miércoles, 23 de diciembre de 2020

Distancia

 

Marcada por la distancia,
las Navidades se presentan 
enmascaradas, febriles, 
tapiz de nieve blanca 
en los arrabales de los corazones 
tristes.

Nos hemos separado, 
y estas fechas marcadas
no son más que estelas en el cielo,
los regalos se abren
con los ojos cerrados, 
porque nunca en una cena 
estuvo el otro
tan lejos.

Pero la espera tiene esperanza, 
y seguro que el resto de días del año,
tocará brindar,
la luz en el pecho nunca se apaga, 
cuando fantaseas con un niño
al decirle qué es Navidad,

extraña Navidad.


lunes, 14 de diciembre de 2020

Ave de paso que quiere querer


Quisiste ser ave de paso, 
y pasaste
por la pasión y la espera de un beso,
quisiste romper la bruma de tanta rutina
con el diamante 
recostado
en la voz que no dice;
'te echo de menos'.

Sabes que la vida es eterna 
cuando no tienes más que decirle
a la Vida 'hazme tuyo',
quisiste pasar de hijos y promesas,
y a la vuelta de la esquina 
te esperaba con apariencia 
de mujer muda,
el mundo.

Y con esto te escribo hoy, Peregrino, 
que no sabes querer, 
porque has sido querido bastante,
patético y radiante 
como la luz de un rayo, 
como quién demanda rosas muertas
al amor, 
y da el corazón 
sin casarse con nadie.


martes, 8 de diciembre de 2020

Corona de sal


Eres un viaje a cualquier isla desierta, 
la voz que se rompe en el mercado,
fatiga de estar siempre ideal, 
una media rota tras el invierno, 
renacer de esa flor de tu terraza
en primavera.

Lo que hablan de ti otras mujeres
te cansan, 
vives en un paraíso lleno de vacíos,
mujer; ni más ni menos, 
digna en cualquier esquina, 
en cualquier pergamino del tesoro nunca encontrado.

Un camino de gorriones en el aire
viajan por tus caderas,
objeto en la cabeza de la prisión de tantos, 
borracha de luz, arco iris en los versos 
del tiempo que no volverá. 

Tú, 
viajera que no conoces 
dónde empieza o termina el día, 
que sabes que no naciste de una costilla, 
vientre que hierve 
media luna de callada sonrisa, 
corona de sal.

No me quieres ver, 
ni que desordene lo que viviste, 
para que te arrodilles ante la libertad perdida, 
mirada de Ché
en tus ojos con las dudas 
de lo que fue nuestro.






El estribillo de esta canción


De repente te veo entre la gente, 
y no sé si agachar la cabeza 
o seguir escribiendo en la barra de este destartalado café, 

no sé bien el motivo de que haya tanto miedo, 
tanto respeto a lo natural, 
te veo entre la gente 
y no sé si reír o llorar.

La lluvia de otoño no limpia el alma, 
demasiado cansancio, 
demasiado compromiso 
de los que creyeron 
que la vida termina con un sí quiero, 
sin saber que acaba 
en la poesía del sol cada mañana en tus ojos, 
esa poesía que se convirtió 
en la eterna fecha de caducidad
de mis días muertos.

Al final tengo en el regazo la libertad que te falta, 
y preguntas por qué, 
de repente te veo entre la gente, 
eres el garabato de una niña que baila llena de miradas ajenas
en el estribillo de esta canción
con más dolores que fe.



 


Círculos


Círculos de conexión plena, 
así fue y así se fue, 

y vas a ser aquel espejismo hecho realidad, 
ibas a ser la esencia de amores imposibles
en círculos vacíos.

Hablo de un espíritu y besos tras el cristal, 
deshechos entre las palomas, 
tardes de miércoles, 
círculos de personas que no dicen nada, 
y hablan de círculos.

Sólo quisiera entender el por qué 
de una palabra herida, 
así fue y se fue, 
ella era aire y nómada, partió, 
yo era aire y en remolino me convertí.

Círculos.



 


sábado, 28 de noviembre de 2020

Reloj

 

El reloj de un tiempo herido, 
eso es lo que soy, 
solo, 
y es que acaso no hay mayor verdad que uno mismo contra y por el mundo?
que uno amando todo lo que le rodea?

Solo, herido y entero, 
durante el tiempo de un herido reloj.




Viajes infinitos

 

Otra copa y el corazón roto, 
aullido de un país extraño me aleja, 
cuando en otra vida era peregrino
de la tierra soñada
donde tus pies besaban la orilla 
entre dos tierras.

Otra copa, 
no quiero recordar, 
en una noche lluviosa un hombre escribe
y desde la pantalla, 
el febril noviembre muere a sus manos, 
somos asesinos de tantos pasados, 
de tantas ilusiones...

