viernes, 8 de noviembre de 2024

Lucha y paz

 
Transito entre el sueño y la realidad, 
creo un alfabeto de lunas, 
que el sol viene a robármelo
cada despertar.

Alta poesía que habla
del dolor de un mundo injusto, 
dame la mano y cambiemos
aquello que nunca fue razón
en la pesadilla 
de estos tiempos de luto.

Y entre dunas de playas olvidadas
navego, 
en lo alto de un rascacielos
y el desamor, 
libre como un gorrión en pleno invierno
que maquilla su canto
entre botellas de ron.

Cuando todo haya acabado, 
es cuando empieza todo de verdad, 
se cierra una puerta y el Universo
abre sus cancelas,
y en el juego de la vida, 
reconozco que solo sé apostar.

Lluvia que cae de mis pupilas, 
canción que no sabré entonar, 
dolor en la guitarra mía, 
porque soy un tránsito 
en el pasado que crea anagramas
de lucha y paz.



Aquella tarde

Aquella tarde
se vino el mundo encima, 
mi tierra se ahogaba, 
se vino el cielo encima, 

aquella tarde los aviones 
cruzaban nubes que amenazaban
con la guadaña de quien es ciego
de luz, 
y una inundación
desoló mi tierra, 
tierra hecha de fango, metal y dolor.

Aquella tarde se elevaron las aguas
de las tripas del cielo, 
sintiendo
la levedad que nos quiebra, 
el cambio climático
de la destrucción y la barbarie.

Aquella tarde se pararon los relojes, 
y enmudecieron el alma de la gente 
alrededor del pueblo,
anegado de cadáveres y lágrimas
que ya no caían de las nubes
sino de nuestro corazón.




Inundación

 
Llovieron gotas
en el desierto
de las horas 
sin tiempo, 
y sin tener nada, 
todo se perdió, 
elegía de no saber qué hacer
entre autos volcados 
y fango bajo los pies.

No quedó nada,
salvo la ayuda de tantos, 
llovieron estocadas
en el país que no sabe llover, 
o sequía o destrucción, 
llovió desbordando esperanzas
heridas, 

muerte

desolación.

Llovieron flechas

 
Antología de viajeros
que se derrumban 
en lo que dura un beso, 
ríos de gente soñando 
lo que tuvimos
aquel año homicida 
donde sólo, 
solamente
nos quedó el recuerdo.

Y llovió flechas heridas
entre nubes inquebrantables, 
el mundo no se sacia de tantas despedidas, 
y todo lo que creímos 
es una entelequia
fugaz 
entre escombros y barro

donde pernocta el silencio.



Mis ojos

 
Mis ojos son cometas desnudos
que se balancean ante el terremoto
de emociones del desamor, 

es tan larga esta espera, 
que duele, 
dirección a ningún lugar (...)
Mis ojos guardan el secreto de la vida y el mundo, 
callan y gritan a la vez, 
son un grito en lo oscuro
en la fiesta sin nombre
en la que nos tocó perder.

Mis ojos, testigos y olvido, 
calamidad y resurrección, 
vivieron la ruleta del azar sin destino, 
y quisieron tanto
como un enamorado al amor.


Cuando

 
Cuando todo pase, 
nos quedará el aire
de la breve brisa
de nuestro cariño
que nunca terminó.

Cuando todo pase
la lánguida luz
del mediodía, 
alumbrará al viajero
que te busca
que se sabe en desvelo
en la rima ausente
de esta canción.

Cuando todo pase
la veleta al viento
parará tras esa mirada
inquieta.

Cuando todo pase, 
te tengo guardado
en mi desesperación,
un rincón
entre heridas
y aullidos de guerra.

Cuando pase el mundo
frente nuestro ojos, 
chispazo que vigila
las sombras
de sabernos otros
pero tan iguales a aquellos, 
que se dieron el cielo
frente al derrumbe
de gigantes.

Cuando pase el abrazo imposible, 
el tiempo 
que no rebeló la levedad
de esta emoción, 
quedará por siempre
un tatuaje en el tiempo,
en el tiempo
en el coincidimos tú y yo.


Como un niño

 
Valiente, como esta ciudad
en su nombre, 
ciudad que nos dilapida, 
y la emoción, tal vez,
estará en otro lugar, 
tan lejos de mí, 
cuando a altas horas 
destruyo mi rostro
frente la sombra.

