Me emborracho de la luz de la noche
y encuentro salida en callejonessin paz,
quiero a dos mujeres,
y lo más grave
es que ellas también me quieran
como yo siempre he amado a la soledad.
Vértigo de vivir con la identidad
de ser único
pero persiguiendo la locura de negarlo,
razón de tener nada
y sinrazón de poseerlo todo.
Me entristecen los tristes hombres
que miran la libertad,
besaron la quimera imposible
y por no tener nunca tuvieron más
que sueños
rotos tras un terremoto
matutino.
Me he caído de la magia
y en el sortilegio de mis cadenas
caminé de rodillas;
tú eres una sombra esquiva
que promulga la sinrazón
de mis palabras.
Y en fin, amo lo que no sé amar,
se me prohíbe el cielo
y en cada duda, un ojalá;
nadie es mejor que nadie,
aunque yo aún siento
no mirar con amor la vida.
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