Tu silencio es la respuesta,
mi pregunta; el mundo.
Quizá he atesorado
demasiado sueño
en el profundo tiempo
de mis ojos verdes
y tu desengaño
cual flor cerrada
ante tantas embestidas
del temporal.
Mi silencio, una diana
con los dardos heridos del desamor,
nunca hablarán mis palabras,
si la memoria persiste
en la hondura
de estos recuerdos que crecen.
Pero la lucha está en el ahora,
sabiendo que para vivirlo,
-para vivirte-
(…)
no valen traumas ni quimeras
que digan que son mentira
nuestras promesas,
y el abrazo herido
que nos dimos
una vez.
Tu silencio, una respuesta,
mi vida desborda sentidos
con los que desenamorarme
y armarme
sin ti o contigo
en lo que no pudo ser.
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