En esta estación, 
me ampara un cuaderno de versos, 
y mi consuelo
de haber haber volado tan alto
a ras de la compasión mendiga
de quien sueña. 
Prometiendo el fuego
y la niebla, 
el óxido y lo infinito, 
la espera, sin esperanza, 
de dar el mundo, malviviendo
con un cuarteado corazón, 

Te quiero, y me quiero 
entre tanto desamor y olvido, 
tengo la ansia y el cemento, 
de desprenderme de todo, 
de ser mayor
para sentir como un niño.


Peregrino del tiempo

 
Peregrino de lunas rotas, 
que camina por las vereda del tiempo
y la soledad, 
peregrino de alma, 
que nombra 
el fulgor vívido del mar.

En el corazón de un país sin corazón, 
esqueleto de emociones
que enaltece la luz, 
sombras de un tiempo sin horas, 
de cuál al intemperie
nos encontramos deshojando girasoles, 

en las velas de una noche sin fin.

Peregrino que crea
los dibujos de un porvenir
que no vendrá, 
que destella su ánimo
en las diademas 
de fuego de los dioses, 
contento a pesar de todo, 
desgaja un mendrugo de pan.

Peregrino 
de sueños sin fronteras, 
en el asfalto, en la montañas, 
corre río abajo 
los retales de bandera, 
muere en el suspiro de vida
que enarbola la ansiedad
con un beso al aire, 
y el amor, a cambio.

Peregrinos.


Última hoja

 
Como un invierno en la boca
ardiente, 
como la última hoja
que desfallece del árbol
de la ansiedad.
Ahora que vemos tras la niebla
en el equilibrio
que hace indiferente 
este destello de amar.

Quietud de un tiempo vivido, 
en los horizontes rotos
que transitan por nuestros recuerdos, 
cuánto tiempo ha de pasar
para entender 
que somos libres en esta quebrada vida,
fruto del azar, 
en el momento que lo perdemos todo.




Vereda perdida

 
Se enciende la luz del ocaso, 
miro alrededor y nada veo, 
no hay nada más que olvido 
entre mis labios, 
y un mar de horror
en lo que dista del suelo.
He conseguido tanto,
menos parar este frenesí
de estrellas distantes.
Y en este tiempo, 
un suspiro de lo incierto, queda, 
la vereda perdida, 
y todo lo que fue nuestro.




Vacío

 
Rastrojos de lo que fue nuestro,
arden en la desesperación de aquel tiempo
que no vivimos .

Y una vida no es suficiente 
para entender que la tempestad
se esparce por los anales de nuestro
pensamiento.

Lleno de olvido, vacío de ti, 
la poesía que nunca escribí tiene letras aladas
y entre las alas
la palabra
con la que habla el porvenir.

Vacío de todo, 
lleno de ti.




lunes, 23 de septiembre de 2024

Grito eterno


Ya no recuerdo de donde vengo, 
tal vez de un pueblo maldito, 
de un barrio en los subsuelos del olvido, 
vengo de las sombras de voces milenarias
atravesando mis pupilas de lince, 
ya no recuerdo cual ha sido mi estirpe 
tan alejado de todos
pero con la esencia de aquellos
que sueñan la pesadilla de estar vivos.

Puede que esto haya sido un espejismo, 
tal vez,
y el arte sea la escusa para no volver a caer
en las fauces de un destino que va desmembrando
mi halo de luz entre las garras de dioses hambrientos, 
y puede, tal vez, que me haya chivado la lección, 
escapando de los mandatos de esta sociedad sin corazón
la ayuda de Prometeo.


Sólo sé que el futuro es una construcción
que edifica el sueño que hoy atesoramos, 
que somos carne en la piel del alma 
de humano que se quemaron con la lumbre de tanta claridad
en el juego de lo divino, 
perdimos el rumbo de vuelta al hogar, 
y ahora ya es tarde, 
se hizo tarde, 
cuando la muerte llegue, 
págale una ronda, 
y del vino o la cicuta
descubrirás de donde vengo, 

porque ha sido una revelación
todo lo que callo en mi grito eterno.




