Un verano sin mayor meta
que ver las nubes desvanecerse
(...)
a muchos sólo les queda amar
el apego de otro cuerpo a su cuerpo,
ni se quisieron a ellos mismos,
ni menos a quien caminó a su lado;
sólo apego de la ilusión
de haber tenido todo por delante,
este tiempo es un vértigo que vaticina
lucha incondicional
de tenerte a pesar de la nada.
Te escribiré con líneas como frontera
de mis sueños pasados
Te desearé, aunque viejo y huraño
porque sólo me queda la tormenta venidera
del dolor de estas manos (…)
Me consuela ver pasar las camareras
el polen de lo que se derrumbó
entre las paredes blancas de la locura,
un verano de palabras enquistadas
en la sospecha de la noche
y los dictados eternos del alba.
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