El sol me acompaña
en cada viaje,
y desata las ansias
de un atardecer perdido
en los arrabales del planeta.
Duerme la sombra
en mi sueño impaciente,
y es tanto lo no hallado,
que se encuentran las olas
con mi destino
por el horizonte,
y asoma el delirio
que me mató mal
haciéndome por siempre
fuerte.
El sol me guía
en la estampida
de un destino errante,
paraíso desiertos
pisan mis botas
allí donde ,aunque no estés,
quise hallarte.
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