Luz de las grietas

 
Una rosa muerta, 
una copa de brandy 
y un libro deshojado de Joan Margarit, 

lunes asesino, 

desnudez en la tarde que va decayendo, 
y ruido mojado en los vasos rotos 
de la cena de ayer.

El calendario habla de la muerte
más que de los sueños incumplidos, 
y todo se vuelve negro, 
y todo es un destino sucio
en las horas del adiós.

Pero siempre hay una grieta escondida en la luz 
en una madrugada como ésta
que se deja vislumbrar, 

esa luz es por la que recito de memoria
los versos prohibidos
y la desnudez de las almas empieza a darse forma, 
de una maldita vez,

siempre hay un motivo que hace milagroso
lo que parece una tortura del día a día, 
ese paraje en el que la cotidianidad
hace reír al loco
y abraza con frenesí 
al más arrojado de los suicidas.
(...)
Por eso escribo, porque creo
en las grietas del cielo, del asfalto, del espejo, 
por donde las almas se cuelan 
y los mensajes invisibles son mandamientos
en la dura estaca que a pesar de todo
llevamos a cuestas 
entre chispazos de creación errante

y divina.



El mañana

 
No eres más que el sueño y la duermevela, 
la margarita deshojada, 

el infierno domado con sutileza, 
no eres más que alegría muda, 

si es que hacer de una sombra, destello, 
es encomendarse a la luz 
en la hoguera de un bosque frondoso
en medio de la madrugada.

Cuando tengas la edad en la que todos 
pasaron de largo
por sus convicciones y anhelos
y la belleza solo sea un recuerdo, 
recuerda, 

siempre tendrá presente el que escribe
-el que desliza una pluma en el pergamino
tachado del destino-, 
los sobresaltos y zancadillas de un dios 
con una venda en los ojos, 
y no eres más que todo y nada, 
que la poesía cuando menos te lo esperas, mata,

y nuestro tiempo ha pasado, 
como las nubes pasan tras un día lluvioso, 
y en los semáforos aguardan con gabardina y diario, 
nuestro asesino, llamado; 

el mañana.







Que no volverán

 

La guerra en el alfiler de la mente
vaticina el caos en esta habitación desnuda, 
es tanto el dolor y tanta la luz de los astros
que deambulan 
entre las sombras que hoy vienen a visitarnos.

Llueve en el tiempo remoto de lo que vendrá, 
como descifrar el encriptado verso;
la lumbre de lo incierto
en lo que dura el arte de no ser.

Muerte o vida! En tanta muerte tras la vida!

no somos más que rotos puzles en el algoritmo 
de no sabernos libres nunca, 
y ansiar el devenir de las horas
que no volverán.

Que no volverán.






Voz helada

 
La inmensa rebeldía 
de soñar con tu voz helada, 
crea un temblor en la mirada
del fuego mojado por el sol.

El día que nunca llegará
ata grilletes a mis alas, 
volar y viajar tienden redes                 a la mar, 
entre tanta gente de tránsito.

Cuídate de quien  te ama, 
no hay luz en el eclipse incierto, 
siempre bailando con la palabra
ciega y nunca dicha.

Y en resumen, escribo
apelando al olvido y su dios, 
mi vida pasa en frente mía, 
y sigo creyendo que nunca viví.




El arte del mar


Cuando los mares
nos junten,
cuando podamos ver 
más allá de los continentes,
cuando esta dulzura 
que se refleja en mi sonrisa
sea espejo de tu cara de niña,
de tus ojos libres, de tu acento,
bella coincidencia
de habernos encontrado 
hace años, y en el futuro,
los dos.

Cuando el arte renazca
en este mundo perdido 
y la imaginación resucite 
el vacío 
entre tanta realidad,
emprenderemos el viaje prometido
que entre tú y yo
algún día haremos, 

y el sueño se pueda volver 
a tocar.


El cielo y la mar

 
Entre un torbellino de silencio
mi vida avanza pasos atrás, 
sin encontrar lo que he buscado
tanto tiempo, 
la luz de la noche
me enseñó a caminar.

Y es que mi helado corazón
no entiende de leyes ni mandamientos, 
sé que no hay patrón para la poesía, 
ni en esta vida
guiones que desenmascaren la realidad, 
el amor es un ciempiés arrastrado
en el tiempo
de las vías ciegas
con dirección a no se sabe 
dónde irán.

