Podría romperme de dolor
para vertebrar la luz de las sombras,
tus ojos son como un reloj
que brillan al sol
e ilumina esta verdad tan desoladora.
Había escrito el loco
que no sabía más que buscar en su alcoba
la promesa que se acabó,
nuestro abrazo a una nube rota,
y esta canción desafía mi emoción,
el tiempo por las venas de la noche
arde de estrellas el cielo,
y el último mandamiento
es ser uno mismo antes que el silencio
del corazón aflore.
Podría llegar a ser nadie
en esta nada tan vacía,
y aún así no te mentiría
si te digo que te quiero
pero con tanto dolor, no puedo,
y me abandono en la distancia
de esta maldita vida.
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