sábado, 29 de diciembre de 2018

Casas de barro


Casas de barro,
corazón de niño,
sonrisa de luz.

África palpita en un sueño despierto,
o pesadilla

de ave azul.

Vi jóvenes descalzos
que cargaban a sus espalda
la cruz del mundo,
y me daban las gracias,
vi dunas de arena; ciudades abandonadas;
cometa herido,
grito de cañones sedientos,
cascadas de la sed de dios,
ojos de poesía en hombres ciegos,
tribus cambiando maíz
por la esencia del planeta...
hallazgo,
y cuatro personas que diferentes,
fueron destello de bondad.

Ardían las estrellas fugaces
en atardecer sin fin,
tenemos los relojes,
pero los africanos tienen el tiempo,
tenemos los objetos
pero los africanos tienen el nombre de las cosas,
y en un viaje,
las venas del hombre antiguo
fue explorar el desierto
con ojos que abrieron
la respuesta de mil batallas.

Casas de barro,
corazón de niño,

sonrisa de luz.

Princesa Himba


No sé muy bien
cómo te llamarías en mi mundo,
ese de facturas, tráfico, ansiedad,
solo sé princesa himba
de ojos abiertos,
de pupilas de ceniza,
volcán de la edad primera de la luz,
que guardo aunque no lo sepas,
el palpito de ti, de tu pueblo digno,
frágil,
inquebrantable,
en la maldita contradicción
de aviones que me dan comida y mantas.

En una calle de Madrid nadie responde,
lo bello es lo simple,
y la simpleza de lo complejo
mi realidad,
tu piel sería nuestra fuga
entre globos, ollas vacías, cabañas dignas
y un paraíso lejano.

Princesa himba.




No sé nada de ti


Hace demasiado tiempo
que no sé de ti,
la muerte tiene guantes de seda,
y aunque te espero,
y a pesar de que no vengas,
cielos sin estrellas
me hablan de lo que dejaste en mí.

Te podrán decir
que he sufrido,
pero nunca que cambié,
sigo dibujando tu rostro
en la arena del tiempo.
Mientras te miro se acaba lo que no tengo,
todas las lunas huérfanas me hablan
de lo que perdí.

Como un anuncio
de la tristeza que no es real,
como el afán del vacío...
como la soledad,
hace demasiado tiempo que no sé nada de ti,
este ave tiene alas abiertas,
espejos rotos
y la fe del olvido
da presagio a aquello que nunca fue
ni será.

Tú besarás, vomitarás sangrantes venas,
fiera noche,
madrugada sin mayor alma
que lo que no nos corresponde
una navidades apagadas,
estrella sin luz,
que da cobijo a nuestras espaldas,

hace tiempo que no sé de ti.


Ya no hay vuelta atrás


Ya no hay vuelta atrás,
ama a otro,
puedes marcharte,
las cortinas blancas
se confunden con la luz.
El daño está hecho,
recordarás por siempre
mi mirada de sonrisa triste.

No vale la pena,
retrocede,
y quítate el despojo del recuerdo,
como astillas
en un hoguera de fuego fatuo,
caballeros besarán con temor
la primera vez,
para luego (puede ser)
dar ordenes a tu alma.
Mi patria es el mundo,
dios sabe que probar el agua salada
de la otra orilla
hizo de mí
corsario de soñarte en el silencio.

Ya no hay vuelta atrás.
quédate en otras piernas,
desordena cajones,
qué decir...
llama a números desconocidos
que te aúllan,
el pájaro de la libertad
mira triste y enfurecido
a la paz que anhelo,
esa que sé bien
se deposita
en tus parpados.


Cuando llegué a la ciudad


Cuando llegué a la ciudad los fantasmas barruntaban olvido. Pieles rojas y ordenadores chirriando. Cuando llegué a la ciudad mi sueño era crecer y la noche balanceaba la mano del quién sabe. Cuando llegué a la ciudad todo era mandato y nadie obedecía sus propias órdenes, la ciudad era maremoto de antorchas hirientes, mujeres desnudas que santiguaban el riptus del pesar eterno.
Cuando llegué a la ciudad la soledad era cada compañía, ambientada en escenarios de ambición, enfermedad, llegué con una rosa cortada en la tempestad; se abrió la puerta mientras ella se fue con alguien, muy parecido a su miedo.

Tenía 18, y el mundo era mío, tanto que la tierra no asimilaba tanto desprecio por mi parte, llegué encendido, morí con una llama en la frente y voces de coral me dieron la extremaunción para crecer o para romper el cordón dorado de cada terremoto mío.