En unas horas me iré a un viaje sin destino, 
pongamos que soy peregrino
y mis pies la patria
donde hecha raíces
el cielo 
y la mar.




domingo, 8 de septiembre de 2024

Escribo

 
Escribo,
gracias a los que no me quisieron, 
a los que se olvidaron de mí, 
por ello escribo
para reivindicar el eterno mandamiento
de ser libre y vivo, Ser, 

a pesar de tanta mentira
que me arrastró 
el abrazo de Caín.

Escribo
porque todavía creo que hay un espacio
para el tiempo infinito
para el amor que no duele, 
escribo porque tengo el himno 
de los soñadores en los pasos, 
y esta lucha es militar con la delicadeza, 
tras el albor del amanecer.

Escribo
porque la tinta de estas letras hierven
como el mar de lava de tus ojos, 
como mi ansiedad hecha añicos, 
escribo porque aprendí a robar al viento, 
cuentos,
de viaje en viaje, 
en esta libreta hecha de versos 
y utopias.

Escribo sin competencia
porque nunca me venderé, 
con la lealtad de esta promesa
y el alma herida, 
que no entiende
del futuro, ni del pasado.

Escribo a tu sonrisa, 
a la sorpresa que me da 
el más mínimo gesto 
que a nadie sorprende, 
escribo, y escribo
más que para recordar

para darle a la realidad,
-a pesar de tanta cobardía-, 
la inmensa magnitud que tiene.

Escribo.



Música clásica

 
Oigo música clásica,
y el ritmo de cada palabra
acaricia mi alma de siglos,
que,
como un niño
se sorprende por las olas
en un mar invisible, 
de las frecuencias 
de cada nota

de la dispersa realidad
hecha un ovillo de lana.

Oigo música clásica 
y el estruendo del ruido a lo lejos,
toma forma
de otros mundos,
del despertar
que un chico de barrio tuvo
al degustar el trago más dulce

entre Brahms, Chopin o Mozart
y grafitis del proletariado.









Temo

 
El dolor de no sabernos eternos
juega un pulso
con el alivio de que nada es para siempre,
y es que la agonía de lo que nunca sucedió
hace del amor, libertad atada con grilletes.

El sueño de estar despiertos 
en la duermevela de una canción de cuna,
me hago más viejo y roto
para volver a renacer, sabiendo,
que este mundo pocas veces premia el talento, 
sino a la usura.

Temo la fiera noche 
de la incomprensión
pero más que miedo es admiración
de la mente que cicatriza
perdidas almas, en otro plano;

en otro latir, 

temo el viento que me lleva
y me envalentono con la vida
que nos quedar por vivir.









En el tiempo

 
Tenían el mundo a sus pies y bajo sus suelas un terremoto. 

Tenían el miedo hecho añicos como el vidrio que se rompió por  tanto temor de los demás.
Y cómo contar esta historia...llega un momento en que el amor no sabe cuales son sus latidos, y el planeta gira a la deriva. 
Tenían un gran destello en la boca, pero un túnel pasaba por sus ojos, a veces la amaban en la noche de ciudades enfurecidas buscando la locura por las azoteas.

Es tan largo el amor y tan corto lo aprendido.

Tenían (porque poseer es algo que sólo lo entienden los dioses) heridas no sanadas ya que al mirar adentro podrían zambullirse en un negro océano del cuál no hay escapatoria. Tenían el corazón y la promesa que alimenta el temblor y la desazón de los sentidos.

Y eso será amor;
un largo adiós que siempre vuelve.

Un beso al aire que nos besa,
y el compromiso que se da 


en el tiempo de entenderse a uno mismo
cuando uno y uno no alcanza 
para solucionar la ecuación.










El destino

 
Me lee la mano el tiempo perdido.

En ella puede ver la desidia y el odio, 
la muerte que se avecina
en el silencio de este pasillo, 

el destino lo construye dios, 
pero mis botas son el camino.

Se sincroniza el dolor amansado la fiera
de mi pupila herida;
da tanto miedo vaticinar los andares
que la libertad sangra en cada esquina que...

el destino es el latido
pero mi albedrio la sangre que me dota de alma

y vida.