Eclipse de viajes soñados, 
cuando lo imposible se convierte en real, 
qué queda?
la verdad de tus labios, 
eclipse donde él es el sol y tú la luna, 
para solo quedar yo, 
escribiendo o huyendo
a otra playa infinita.




Castillos lucífugos


El desierto, el desastre, la luna rota de un auto voraz, 
aerolíneas vacías, epidemias, pasan los años e intento creer en mí, 
para no hacer mal a los demás, 
tengo un reguero de almas adoloridas, 
a mi paso, donde yo fui el mayor torturado, 

pero lo reconozco, 
mi lucha fue tan grande y desorbitada,
que hice daño a otros, 

Torrente, en lo que otros era cuentagotas, 
esa fue tu lluvia, 
y en mi sol, ya no hay más luna ni tempestad, 
edificios caídos, castillos lucífugos, 
la muerte tiene ojos de enigma, 
en los versos de dios.

2020

 

Llover

 

Oigo llover, 
pienso en ti, 
remuevo el café, 
y la vida gira
sin mucho sentido.

Las huellas del tiempo en la frente, 
paciencia donde nada se espera, 
oigo llover y se sublevan
flores de raíces muertas,

oigo llover,
y los pasillos oscuros
amenazan a mi inquieta sombra,
en cada gota, 
en 
cada latido.



lunes, 5 de octubre de 2020

Malherido

 
Quisiera escribirte, ahora que todo está perdido, 
ahora que somos marionetas del deber o del vicio, 
quisiera contarte, por eso te escribo
que mi corazón anda malherido.

Que sigo sin entender el amor, 
tampoco la soledad, 
que soy el más débil entre los fuertes
que se aferraron a la lucha 
de sobrevivir por las venas de la ciudad.

Que el paso del tiempo no existe
cuando discurrió entre ambos un momento de genio, 
que para convencerte hace falta que llegue
con su licor oscuro la nostalgia
a regar las ruinas de nuestras pesadillas,
las que un día fueron sueños.

Quisiera escribirte, ahora que soy más yo, 
que de lo que finjo, 
quisiera contarte, por eso te escribo 
que mi corazón anda malherido.


Vendrán


Del antes queda algo en el ahora,
tuve miedo, mucho vértigo,
lo reconozco, 
a las noches de celosía
de blanco y albero, 
en un mundo de pesadillas y de cadenas.

Mundo de orillas de fuego
en palabras ciegas.

Me quedé solo y recuerdo
esos días felices 
en los que creía no merecer la felicidad.

Todos queremos aferrarnos a algo, 
lo confesemos o no, 
pero las almas vibran, 
y nunca sabré si mi luna será eterna, 

tuve miedo, 
cuando la alegría se convirtió en una condena.

Ahora vivo sin vivir en mí, 
me respiro exhausto,
callo y asiento, 
de un pasado lleno de cicatrices
el futuro no se atreve a venir, 
de otros días felices como los que también tuve, 
no queda más que nostalgia
cuando vuelvo al mismo lugar
cuando me pierdo en tu mirada 

Regresando de dónde nunca debí partir.







 

domingo, 4 de octubre de 2020

Noches

 

Hay noches sin estrellas,
y suspiros que se pierden
en el cielo,
soledad que, amparada en las nubes,
desvela las mil incertidumbres
que componen un te quiero.

Hay noches de fantasmas,
y oscuras letanías,
hay noches en la que tu sombra
se dibuja en cada esquina,
cuando la niebla se enreda en las farolas,
y labios de mujer rozan la lumbre
de unas copas rotas.

Noche que suplica, luz y sortilegio,
de haberlo entregado todo
y que sobre un poco más,
neones que escriben los versos
entre la razón y la locura,
indiferencia o amor
en las avenidas de cualquier 
perdida ciudad.







viernes, 2 de octubre de 2020

En el bar de las palabras no dichas

 

En el bar de las palabras no dichas
se encontró el desencuentro,
(nuestras botas cansadas)
camarera de luz en la sonrisa
con el alma llena de la paz,
que los poetas buscaban.

Caminante sin patria,
ponme otra cerveza que quiero olvidar,
dame la razón por la que se sumergen
en tus ojos de gata, mi destino errante.

En el bar de las palabras no dichas
se encontró el desencuentro,
(nuestras botas cansadas)
artista de mar y brisa, 
con el alma que busca
cómo acariciar el destino con la mirada.

Huella fugaz que se cruzó,
si dibujas hoy el latido de un espíritu, 
yo te lo cambio por los pedazos rotos 
de mi maltrecho corazón.




miércoles, 23 de septiembre de 2020

Felicidad


Es sólo verte 
y se llena de felicidad mi alma,
ver que tus ojillos despiertan
la revolución de cada mañana.

