Los caminos que uno debe transitar,
hace que la vida no sea la maravilla
que nos prometieron,
el miedo hace que te sometas
al capital, a un dios, a ti mismo…
Llueve fuera, y en mi corazón hay charcos,
soy un forastero en terrero propio,
la ruta de los misiles que van directos
a las venas del tiempo
hacen que florezca la ira
a aquello que nunca conoceremos.
Te vas a la ciudad pérdida
y encontraste la violencia de una época confusa,
La felicidad de descifrar tu nombre,
para encontrarme con la consciencia de haber vivido
a pesar de ti,
el desamor es -dijo Cernuda- el recuerdo de un olvido-
la pesadilla de no compartir ya, digo yo,
el propio espejismo.
El poema es trazar en palabra inmortal
caminos no explorados de uno mismo
que al releer educa el alma de quien
lo creó para crecer,
o del mundo.
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