré cómo dejarte
de pensar.

El mundo sufre
y tú me abrigas en tus manos.

Este planeta rompe a gritar
en un baile maldito
mientras nosotros
nos besamos.
Lluvia ácida, manos
que arden en lo más profundo
del alma,
playa a la deriva
de los dolores que insisten
mientras los sueños se callan.

El planeta rompe a llorar
y nosotros empezamos el Carnaval
sabiendo que lo más fácil es besarse
teniendo puestas
las máscaras.





(...)


Me emborracho de ti,
en cada momento
te pienso,
emprendo un viaje
hacia mí mismo
y en cada esquina
te encuentro.

Este vacío
se llena de ti
de los pasillos lánguidos
de la espera,
me drogo con el eco
que imagino de tu presencia,
y en la arena de este desierto,
los minutos aguardan
nuestros cuerpos en llamas
si tras el incendio
solo nos quedó una hoguera.




Me pierdo


Me pierdo en el viaje sin destino.
Me pierdo y te encuentro
en cada caricia compartida,
eres entre las sombras
un arcoíris de relámpago,
de corredores y habitaciones
opacas,
desnudez de nuestros cuerpos
acechando olvido,
muriendo en cada inhalación
de penetrarte
y mirarme,
para que seamos ambos
un mismo destino que se agarra
de la mano.


Tiempo de oficina


En esta oficina me pierdo
por la selva de lo que soñé,
y sujeto el ave herida
de la libertad (...)
en mis despedidas
se me olvida irme,
allí donde juré no volver.
Una tormenta me revela
que viví, que fui yo
quien te quiso
antes de que se me oprimiera
en el pecho, este dolor.

En la oficina me pierdo
cuando la vida pasó rauda
en un eterno lamento,
de espejos rotos
y reflejos ciegos del sol.

En esta oficina
se rompe la palpitación
de tanta barbarie;
mientras fuera la ciudad gime,
aplaude.

Desde esta oficina
el cansancio del mundo
emana quietud, terremoto, ira,
en este ayuntamiento,
se quiebra el destello
entre ordenadores y archivos,
y el mundo con hambre,
devora el cariño,
ese que nunca tuve
que nunca fue mío.


Té para dos


Soy más fuerte contigo,
contigo guardo más amor al amor,
contigo siento sin miedo
y de puntillas alzo el vuelo
a un cielo que se divisa
lleno de estrellas.

Tan fugaces como que fuimos
exiliados ambos del amor.

Contigo me duele menos el alba
al abrigo de un abrazo
que cura
contigo ya no hay melancolía
porque compartimos la vida
como quien toma
té para dos.



Temor


Hay demasiada gente con miedo
que cree tener tanto
que sólo vive por la angustia a perder,
pero yo te regalo el cielo,
luna, que alumbras con tu luz
el eclipse de galaxias
donde la necesidad hecha amor,
nos atropelló aquella vez.

Quisiera sentir el optimismo
en tus versos;
es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego,
elixir de dolores
que me invaden
cuando no me salen las palabras,
yo...que sólo soy
parte de un te quiero,
viento en el aire de mil despedidas.



Sé bien


Sé bien que duele
el desamor, no entender (...)
ni yo puedo explicarte
que me pasó,
ni llego aún
a darte un por qué.

Pero te tengo
aquí cerca,
yo estoy hecho de lo perdido,
mi corazón herido
se parece tanto al tuyo:
que quiero que sepas
que me tienes
entre las hojas de haber sentido,
cuyo libro
habla de lo fugaz
de las idas y venidas de la vida,
de las cenizas que quedan...



Desenredando el amor


No sé si es amor
pero quiero decirte que me gustas,
me gusta lo que tú
ni siquiera sabes
que tienes en tu forma de ser,
como te diría...

me gusta que te siento buena
que me atravesaste como una lanza,
y aún recuerdo que me dijiste
que eras incondicional
y recrear lo bonito
sin palabras.

No sé si es amor,
pero me encanta esa forma de sonreír
que tienes
como quien es tierna con la ternura
y quiere olvidarse del ayer.
De ti nace vida
y yo, que sigo perdido
en un planeta lejano
quisiera darte eso que antes alguien
te quitó.

Porque no sé si es amor
pero abrigado en tu piel
me visto de certeza,
de orgullo y fuerza
abrazados ambos a una duda
hasta que la luz en la noche
de caricias y besos
nos sorprenda.


Luciérnagas


Soy la luz de una luciérnaga herida,
peregrino que viaja de la locura
a un te quiero,
visionario errante
que pone al revés el Universo,
quien robó naranjas al rico
para convertirse en príncipe del olvido,
okupa que vela por cada arruga
del abrigo de tu cuerpo.

Soy un viajero que se aventura
en un planeta sin más ventura
que el dinero,
pero me basta con un mendrugo de pan
para ridiculizar al qué dirán,
y perseguir al sol
en la noche entre tus piernas.

Soy un caminante
que anda como siente,
dibujando en su sendero
la imaginación al poder,
una guitarra zurda que no se aprendió
su canción,
ciclista cojo de un pie,
pomada de Quijote
con la que sanar nuestro corazón.

Soy una duda que tiembla;

y... qué habrá sido de aquella muchacha
tan resignada que nunca se rindió?

Soy un artista del vacío,
hoguera de nieve,
orfandad tras leer la piedra Rosetta
en la temerosa aduana
del hospital
donde nadie me cuidó.

Soy un seré que fue,
un te quiero que duele
en las entrañas de estos versos.