El mundo es una fuente de cosas no dichas,
de oportunidades por mejorar,
no naufragues entre gentes 
que no miran más allá y dime;

cómo esquivar, cómo,
a quien te paga con desamor,
a quien te da ingratitud,
coge la mejilla de una flor
y deja que de alegría bañe
toda con tu luz.

Guardas un universo
en las esquinas de tu boca,
saltimbanqui tus pestañas
que se elevan al mirar,
si puedes hacer del desierto florecer, 
escrito queda que "la vida es bella"
para recordárselo a quien no lo cree.

Por eso, defiendo la alegría
como alergia del miedo,
por eso, coso el roto de nuestros destinos,
con agua de mil cielos,
para que viajando, mis pies lleguen a ti
para que la vida no tenga más sentido,
que luchar por ser feliz.



A la deriva


La desilusión, la desazón,
el corazón helado en cualquier parte,
haga bruma o sol,
voy paseando la tristeza como quien
camina con un cadáver.

Soy alguien alegre con rachas de onda tristeza,
disimulo aunque me veas
quiero querer aunque no quiera, y...

se apagan las lunas,
incierto futuro,
de cornisas bajadas y cuerpos maltrechos,
me duele el enfado de quienes quiero,
haberlo hecho tan mal
que ya nada tiene remedio.

Desilusión,
tienes nombre de estrella,
que, volátil, no permanece arriba mía,
desamparo de lo vivido,
corcel que camina enloquecido
y a la deriva.
Tristeza.



lunes, 14 de septiembre de 2020

La misma cara


La misma cara, 
el trotamundos y el orador, 
la mala persona y la buena, 
donde converge la cobardía y el valor,
pulso de la sinrazón en plena coherencia.

Los sueños son la única verdad
donde se proyecta la vida, 
allí se hace camino
desafiando a la moral 

la misma cara de quién no supo quererte
y de quién te llegó a amar.

Los sueños son la única verdad, 
la mente humana 
está hecha de espejismo,  
cuando tu mundo sea negro
lee en el tiempo 
las luciérnagas
que se abren paso en tu camino.

Tenemos la misma cara, 
con distinto rostro,
escrito está en una cárcel 
sin puertas.








Por si acaso estuvieras escuchando

 
Por si acaso estuvieras escuchando, 
por si pierdo la razón al razonar, 
al decirte que son estallidos
los que abruman mi pecho, 
por si acaso estuvieras descifrando
el rumor de las cigüeñas 
en algún lejano mar.

Quisiera decirte
que la vida nos aleja y nosotros seguimos ahí, 
insomnes con la precipitación 
de vendavales que no abarcaron
el fin de los inicios.

Por si acaso estuvieras escuchando
como renace el mundo a cada paso, 
y lo que se perdió no es prenda perdida,
quisiera entregarte parte de mi vida
en lo que dura mi eterna oración.

Quisiera decirte que el amor es mentira
pero nosotros verdad, 
que fui idiota por no saber reaccionar, 
perdón, y gracias, 
cómo decirte que me descompongo
con el oro oxidado del tiempo
y a veces no soy o a veces sí te encuentro
en esta despiadada soledad.


sábado, 12 de septiembre de 2020

El vagabundo


En tierra de nadie, sin rendir más cuentas que a uno mismo, a eso le enseñó el tiempo al vagabundo vestido como tú. 
Cuando los amores saben a ceniza, cuando la luna son dos filos que cortan, la mujer se pierde cual hombre en las tibias palabras que no se pronuncian. Lo malo de los años es que si no te lo escribo mi memoria muere, que cada vez estamos más perdidos, más locos, es difícil no solo enamorarse, sino encontrar la persona con la cual ser acertado error. Navegando por una red social el vagabundo se hizo viejo. Apergaminadas manos de la ilusión repetida. 
Sin tener más que tu nombre me perdí en el carbón de tus ojos, bla bla, y otras historias, donde poner el corazón en brasas y fuego. En tierra de nadie, por favor, me sirve el alcohol suficiente que borre las líneas del mar
Mucha gente cometió el adulterio a sí misma de comprometerse demasiado, y la bendición del amor pueden ser letras torcidas en el reglón del cielo. O no, o quizá el vagabundo esté equivocado, y todo es ciencia perfecta de imperfectas personas, cómo le exasperaba a aquel personaje ser más personaje que persona ante los demás.
Lo cierto de ir sin rumbo es que al final no haces las paces con la locura, pero el amor exige responsabilidades, orín como oro en el orinal de las putas, fiebre de tenerlo todo y no haber hecho nada en la vida.