Ahora vuelvo

 
Ahora que casi todo decepciona
ante el huracán del sinsentido, 
que amo por rutina mi privilegio
distante, 
ahora que la luz del sol esconde
falsas amistades, 
y que el dolor de estos tiempos
y la monotonía de mis playas
me hacen ser tenue reflejo

de lo que fui.

Vuelvo ahora a ser huracán de tiempo, 
ahora que la tristeza es tan romántica 
(...)
y el miedo a quedarse solo
es la mentira mejor contada de un sistema
que nos escupe a quemarropa.

Ahora que rompo calendarios
que los años donde me perdí
fueron antojos de las personas cobardes,
de los compañeros sordos, 
ahora que renazco en 03, 06, 17, 18, 2023
y retomo el papel protagonista, 
ese.., que nunca me ha gustado
pero en el vaivén de la montañas
el filo me cortó 
la verdad de mi pasado.




viernes, 6 de septiembre de 2024

El eterno retorno

 
La vida es el eterno retorno, 

avanzar para volver atrás de nuevo, 
otra vez, 
más fatigados,
con menos ilusión;

rotos

(sólo el conocimiento es la certeza que permanece)


La vida es la piedra de Sísifo, 
volver a querer ser querido, 
sin saber querer aprender amar, 
y la única filosofía del mundo
consiste 

en imaginar libertad entre las cadenas sociales, 
pintarse las manos sin pintar el firmamento 
de no tener dueño 
y de guía la que relata 
la valentía 
de soñar.




Agradecimientos

 

Tengo que agradecer a los que no me quisieron
el haberme hecho el libre hombre loco 
protagonista de sus imposibles  
sueños, 

Y puede que ver el mar sea un cuadro
de una habitación opaca, 
el arte en mis manos que rompe el espejo
de la realidad.

Tengo que agradecer a los que me dejaron solo
que en el océano del tiempo
soy lo eterno y ellos simplemente

ecos
ecos 

nada.




Como las primeras veces

 
Las historias no contadas del cine de verano, 
aquella patria escondida en las cañas de nuestra infancia, 
tenerlo todo y preguntar por qué falta la vida, 
y soñar despierto, soñar 
como la máquina rebelde
que da aliento a estos versos en el ordenador.

A veces queremos tener a nuestra imagen 
el reflejo del mundo que pisamos, 
y no somos conscientes que el planeta
grato o despiadado 
no sabe que el amor
es la ilusión de querer ser entendidos 
en una sociedad insana.

Los bárbaros entonan el mea culpa, 
pero los rincones de la ciudad escriben 
lágrimas rojas, 

algún día la historia me absolverá

y cambiar el mundo es la quimera
de quien ideó unicornios azules
sin pensar lo digno de pensar 
al tener las necesidades cubiertas.

Y en un mundo que rompe estelas 
en el lienzo de los sueños que nunca 
serán, 
lo intenso de ese suspiro quema el viento, 
y la rutina y la tristeza me dice que 
nunca volverá a ser todo

como las primeras veces.








miércoles, 4 de septiembre de 2024

Mi poema

 
Mi poema habla de la noche eterna, 
en este infinito viaje, 
habla de lo que nunca hemos sido.

Estos versos son débil fortaleza, 
que hacen girar el eje de la tierra, 
como verdad.

Te asustaría 
la sombra que en estos versos no caben, 

mi poema es temblor de la calle
donde se pasean del brazo
el loco con el amante.

Y en medio, este poema.




A dónde irá

 
A dónde irá el abrazo
de esta ira, 
la frase que anunció
despedidas, 

lo que guardamos
en un baúl de cristal

A dónde irá 
el calor de mis temblores, 
el perdernos en ascensores

que encierran 
laberintos de ansiedad.

A dónde irá 
lo que no fuimos capaces de besar, 

el tiempo perdido, 

que está cansado de olvido
al dejarlo todo atrás.


A dónde irá.


Esta tarde

 
Esta tarde rompe a llorar,
y el milagro del sol se esconde
una vez más,
cada día más pronto, 
desde tiempos ancestrales, 

El asiento de al lado está vacío, 
mi café rebosa, 
y rumiante esta soledad
me pregunta el por qué ser libre.

