Porque amo, soy real.
Soy eterno porque pude rozarte
para traspasar las fronteras de tu interior
- que es el Universo antes del Big Ban-
como quien puede cobijarse en una palabras
que no existen, y le damos sentido
hondo, tangible, cual ánima.
En tiempos de sucia soledad social,
la filosofía vuelve a verse en el espejo
de un poema que se mantiene en pie
entre gemidos de dolor y paz mesiánica,
cuando vuelve y se rebela
dando forma a lo poco humano
que nos queda;
si ganó la guerra el miedo
de tener tan cerca nuestra luz,
mientras vomitamos el lado oscuro de las estrellas.
Porque soy real, amo.
Porque camino, soy eterno,
mas dicho así;
son simples palabras
sin origen pero con el dardo de la creación
entre mis sienes.
Arte para avivar la conciencia,
filosofía que muere entre las ruinas de los imperios
y renace,
pues siempre se recrea en el firmamento de un mundo
mejor.
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