Un viento de luna desbarata mi flequillo
y los sueños de fuego por renacer a tu ladose convierten en espejismos,
que como cristales rotos
huyen de los puertos
con la luz muerta
de cualquier faro.
Se amansa la madreselva,
en el zumo de tilo, y avellanas
volvemos a caminar las huellas pisadas
queremos ser nómadas forajidos
en inútiles cruzadas.
Pero se hunde en el abismo
la vibración de esta cadena
que ata,
que nos sepulta al vacío
y tras la ansiedad me ausenta.
Un viento vuela en mi mano
para escribir la canción que habla del mundo
pero nadie lee,
quizá algún día me necesites
y juegues a creer (…)
en un dios extraviado en mis pestañas
y vuelvas a ver el sol tras un eclipse
en nuestra piel.
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