En el tiempo de las mariposas,
en las dunas de una playa sin mar,
en este verano tan solo
que sólo tengo ausencia
con la que llenar de arena
a la soledad.
Tu forma de hablar me castiga
para más tarde morir de ternura,
mientras mi vida es un viaje
sin destino;
sed de amor pero hambre de nadie
hasta que tú te cruzaste
en mi camino,
y ahora qué nos queda? (…)
sino esperar y esperar,
el amor después del amor,
mirarte a los ojos
y que ellas,
como fantasmas del pasado,
no eclipsen tu luz,
cuando en esta ausencia
no haya nadie en el aire,
y tras el viento llegues tú.
Tengo entre versos
el tiempo de cuando
todos los gatillos apuntaban
a mi alma,
pero traspasarla no hubiese sino suficiente,
lo sé,
como tampoco
besar el vergel de tu vientre,
pues el amor es algo más;
es encontrar cansancio
para vestir la esperanza,
cambiándonos la piel.
en el tiempo de las mariposas.
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