Tenerte entre mis brazos
que seamos juntos
lo que nunca podríamos ser,
abrazarte como quien pende de un relámpago
y besarte tan fuerte
como la sensible caída de nuestra piel,
Tenerte en un mundo de mentira,
para que seamos verdad,
entre la ansiedad y el éxito,
atenazado por una frontera,
todo llega,
cuando creíamos haberlo perdido ya.
El amor, ese impostor
que escribe con la palabra
que se rompe cual cristal;
eres una naufraga a la deriva
de mis tristes pesadillas,
y yo, ese viajero perdido
que contigo
aprendió a caminar.
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