En este país va mal Internet,
hay ratas,
y nadie me escribe.
Pero soy feliz.
Este país es una esquina
recortada de un calendario de siglo pasado,
todas las mujeres
se fueron con otros,
y me quedé sólo,
agarrando un vaso de agua con gas,
en el mismo bar donde te desnudé.
Madrid, próximo destino
que todos los poetas
cuales relojeros de corazones rotos,
fingen (porque todos fingimos)
para su puto interés,
hasta que me dí cuenta
que tus lágrimas eran reales.
No confundas follar con rozar genitales
porque a veces no te toco,
ya lo sé, quiero estrellarte
en mi pecho celestial de Universo
de constelación
del hombre que pasea entre Mezquitas,
Sinagogas y aeropuertos.
No confundas sexo;
eso,
que puedes hacer con cualquiera,
con el arte de quien quiere en la distancia
como yo, en otros continentes,
así lo hagamos a 5 cm de nuestros labios tristes,
si es que sino es amor
la empresa,
tristes, tristes.
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