La ciudad era un embrión de pies tullidos que daba de mamar a otra gente sedienta, llegué con una pajarita de papel y un libro color de mis pestañas en el bolsillo, y ella (perdón por reincidir) se fue a tierra soñada, dejando el delta de su sexo como la promesa épica del desaparecido deseo.
Deseo que no desvanece, llegué facturando metales en cada aeropuerto, gritando enardecido por tormentos de oscuridad, con pavor pero temblando febrilmente y cada golondrino que salpullía el vientre de la razón removían una ciudad de rosales y cristal, de edredón plateado, de cercenada realeza en cada momento sin nadie, con todo, terriblemente libre.




viernes, 28 de diciembre de 2018

Gasolinera


De paso en gasolineras,
camareras de tréboles afilados
hacen de cada espera 
el despertar de ave que se desvanece
mientras besan.

Sórdidas mesas, 
ketchup desparramado, 
ventanas como rendijas, 
muerte de la noche
a cada trago.

Asisten a la estación de paso, 
muchachos sin dientes que rezan, 
sargentos que ordenan ejércitos invisibles, 
y cada vez de nuevo, se pierde
un sueño de primavera.
El sol eclipsó la luna
y la luna apagó cada estrella.




Realidad


Se levanta la luz
cuando despiertas
del sueño de estar dormida
en esta realidad.


Mi infancia


Mi infancia fue
una sucesión de trenes
 a punto de descarrilar,
espejos rotos usados,
linterna buscando vida
como la luz apagada de la luna.

Mi juventud fue anecdotario
de imposibles
y entelequias que iban tomando forma,
como lo inefable de un suspiro.

Castigo de amar el mundo
y tu beso, el miedo
como plaga de ese castigo.

Mi vida hoy es el azúcar y la sal.
Desdén de tu abrazo.

Mi infancia fue
una sucesión de trenes
 a punto de descarrilar,
espejos rotos usados,
linterna buscando vida
como la luz apagada del sol.



Corazón abierto


Cuesta mucho desprenderse
de una coraza,
corazón abierto a la tempestad,
suicidas que mueren
como poetas,
clavos en el alma,
dolor de muelas,
que apuntalan el sufrimiento,
de no saber cómo ni cuándo llegar
a tus latidos de coral helado,
de tesoro maltrecho por el dolor,
de una chica que recita versos
que se pregunta el por qué
de tanta distancia
y el tumulto de la sinrazón.


Estatua de sal


Frente una estatua de sal
en Riga,
años después se volvieron a encontrar,
él tal vez cansado,
ella con la misma sonrisa
(hay cosas que el mundo
no cambia a pesar del vendaval)

-De algo te conozco-murmuró él.
Ella contestó con los versos
de esta postal,
y en Namibia el destino
ató el zapato al tiempo 
aunque el resto del mundo
siga bailando
triste y ajeno en su soledad.


Luchadora de paz


No te conozco
y eres parte de mi medio latido,
princesa guerrera de sol,
de cada estación de metro de Madrid.

Te temo y me acerco
como hoguera encendida,
como brecha del universo
en cada puño cerrado tuyo
que reclama al mundo paz,
y me obliga a preguntarte
con anhelo,

quién eres, guerrera?

Globos


La risa de un niño era la ilusión
de tener un globo,

y de aire de los sueños
la dulzura
latía en plena cruda y real
infancia.


En África


Los niños juegan,
ríen,
hipnotizan la desolación
del tiempo.


Sol


La pobreza no es tu raza,
tu raza

es el sol.


Mujer valiente


Niña valiente,
indígena en pie,
mujer valiente.

Pisada que quiebra el dolor,
y canta una nana a su hermano,
poco menor que ella.

Mujer valiente,
niña en pie,
color en tu alma
de la verdad del mundo.

El fulgor de tu piel morena,
la bravura de tus ojos negros,
inocencia que no rompen
tus muñecas
por el roble de la vida,
latido sin piedad
en la orfandad del cielo.

Niña valiente,
indígena en pie,
mujer valiente.

No tener nada
y tenerlo todo
al mismo tiempo.







Corsario de fuego


Haciéndose daño,
el amor apunta a la sien,
reto que repta
por un mundo
dando la vuelta a la luna,
ojos que son lunares
en el alma febril
de las despedidas.

Hay un viaje en el vientre
de mil laberintos,
tránsito recostado del hombro
de los imposibles,
palpito de un corsario de fuego.

Haciéndose daño,
el amor apunta al olvido,
quienes quieren todo
nada dan,
vale más el beso del traidor
que el corazón hecho añicos
de un niño
que jura devoción al cielo
y el cielo le condena en soledad.

Hay un viaje en el vientre
de mil laberintos,
tránsito recostado del hombro
de los imposibles,
palpito de un corsario de fuego.


Terciopelo del desierto


Terciopelo del desierto,
librería vacía en el corazón,
lluvia tras el arco iris de tu boca,
ojos como ventanas
que da al sueño que un día,
soñé yo.

Emperatriz desposeída,
tan de nadie como de quién te bese,
la verdades se visten de mentiras,
cicatriz en el alma
por leer en plena madrugada
el frío de tus labios,
borrachera de viernes.

Verdad que tropieza
en un mundo
no hecho para el amor,
que se da de bruces
con el alma negra
de cada sol naciente.



