El mundo que sobreviene en cada país
es un despropósito de mercancíay dinero,
reparto mal asignado de la libertad,
cada país tropieza con el viento
porque el mundo se enfurece y deja rápido
de soñar.
Fui eterno en ese viaje en tren hacia Dublín
y yo no lo sabía,
fui quien lloró fuego en París
y abrazó el tiempo en Sicilia.
El mundo es una estrella descolgada del lamento del sol,
pequeñas verdades que atesoran la paciencia
de amar y no saber qué es el amor.
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