Amanecía en sus sueños perdidos
y era del candor de una estrella
el color sepia,
en las fotos de sus ojos de niño,
todo cambia, no pasa, sino cambia,
y en la madrugada de una nochebuena
las hadas de los sintecho,
cantaron por tanto tiempo de espera,
Navidad de ausencias y rosas,
de luces en el camino
donde entre pinos y brozas,
se cayó un ángel herido
al saber que cuesta sentir poesía
entre los sueños despiertos
que no supieron ver eclipses de luna.
Navidad.
Hoy es desafío de futuro aquí,
ayer, entre dos mundos,
en Roma.
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