El poeta pinta sin mancharse las manos,
óleo invisible
que da guarida a esta pasión,
que es entraña de nube,
pies descalzos entre el viento
como alimento de lo que le faltó.
El poeta invita en su derrota
despliega un plano de la ventura que no fue,
tanto dolor (…)
que a las sombras
asombra,
cuando el amor se perdió en él.
Poeta de luna rota
que es mecida por las luciérnagas del perdón
y la ira,
por esa gente que viene y va;
que transita,
lumbre silenciosa
de ave torcaz, lucífuga;
herida.
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