A golpes he crecido
pero mi alma se amoldó con el viento,con el aire de la luna,
con los celos del sol,
he crecido maniatado y a la deriva
con la esquina de las calles
en mi esquina,
y sobre la espalda
el peso del amor.
Lo que me hace escribir
es escupir en las manos
a quien me robó
el cielo salpicado de estrellas
tan lejanas que nunca serán mías,
tan de tus ojos que en ese prisma
el relieve de la luz
dio este color.
A golpes crecí tan salvaje
que hago dudar a la vida,
tan fuerte en mi debilidad dañina
escribir es la agonía de adicción
sin prestar atención
al olvido que no se olvidó
de tu nombre
y tu forma de besar.
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