Peregrino que viaja por un imposible
desde las ruinas de Valencia
a un paraíso desierto
donde soñé una huida contigo
y cobró el amor sentido
al no existir la muerte
en esta orilla del tiempo.


lunes, 8 de mayo de 2023

Enfermedad de la humanidad


Soñar con lo imposible, 
y que el mundo gire
alrededor de tu sonrisa.

La libertad divina
de la que hablaban los genios antiguos, 
no es más que no tener miedo, 
limpiarse las lágrimas secas, 
porque a quien tienes que vencer 
es a ti mismo, 
porque a quien tienes que amar
es a un mundo mejor, 
lejos de los candados de tanta fría
formalidad y despotismos.

Aunque no lo creas siento lo que sientes, 
las señales están ahí, 
sé que hasta el alma más triste y oscura
verá la luz, 
porque se luchó milenios
con armas sin entender
que el amor es la respuesta,
tan complicada como sencilla
de mirar los espejos de ti mismo.

Para después compartir 
o pensar si fue reciproco.

Y en este proceso de racionalizar la locura, 
viene tu llamada inesperada, 
o no, 
y las manos frías me sincronizan
la enfermedad de la humanidad.

Como universo que somos, 
el universo vive en nosotros, 

En nuestra alma.



Manos

 

El universo en la palma de la mano, 
esa que la tuya junto la mía
nos hacía eternos.

Yo quise cambiar el mundo
y no entendiste que mi amor traspasa
el cuerpo
para vivir en esta tierra con la
alegría de hombres y mujeres valientes.

Que espero ahora a que
despiertes, 
a que los fantasmas de tu miedo, 
ese que yo sentí, te estremezcan, 
y verás que la locura, 
la locura, 
la locura



                                                                                es una forma de amor.


Guerrero de un sueño

 

Guerrero de un sueño
que me robaron por ser dulce, 
por ser bueno.

Guerrero que sabe que 
un toque de interés hace bien
y la lucha no está en la piel
sino en la mente.

En las puertas cerradas
que abre la poesía y el amor, 
en la paciencia de besar
el día cuando muere el sol.

Guerrero de un sueño 
que tardó mucho en despertar
y llegó al fin al levantarse.


Semilla

 

Se queda aquí la flor
que será fruto de la semilla que sembré
(el verso secreto que guardarás
cuando estés con él)

...

Se queda aquí la ternura
que nunca supiste que volvería
cuando aquella primera vez fue
sueño pasajero de un viaje
de tus manos tapando los labios 
de un recuerdo.

Los aullidos de los lobos
te fuerzan resignarte, 
pero antes, 
escucha mi poesía, 
antes de rendirte, 

no todo está perdido
duerme esta noche conmigo.


Letras

 

Es necesaria la literatura
porque la vida es demasiado decepcionante, 
y hemos de rescatar
ese lado intrépido en el que las letras rotas
enderezan las horas, 

literatura de magia hecha 
sintonía con eco fallido, 
lírica de la sombra que hace
del dolor deleite de funambulista, 
poesía que se revuelve
entre tanta ilusión abandonada.




Lo perdido

 

Tus ojos que aman lo perdido, 
mi misterio de nunca entender, 
de ser parte de un sueño
que nunca tuvimos, 
y el cielo calla todo 
lo que no supimos ver.

Cuando acaba la paz
de nuestra guerra, 
destello de belleza
inicio de ti,
y se llena el beso de toda mi tristeza, 
en el tumulto de las calles desiertas
que acaban en nuestra piel.


Puerto

 

No quiero que me quieras
como nunca sabré querer, 
así como empieza la melancolía
en el vino amargo
que derrama la locura en nuestra piel.

Como el imposible que nos llegó tan tarde, 
como la quimera de ser un poeta
ensimismado por la trinchera de la admiración, 
voy mirando indiscreto 
por qué, por qué, por qué,

Como tener el tiempo amarrado
en un destino que nunca sabré alcanzar, 
como referentes de una historia acunada
en un trago de dulce veneno.

No sé donde parte el velero
lleno de voces heridas, 
no sé en qué cantina moriré, 
el sueño se apaga al soñar con las certezas, 
de una vida sin estelas, 
alrededor del mar sin olas 
que arriban al puerto de mi fe.




Rastro de luz

 

Busco un rastro de luz
en este tiempo tan fugaz, 
donde mis labios se posaron
como mariposa sin dueña;
donde se pierde la tormenta
vertida en lágrimas secas
de nicotina y alquitrán.

Busco la quietud del tiempo herido, 
la paz en esta guerra sin tregua, 
busco no darme por vencido, 
rostro de luz, 

entre hojas muertas.



Marea

 
Sólo duele lo que creemos eterno, 
lo que intuimos que el misterio
circunda la magia. 
Y queremos tener entre las manos
el cielo, 
cuando se descolgó la luna, 
cuando se volvió oscura, la luz del alba.
Entre las grietas del capital, 
del interés que abrazamos mientras la muerte
o la enfermedad nos da el aliento frío
de lo que es real.

Perdemos en este verso el beso
de una guitarra llena de reproches, 
y soy peregrino del amor de aquella mujer, 
y soy el destino de la vida
que se detuvo ante la marea de mis sienes.



La vida

 

La vida es un anzuelo,
tu amor, un laberinto,
y como la luz mortecina 
de los tiempos pasados, 
(tengo el rumor de las olas que estallan
en el desierto de tus labios)

Mi mente viaja más rápido que mis pies
sin hacer ruido
la tormenta tropieza en la esquina del tiempo.
Y de todo lo que no tengo, te quise,
la rosa se pudrió en mi boca,
al besar.