viernes, 8 de noviembre de 2024

Como un niño

 
Valiente, como esta ciudad
en su nombre, 
ciudad que nos dilapida, 
y la emoción, tal vez,
estará en otro lugar, 
tan lejos de mí, 
cuando a altas horas 
destruyo mi rostro
frente la sombra.

En esta estación, 
me ampara un cuaderno de versos, 
y mi consuelo
de haber haber volado tan alto
a ras de la compasión mendiga
de quien sueña. 
Prometiendo el fuego
y la niebla, 
el óxido y lo infinito, 
la espera, sin esperanza, 
de dar el mundo, malviviendo
con un cuarteado corazón, 

Te quiero, y me quiero 
entre tanto desamor y olvido, 
tengo la ansia y el cemento, 
de desprenderme de todo, 
de ser mayor
para sentir como un niño.


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