Viajando por los sueños perdidos, 
junto al andén 
encuentro motivos
de creer en el destino, 
cuando todo se perdió
en el último eclipse de luna.

Esta noche es como cualquier noche

(...)
salvo que llueve y hace frío,
pinceladas de música y letra
allí donde el arte no llega, 
te espero.




Novela

 
Era tarde y la luces del edificio se iban poco a poco apagando en aquella madrugada. Solamente en la habitación permanecía Pablo, escribiendo una historia que nadie leerá.
 
Cuando se mezclan los sueños de grandeza con los tiempos actuales, en los que ser escritor o artista supone la bohemia de la apariencia y seguidores sin criterio, Pablo escribía nuestra historia y sin saberlo fuimos protagonistas del cuento más desgarrador que en la ciudad se habría narrado.

Ahí estaba, con un flexo y a contraluz, el bote de pastillas, y un vaso de whisky, música clásica de fondo y en la pantalla del viejo ordenador las letras tintineaban confundiéndose con la luz de otros tiempos.

El rostro de Pablo, con ojeras en su cara pálida y esa nariz aguileña, mostraba las horas sin dormir, y aunque tenía perdida la noción entre tanto destiempo, sin saberlo se había convertido en uno de los personajes de su historia. 
Esa historia contaba como en un atardecer se acababa el mundo de un protagonista loco que decía que el amor era la única verdad y nadie lo creyó hasta encerrarlo.

Pablo fue ese protagonista (...) la cuestión es que llegados a un punto no había marcha atrás, la locura acechaba en los rincones más sombríos de esa habitación o de ese mundo de ficción que entre líneas se podía ver en su novela. 

La novela era la realidad vestida en un tímido velo de lo que nos mueve detrás nuestro, los instintos que tras la muerte dicen que se puede presagiar; lo que los locos intuyen más allá, aunque no sepan cómo explicarlo, y para ello, 


se inventó la literatura.




Nuestros nombres

 

Siempre quise viajar al infinito
con un caballo de cartón 
en mi infancia soñadora, 
me hubiese gustado ser 
protagonista de un cuento bonito, 
que pudiese despertar 
a las pesadillas que hoy me rondan.

Siempre quise roer la manzana prohibida, 
y de rodillas, 
dibujar en la arena un imposible, 
abrazar un planeta, 
y con una escalera 
subir a la profundidad del universo
del color, tus ojos.

Con alas de gaviota
viajar a la guarida donde el amor se esconde, 
coraje de guerrero con las manos heridas
de las espinas de la rosas, 
cada una por las personas 
que conmigo estuvieron, 
desde lo más bajo al cielo, 
en la vorágine del tiempo

que se esconde en nuestros nombres.



sábado, 31 de agosto de 2024

Con una flor seca en la solapa

 
Con una flor seca en la solapa,
he perdido tanto tiempo 
buscando la nada, 
con la música de fondo
que sueña el eclipse
de una luz apagada, 
me verás, 
amante de alma libre
entre tanta indiferencia, 
siempre guerrero de la verdad.

En un mundo insolidario, 
en un mundo falto de ternura, 
es revolución el amar, 
aunque te acribillen a estacas, 
y las cicatrices de la gente
sean vaticinios de fracasos
que pagues tú sin querer.

Con un temblor en el labio, 
y el himno del tiempo
vaticinando septiembre, 
este mundo no nos entiende,
a veces, 
pero si haces arte en tu camino
puede que veas el destino
entre las rotas prendas
de lo que viene.




En la palabra

 
En la palabra que hace del metal, lava, 
por los estertores de un mundo que cada vez más
no me pertenece, 
flor que se moja con los labios del aurora, 
vientre que tuvo la luz de tantos amaneceres.

En el mundo que se ahogó
en su propia cobardía, 
y relegó a tu tiempo sin alma
el arte y la poesía, 
a los ojos que acunan el desamparo y la ansiedad, 
me decían que no sirve de nada llenar de versos
la vida, 
mientras su idea de vivir consistía
en el que dirán.

La palabra como dueña de la locura 
que no es tan loca, 
como dueña de lo que nunca se tendrá, 
la palabra cierra los ojos
y abre mi boca, 
poniendo música de cámara
a este ruido infernal.

