domingo, 18 de julio de 2021

Si me pierdo...

 
Si me pierdo 
búscame 
contando estrellas, 
en el cielo pintado del anochecer, 
si me pierdo 
solo tienes que quitarte una venda 
y búscame, 

que te estaré esperando, 
poniendo nombre a cada estrella, 
a cada grano de arena 
en la montaña
que lleva nuestro nombre, 
búscame en las sombras de lo imposible, 
porque lo posible, 
ya nos hizo mucho daño.

Si me pierdo
búscame 
contando las letras de tu alma, 
soñando con volar en cada viaje,
construyendo 
el paisaje que soñamos, 
contando las estrellas
que no vimos en el pasado.


Tiempo y amor


El tiempo es como un asesino
que corrompe todo, 
tu amor queda en mí cual certeza,
como salvación y lucha.

El tiempo, huracán helado, 
no da alas a esta emoción que sabe tanto
de lunas cerradas
como de horas sin sueño, 
el amor puede más que el viento
que todo lo arrastra, 
si los dos creemos, 
si nuestras manos están llevadas
por las olas de un mar presente.





Caer sin Redes

 

Hacia lo salvaje, 
pude viajar por la mente, y ver el más allá, 
pude tocar la mano caliente de un muerto, 
besar flores secas, 
reír rompiendo a llorar.

Hacia lo salvaje, 
cuando todo es ultimátum,
cuando las persianas se corren 
y desde lo alto alguien te está llamando, 
círculo circular de una tierra redonda, 
siglas en letras chinas, 
sospechas y abrazos rotos, 
amigos que estuvieron y que nunca estarán.

Hacia lo salvaje, 
cruces tatuadas en las sienes, 
saber como se vuela sin alas, 
y como se cae sin redes, 
renacer de vidas pasadas, 
salvaje de alma tan libre que duele.

Hacia lo salvaje, 
nadie lo creerá pero el espíritu sabe más 
de la luna que el sol, 
galaxias que orbitan y yo
bailando sin saber cuándo desfallecer.

Hacia lo salvaje, 
teléfonos que llaman desesperadamente, 
ojos como faroles quebradizos, 
lucha entre el ser y uno mismo, 
agonía de las ciudades sin dueño, 
maldición de ser ángel, 
de rozar las estrellas eternas de la locura.

Hacia lo salvaje.



La tierra grita


El planeta lanza un grito de socorro, 
la armonía de nuestros latidos se interpusieron a la naturaleza, 
y somos sombras que embrutecen de dolor el mundo, 
contaminando sus venas con aguas marrones y montañas
de plástico.

Huracanes de cemento, lluvia de plomo, 
cables taponando el cielo, 
el planeta extraña la luz de la tempestad
de un paraíso desolado, donde solo queda la añoranza del pasado
de cada río sin mar.

Tierra mortecina y sin brío, 
se acaba la razón por un calor dañino, 
de un medio ambiente a punto de estallar.




Viajes

 
En un bar cualquiera, de cualquier perdida ciudad, 
las noches se confundían con los días, 
y el viaje de regreso podía esperar, 
en las aceras trasnochaban las horas muertas
que vivían en mí, 
las ruinas de mi corazón adornaban los adoquines
de la ciudad del olvido.
Otra dimensión se presentaba en el presente, adelantado, 
por Europa tuve sueños, y de América el corazón, 
en un rincón cualquiera pude morir para renacer
entre los muertos que decían estar cuerdos.



Todas

 
Todas las horas perdidas en el tejado de la infancia, 
los quebrados vidrios del nunca más, 
todas las vidas vividas en los posos de café
que adivinaban mi soledad. (Todo en una pestaña caída).

Todos los besos son casi nada, cuando no conocen tus labios, 
cuando un hombre vuelve a nacer 
y los pies en la luna enraízan un árbol de consciencia;
mi mundo no cambiará pero contigo es más bonito.

Todos los pasos a la ciudad de la esperanza que no dimos,
que quedan encharcados en una melodía sin eco, 
todos los lunes y los ocasos, todos los rostros que nos iluminaron
para dejar paso a nuestro estallido.

Todos los eclipses que pronuncian la vida del después, 
cómo escapar de la tromba de tristeza de tanta fiera, de tanta ira...
todos los mares que luchan en nuestro sol, 
como los planetas circundando nuestra mente, en el exterior, interior
del amor.


Dos corazones, mil galaxias


Me das el aliento del mar,
en cada tempestad de luna,
las olas son tu cuerpo,
sonrisa de leve velo
que se alza ante una galaxia
brillando desnuda.

Me das la dulzura y el tiempo,
la luz de lo que no tengo,
la sombra de una estrella al despertar,
somos el amor que se deshace en caricias,
el beso tras la vida,
tú, belleza, en calma, y tempestad...

Por eso te canto y más,
por eso somos medio latidos jugueteando
con el cosmos,
el infinito sabe a poco,
porque más allá de mis miedos te encuentro,
de mis ganas de tocarte
en mitad de un mundo
que no entiende lo que es el amor
en nosotros.

Por eso nos encontramos aquella vez,
en mil vidas, en un destino, en dos corazones.