Mi corazón está agrietado
de latir, de tanto sentir,
de conmoverme por el mundo,
y ver la tenebrosa lumbre
de esta guadaña,
la que cercena
mi dicha, y es voz de mediodía
en tierra extraña.
Mi corazón
es una lágrima
de metal helado,
un trozo de carne cuarteado,
lluvia que inunda
mi verdad,
y tiene el sol de la vida
en la noche de
este ocaso.
Mi corazón es un motor
tan loco e insensato,
un castillo de laberintos
con la palabra
de los que naufragamos
en la lava de mil destellos,
y el frenesí efímero
de habernos amado.
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