Yo no llegaba a entender
si habría estrellas
más allá de mi barrio,
pero intuía que sí,
un día me puse los zapatos grandes
y con el humo de la estación en pleno marzo
viajé guiado por mi cometa fugaz
donde ardía el arte.
Quise saber si habría estrellas
más allá de la madrugada,
en esta noche con sabor a aguardiente
y cielo de escarcha,
en las mareas del deseo que mojaban
nuestra cama,
y el miedo a no ser correspondido
me hacía estar expulsado
del paraíso de tu falda.
Yo no llegaba a saber
si habría estrellas
desde mi balcón,
quise ser libre y sobrevino el ruido
de un dedo que acusa,
nadie te querrá tanto
como te he odiado yo.
Cometas fugaces que sigo en su estela,
camino de rosas con almas de piedra,
yo sólo quise ser libre
pero nadie me enseño a mirar
las estrellas.
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