El desamor en esta tarde te abraza
y las olas de la marea
despistan el vaivén de una pérdida playa,
latido triste de no ser correspondido
de crear abismo en un desierto de inmensidades,
el dolor crea vacío
que enciende la noche,
esa que apagó en la mañana nuestra lumbre,
te siento aquí, sentada en mi desconsuelo,
en el trozo de asfalto de la memoria,
y pudiendo alcanzar el sol
no olvidaste a este fugaz cometa
que te escribe y piensa,
de esquina en esquina,
tras el desconsuelo por haber creído
más allá en el amor,
por haber hecho mía la promesa de libertad
con la que el universo te besó
y gira
y gira.
Se escapan las palabras y yo
las intento adherir
a mi sangre
en lo que dura el suspiro atroz
de pertenecerte
y no ser de alguien.
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