Estaremos a salvo de nosotros mismos,
tal vez se llene de luz la prohibida palabra,
si es que si nada nos separa,
puede ser que sea porque no nos une a partir de ahora
nada.
Te echaré de menos como el sol,
no más que a la libertad,
porque magnificar al amor
es dar alas a un ángel herido,
es tener una idea demasiado grande
del palpito
que nos hace errar.
Estaremos a salvo de nosotros,
y el fuego apaga el tiempo,
tu tacto, mi memoria,
amar es la incógnita de estar vivo,
de ser consciente como un loco cupido
que hace balance del cerebro
mientras al corazón
enarbola.
Te tengo en el pecho desguarnecida
en esta confusión,
en este estar aquí pero sin mí,
tan llena de luz, apagada de caricias,
para que nada nos una
que nos separe la vida.
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