domingo, 7 de octubre de 2018

Ven


Te levantas
como el rosal que trepa hacia lo perfecto
y va perdiendo perfume;
abandónale a él,
cuando no hay más salida
que sus celos y mentiras,
y ven,
ven a romper el hielo de la madrugada,
a hacer polvos
de estrella la rutina,
ensúciate las manos de poesía,
para sujetar los muros
como himnos incandescentes
de esta sucia ciudad.

Te mojas los dedos en café con leche,
vas al trabajo,
se desgranan amistades,
y él es la promesa que se desvanece
en una conformista realidad,
tan cierta que a la certeza cansa.
Rompes tus huesos con la cruz
de las Santas que no aguantan
y miran alrededor con menos gloria
y más pena,
flor del amor estable,
sirena que se ahoga en un estanque, 
ven a mí,
cuando tus días y días y días
te hagan ser una caricatura de ti misma.

Ven.




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