Para lo imposible, me queda la palabra,
el corazón roto
la sal en las heridas,
para lo que no me das tengo una guarida
el acertijo de la muerte enamorada,
y querer al amor, como quien quiere
la exhalación que pasa;
para lo imposible no tengo más que tempestad
tras mis ojos negros que miran
el vacío de tu alma,
y descifrar cada sentido roto
que derrama
el lenguaje
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