El arte de una nostalgia,
de un amor no correspondido,
el quererte como quieren
los locos a la libertad,
esa que va de tu espalda
al ombligo.
Arte que enmudecen
mis entrañas,
la pasión es un sueño distante,
y el odio cada día,
parece ganar en este desastre
de ternura que se pierde
por los pliegues de mi voz.
El recuerdo poco a poco,
se aleja
y mi vigor de poesía llena,
reclama al cielo
el viaje que nunca haremos,
porque el amor
es de los valientes
que rezan por vivir
en los precipicios.
Todo lo que fui
está en este atardecer
que va muriendo,
como la vida, que perdida,
se llena de lamento
todo lo que somos, no será
mañana lo que seremos.
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