El viaje se pierde en las venas del tiempo,
lunas de cristal en los reflejos
de tu mirada que mira mis ojos,
de tu sonrisa que besa mis sueños,
el viaje es un laberinto de luz
en lo profundo de una boca de metro.
Consciencia de libertad
que orbita por el mundo y yerra,
alrededor de un lunar de nuestro destino.
El viaje empieza en el olvido,
en donde transité tanto
por los sueños incumplidos.
Siempre te he perdido,
nunca es el mañana,
de vivir en la muerte de la fe,
viaje en el transcurso
de mi sonrisa perenne
mientras me disparo yo mismo
a mi propio pie.
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