Es tan difícil encontrar la sintonía de nuestra piel,
de mi tiempo en tu alma,
evasivas de la felicidad tras la batalla que viví,
es tan difícil ser amor cuando
en el fondo del corazón se guardó tanto desengaño
que ya no queda nada.
Cuesta reconocer la huida de uno mismo,
el camino que se pierde,
las luces en el horizontes dispersas
y con la bruma de los ojos rendidos
por una lucha tan bella como triste
que es la vida.
Es tan difícil saber cuál es nuestro momento
en el tiempo de encrucijadas,
de ríos rojos por la sangre de las heridas
cuesta mucho querer ser luz
en el sueño de lunas que se olvidaron
de los anhelos de quien sueña con un mundo mejor
más allá que de esta miserable vida.
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