La luz tenue de la luna,
me habla de la quietud
que nace entre las sombras,
el hecho de ser un hombre libre
que se pregunta
donde acaba la libertad;
la que palpita en la inmensidad
y poco a poco nos arrincona.
Montañas como hojas de tierra
que inunda el más allá,
que son tus manos emocionadas
por el tiempo
el que da paso a la muerte,
el fin que empieza cuando me quisiste besar.
Y dudo si el artista es arte
por lo que es
o por lo que representa,
por tanto público
que le puede llegar a aplaudir,
y dudo si me quieres por mí,
o por lo que opinen las que te rodean
de la sonrisa que nos adornó
antes ambos llegásemos a existir.
La luz tenue de la luna,
esa que da paz,
la que atormenta a los amantes
y hace aullar a los locos,
tiene mi noche oscura
entre barruntos esquivos
y lágrimas rotas
por mis ojos.
Ciudadano salvaje
que transita entre los orillas de la nostalgia,
hojas secas en mis manos sucias,
tenue latido que me sacude el pecho
cuando el mundo fue nuestro
y se durmió como un bebé
entre tus rodillas.
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