Me conmueve el hambre de las personas,
la duda de los dioses,
la compasión del demonio,
me emociona la gente que deja de ser gente
y sale de sí misma para ver más allá
para crear luces en el invierno
primaveras para este mundo roto.
Me emociona las personas que creen en el amor
aún viviendo entre egoísmo,
las que no se venden al chantaje de la apariencia,
aquellas que dan voz a los que no tienen voz,
sed de libertad
en un sistema repleto de fronteras,
(creo en los que piensan como sienten,
y creen en lo que piensan)
Me cansa la resignación,
yo, que acepto el mundo y no me conformo,
mi patria son los ojos curiosos
de una muchacha
que ve lo que escribo en el ordenador,
la luna apagada que será curada
por la fe
de otros amantes (o no)
Me conmueven los boleros,
los viajes que empiezan en uno mismo
y acaban en cualquier lugar,
quien se apartó por sus convicciones
allí donde el mundo gira entorno a sí.
Odio las tinieblas pactadas del planeta,
aunque algunos nos se sientan luciérnagas
creando luz entre tanta oscuridad.
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