La palabra, eso es lo único que nos queda, 
deforme círculo perfecto, 
tiempos futuros de un presente que fue, 
en el mundo que se solo se mira al ombligo
antes de ver la luz, 
y moriremos en la tumba de la estupidez.


No me creas

 
No me creas si te digo
que el tiempo es enemigo
de los sueños, 
que aún de pie me encuentro
entre tanto dolor
e informes de médicos.

No me creas,
cuando lleno de tanto vacío
rompa en los dos 
los pasaportes
con destino a lo perdido,
con la única certeza
de que me duela más tu dolor
que el mío.

No creas que el coraje de mi luz
se nutre de mantenerme
en pie sin saber cómo
que me flaquean las piernas
pero enfermo o sano,
lucho en este mundo de lobos, 
que la poesía no sirve como escudo
pero sí como significado
a la palabra que se esconde
en la otra cara del mismo odio.

No me creas que tengo aún
un planeta por descubrir
que la historia no está terminada
que a estos versos les sobra nostalgia,
no me creas si te digo
que no me duele el tiempo
pero la lucha debe seguir.






Guerra en el mundo

 
El viento de la guerra abruma por estos distantes páramos. Se confunden la sangre y el estiércol por las malezas. Insistente el dolor vuelve violento entre las ramas. 

El Gerenal Connor nunca tuvo miedo. Salvo en esta ocasión donde la luz del primer sol mostró la cara de aquel niño de Gaza que lloraba en los edificios derrumbados y tabiques rotos. Cuando la religión no es razón para la sinrazón y el hambre aguijona los sentidos. El Gerenal tuvo a aquel niño entre los brazos, pero murió como una flor de diente de león ante el suspiro que el viento embiste.
Era la penúltima misión del viejo militar. Había visto tantas cosas que mirar con ojos de dignidad el mundo hacía que por esa vez empezase a dolerle más la muerte ajena que la suya. La muerte de los niños damnificados entre las tropelías de los bandos y los intereses de políticos sin escrúpulos.

Era de noche y la brisa leve de aquella ciudad sin nombre daba, como fantasmas, forma a las cortinas de tela de la habitación. El General Connor no dejaba de mirar su revólver, el mismo que hizo tanto daño.
La guerra era la respuesta al mundo que no sabe responder. A un planeta falto de respuestas que perdió la verdad entre los alaridos de los más necesitados, esos que dios olvidó.
Connor cogió el revólver y sin mayor enemigo.


Disparó.

lunes, 5 de agosto de 2024

Lunes de agosto

 

Lunes de agosto
y tu mirada perdida 
entre mis viejas fotos, 

duele tanto el cansancio
que con temblores y mentiras, 

solamente pasó
que lo perdimos todo.

(...)

Lunes de agosto, 
tras el cristal de la ventana;
el mundo, 

y la ciudad rugiendo, 

se filtra el color por la piel, 
y al buscar nos encontramos 
en un abismo 
con puertas cerradas al cielo.

Lunes de agosto, 
32 grados, 8 de la mañana, 
escribo y bebo,
 
cuando desposeído 
todo lo tuve, 
y la muerte rondando
se enganchó a mí,  
tus labios fueron

el vértigo de lo incomprensible, 
que de tanto abrazar
al sueño
despertamos los dos
en la pesadilla
de no saber vivir.

Lunes de agosto, 
(no seré recordado como poeta)

mi frente sangra
como esta última palabra
que escribo hoy, 

la acera arde, y no hay nadie
tras el retrovisor;

fuego!

arranca la vida, 
pasó de largo, 

se fue el amor.


Con poesía

 
Excusas de un tiempo
que duele,

amores de un beso
que siempre sanará, 

tempestad es el algoritmo 
en la palabra que encharca 
con mi llanto 

el mar. 

(...)

Me valió creer que el arte
renace en las raíces del sueño, 
para diluirse por las siluetas 
de los continentes,
con tu perfil a contra luz.

Mientras, sigo en la búsqueda
que brota de nuestro corazón
imperfecto

cruzado 
por la lanza del desamor.

Se pierde en un río la lluvia, 
dejó la vida, de sanar.

Ya no haremos belleza
ni podremos cambiar el tiempo
con poesía
ni con los laberintos cerrados 
de la libertad.







sábado, 16 de marzo de 2024

Dioses


Dios es un muerto de Palestina
que nació hoy hace 2023 años
que revive en las guerras y los finales
de una humanidad inhumana, 

Solo siento ángeles que llevan una vida de lucha
nostalgias y deseos imposibles. 

