A veces está bien desprenderse
de lo vivido,de los recuerdos que nos anclan
a una existencia
que ya no es la presente,
a veces merecemos otra oportunidad
por encima de la tristeza que provocó
el delirio
de amarte tanto;
tanto como nunca sabré si mereces (...)
A veces se robó el tiempo
en la nostalgia de nuestra verdad
manchada de lo incierto,
tan sola,
fui un marginado que se chocó
con tus labios
y persiguió la necesidad
entre las ruinas
que siempre te nombran.
Los buenos momentos tienen
su doble filo,
-cual llaga de sentirme indefenso-,
fuimos latitud en la distancia
que hizo de tu tristeza
herida de mi herida,
como una luna suicida
en un incendio del cielo.
A veces está bien desprenderse
de lo vivido,
de recuerdos que son ballestas
que guillotinan el alma,
de creer que la dulzura tendrá cobijo
en el sueño perdido,
y quererte
cuando has perdido la fe
en el amor
que como todo en esta vida
se acaba.
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