No diga nada


Aunque no te diga nada,
te pienso,
estoy aquí.

Escribiendo como los poetas
que murieron pero sus manos
aun alzan el pincel,
diseccionando en momentos,
sueños cíclicos,
preguntándome sin cansancio
por qué el dragón me vino a visitar,

mas sin intuir que era yo mismo
el rostro de la muerte.

Aunque no te diga nada,
estoy aquí,
como mil sentimientos
sin cara,
don o castigo,
caridad de diablo,
sin piedad de dios,
volcán lleno de vida
que rebasó el mar
de la consciencia.

Aunque no te diga nada
mis alas se cortaron
pero sigo volando
a ras de edificios,
huérfanos como yo,
a ras de horizontes
en mi afán de tenerte delante
y que por fin,

no te desvanezcas.

Aunque no te diga nada.




Cómo decirlo?


A menudo el amor
es la coraza del tiempo;
Cómo decirlo?
Suele pasar que dos personas
cuando se miran a los ojos,
se preguntan sin palabras,
desde dónde ruge el vendaval
de lo que queda aun por decir.

Ese atardecer rojo
como la oscura escena
de la dulce amante
que se funde con el vientre del sol
era la duda de si el amor
tiene sentido,
de si la vida tiene sentido,
somos marionetas opacas
llenas de luz,
contradicción de tus besos
veneno que da vida,
miel que se desliza
en un "para siempre".

A menudo el amor
es la coraza del tiempo;
Cómo decirlo?


El misterio de las olas


El tiempo hizo de ti,
el misterio de las olas,
la añoranza de luna,
inocencia que se murió
por el camino,
puerto de anclaje infinito,
labios de diamante roto,
de orfandad de rencor llena,
deriva de Imperios en los pies
del viajero
donde atracó el sin fin del mundo.




lunes, 24 de diciembre de 2018

África


Garras de la sabana
que arrastran la leyenda del tiempo,
colores verde y marrón
se alzan en colinas
con el ulular de ave nómada
entre casas de adobe y chapa.

Grito de África,
belleza eterna y efímera
por el transcurso de un río
en la huella de los aborígenes
del mundo.

Desierto de piedra, de mar,
infinito en la palma de la mano,
camino de regreso de león
que busca ser libre.

África sonrisa de niño
que el olvido le hizo hombre
y juega,

que sintió el dolor y cura

que no tiene nada
y todo te da.


domingo, 23 de diciembre de 2018

A pesar


La muerte no es más
que una oportunidad
para los cantos de las sirenas.

Hace frío y se encienden
las luces de la vida.
Ríe torpemente quién desafió
al destino,
y aunque el porvenir nos depare vacío,
y pese a que las dunas de tiempo
sean como tu cuerpo
al despertar.

Seré breve.
No te olvido.


miércoles, 19 de diciembre de 2018

Antes de ser rechazado


Antes de ser rechazado,
os rechazo,
loco no, mago con chistera,
pronto se te inundarán
las arrugas en piel y alma,
y dudes de quién duerme
a tu lado.
Sigue soñando con mis fotos,
mi sonrisa no tiene bandera.

Antes de ser rechazado...


Astro violeta

A Laura Luelmo, seguimos en la lucha.

Persiguiendo un astro violeta,
se fundió tu luz,
el demonio afiló sus llamas,
corriendo veniste, corriendo te alcanzó,
siente en lo alto y tan cerca
que hay cada vez más voces
en plena guerra
y que Ni una menos,
tengan que caer del derecho
por sentirse libre.

No se puede vivir con miedo
no es justo,
la madre tierra grita,
mujer que rompe cadenas,
llena las calle!
sangre silenciosa,
aguijón que debe de salir,
frente a aquellos que
el mundo coronó
como príncipes bastardos.

Sus iras por gobiernar corazones
no eclipsarán a los que los cuidan.

Acosadas de intolerancia,
luciérnagas circulares,
mientras todos miran, nadie ve,
Viva nos queremos,
volverá, Laura,
palpitando entre tantos
hombres y mujeres buenos
cansados de llorar,
de esperar,
de luchar
de preguntarse;

¿Cuántas más?


martes, 18 de diciembre de 2018

No responde


En la esquina rota del olvido,
ella saca un papel y fuma,
mira al horizonte,
se pierde en un suspiro.
Le dijeron que la vida era así
y desde pequeña tuvo que aceptar
las normas marcadas.

Dónde se pierden los límites,
se expande la razón.
Ella muere cada día,
y en la pintura azul de una tiza
dibuja lo que queda de su corazón.

Los gritos secuestran los sueños,
ella es poesía y en poesía se funde,
abre la magia y cierra un secreto,
su país abarca fronteras
pero todo esconde.

Ella es amor de bar,
cobarde, torpe, valiente,

ella llora al besar
y duerme con el sol de las despedidas.

Ella es lucha
y es paz duermevela
en grito cansado que te mira y no responde.