Ellos son dios. 

A las personas llenas de problemas y vicios
como yo, como mis padres, como tú,
ángeles que no respiran en Yemen o Afganistán,
santos que son zoombies deambulando
en los paramos industriales de Los Ángeles,
entre chimeneas y drogas de diseño,
sexo ardiendo y vacío en el alma
de aquellos Jesucristos y Marías
que hace 2023 años
murieron como mueren hoy entre bombas
los inmortales de Gaza. 

Dios es un resucitado en el muro
de las religiones que apostaron por el miedo
antes de confiar en el amor de los corazones,
porque sí, en todos los corazones habita el paraíso
porque sí la gente mala tiene nombres y apellidos,
aunque en el reverso de un dólar o un euro
está la esclavitud, el sicario, el suicidio
o nuestra rendición (...) 

Navidad de fanáticos que tienen un libro
como arma antes de sentir como alma,

Dios nació hoy hace 2023 en los ojos
de un niño que morirá bombardeado
por la ambición, el ego y la locura de los hombres
que jugaron a ser dioses,
sin saber que ser dios es simplemente ser humano.
Seres humanos, a pesar de tanto odio y miedo a una nueva forma de sentir. 

Feliz Vida


martes, 16 de enero de 2024

La canción muda


La canción muda
esa que habla de los dos, 
se entrelaza en el estrecho límite 
de un tiempo, 
en el que busco lo imposible, 
tirando piedras al amor.

No me reconozco en los espejos, 
la vida tiene un momento
de cuerdo pasatiempo,

de ingrato devenir.

La canción muda de este tiempo
no deja de sonar en lo que 
fue nuestro, 
detrás de la luna en el estanque
esperando al sol.



miércoles, 10 de enero de 2024

Fue

 
He visto nevar en el desierto,
ser exiliado de las luces de neón
de cada noche,
He sido sin estar en cada momento
que se pierde por la vorágine
de encontrarte desnuda y sin miedo
allá donde el olvido se esconde...


He sido el loco que aullaba tu nombre
en el más absoluto vacío, 
he perdido tantas batallas
que el honor de guerrero
lo tuve merecido, 
he sido la verdad callada
de la que hablan los vencidos.

He tenido una carta sellada
en mis labios que contenía
la frase más hermosa que nunca diré
esa que describía el instante fugaz
en el que toda tú 
eras el himno de lo que fue.


Guardo



Guardo tu mirada
en el abismo de la noche,
en la magnitud del tiempo.

Tengo el dolor de no saberme libre
sin el latido que hizo de mí
terremoto
de silencio.

Guardo la quietud de tu mano
con la mía,
y tú tal vez elegiste perderte
en la huida,

esa que siempre me remite a ti.

Guardo tu mirada
en el sol del desierto
de los lugares que visité
y nunca estuviste.

Tengo el temblor
que me atenaza
cuando a mitad de la madrugada
me llevaba la noche a morir
sin ti.

Se va

 
Después de todo, 
nos queda la vida,
frágil y llena del estruendo
de las mareas y sus eclipses, 
después de todo, 
la luna se rompe 
en el reflejo de lo que tuvimos 
y nunca es demasiado tarde 
para creer en


                                                               la levedad del tiempo y su deriva, 
                                                               la quietud de las horas que tan lejos
vienen como las olas del mar
se van


Días fugaces

 
En estos días fugaces,
pasa el tiempo como un autobús cansado,
como el sexo de los olvidados
en estos días de noche aciagas
sueño con lo perdido como quien
no encuentra luz al ocaso.

En estos días de muerte en vida,

de partida de palomas a un nuevo
nido,
se apaga el fuego de las velas,
y aunque no me quieras;
y aunque no te quiera,
estamos juntos
en esta huida a la nada,
hacia donde el alma vacía espera.



Empieza y acaba

 

Tú fuiste el poema de esta historia

acabada, 
fuiste la lumbre y el abismo,
todo y nada, 
fuiste la verdad que subyace tras cada mirada,
tú fuiste la historia de un poema
que empieza y acaba

en ti.