No sé dónde voy,
pero sé que solamente mis pasos
podrán enseñarme el camino,
como un poema que abre
palabra tras palabra,
un aprendizaje
entre la realidad y el sueño,
la libertad o el delirio.
No sé dónde voy,
pero en ti amanezco, sin saber
donde me dirijo,
tal vez la esencia de cada viaje
es entender que somos
cometas al aire
sin miedo, ni peligro.
No sé dónde llegaré
cuando todos los países
se sepan mi apellido,
tus labios, entonces,
me esperarán,
bohemios, con el roto cristal
de un espejo
que refleja el olvido,
entre vino y ensoñación
construiremos
una vez más
hasta la infinitud...
camino.
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