viernes, 8 de noviembre de 2024

Vereda perdida

 
Se enciende la luz del ocaso, 
miro alrededor y nada veo, 
no hay nada más que olvido 
entre mis labios, 
y un mar de horror
en lo que dista del suelo.
He conseguido tanto,
menos parar este frenesí
de estrellas distantes.
Y en este tiempo, 
un suspiro de lo incierto, queda, 
la vereda perdida, 
y todo lo que fue nuestro.




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