Vomito, desazón, belleza


El humo de los bares, 
el gin, grietas, los zapatos mojados, 
lunares en el alma, 
ángeles caídos, trenes, 
resaca, horarios (...)
Tus ojos como peonzas de un maniquí, 
mis manos como soldados del viento, 
quimeras, truenos, elixir
del boca a boca 
que ejecutaron dos muertos.
Azúcar, mentiras, cansancio, 
funambulistas del deprecio, 
dinero, noticias, 
modernismo después de lo moderno,
ensayo, soledad, compañía, 
gatos, rincones, mierda, 
quién critica a los críticos,
abrevadero de las fieras indómitas
que gobiernan las cerezas del cielo, 
sarna, pus, lentejuelas, 
el que lo sabe no siempre lo prueba, 
el que es santo no suele ser pródigo
en su tierra.

Viajes, dudas, existencia, 
vomito, desazón, belleza.






Hacerlo mal

 
Tarareabas "Llorona" mirando al mar, 
Trieste en ruinas, y la mochila colgando hacia cualquier parte, 
en un mundo depredador tal vez la ternura no sea buena idea, 

tarareabas una canción indescifrable 
y las botas cansadas se recostaban en las huellas
de caminos cansados de volver a empezar.

Te recogías el pelo con un moño mirándote en el espejo de los coches, 
bebíamos el té amargo con un matojo de hierbabuena, 
y de cada viaje la soledad nos acompañaba, 
tú que fuiste para no ser, 
yo que escribo en un rincón de la memoria
para ser lo que no será.

Tarareabas "Llorona" y la Universidad desafiaba nuestros sueños, 
las prostitutas huían de la llovizna en Velluters, 
y en veinte años, la vida supo por un instante
ganarle a la muerte la partida.

Oporto era, bañada de argento, el vientre de las nubes, 
el choque de trenes, que no alucinación, del viajero,
tú, fantasma de carne y sal, 
sabrás que en la eternidad solo supe hacerlo mal, 
echarte por siempre de menos.



miércoles, 2 de septiembre de 2020

Destinos huidizos


El frío de esta ciudad se sumerge
en destinos huidizos entre nosotros, 
y no sabes si llorar o perderte en un suspiro, 

¿qué queda cuando ya no hay nada?

escritura como vertebra de lo divino
y amor cuya hoja no perece, 
mientras; al incendio no fuimos avisados.

Todos los países tienen un himno, 
pero mi canción 
es una marea silenciosa
junto a ti, 
tú sospechas que no estaré, 
tras el porvenir que huye
y cartas se queman, volátiles, intangibles, 

mares de vaivenes, en los que los mapas tintinean
frente al cristal roto de la incomprensión.

Esta ciudad tiene un millón de habitantes
que no ven pero gritan, lucífugos, 

la magia se posó
en las alas de una mariposa esquiva, 
y se acaba la poesía, 
cuando empieza la vida allá fuera, 
sin saber si fuimos invitados, 
o si fui artífice de un sueño demorado
por un fugitivo dueño, 
llamado amor.




Oda a la guitarra


Las horas son atemporales
si hablan tus cuerdas en la mejilla de mis dedos, 
si grita el terciopelo, 
y un universo en lo más pequeño abarca, 
encrucijada de notas y arpegios
que dan palabra
al tenue fuego de ser yo y ser guitarra.

De tanto rasgar te hice herida, 
de tanto sonar, mudo me hiciste, 
yo que soy ave sin guarida, 
eclipsó una canción
la soledad que enjambra 
mis días tristes.

Porque contigo soy más que uno, 
porque en un ciclón me sumerjo
a tu lado, 
porque de madera, y seis cuerdas
te hizo un artesano, 
y de mi mano izquierda
el hogar es más mío.

Por eso te canto, guitarra.


Fugitivo


Pájaros negros enlutan la luna, 
fugitivos hombres caminan por ti, 
en el país de las huellas suicidas, 
un niño juega con la flor
de cualquier payaso arlequín.

Cuando no me quieras te querré, 
mujer, agárrate, mujer, 
no tengas miedo
a la promesa del viento, 
a esta libertad que encadena,
en las quimeras de las banderas sin cielo, 
tú fuiste la sílaba de mi voz
y el amor, un gin tonic en la garganta
del ciego.

Brumas celestes son guía y paz 
de un desconsuelo eterno, 
en la ciudad de los buitres negros,
el viajero no descansa de cargar rastrojos
circularmente,
ante las puertas cerradas a la mar.

Y este que escribe dibuja un te quiero, 
tú, si te place, escucha el huracán, 
mujer, despréndete, no temas, 
de la nostalgia de unos ojos que buscan
pupilas a las que mirar, 
en las olas de mi cintura juega la comisura
de tus caderas
a las brasas que abrigan la chimenea, 
donde dos insensatos arden sin tiempo 
ni edad.







jueves, 27 de agosto de 2020

Bien lejos

 
Bien lejos, 
país sin bandera, éxodo y verdad, 
luna rota de avellaneda, 
perdido en ciudades que arden y se empañan con el suspiro
de los segundos no vividos, 
bien lejos, 
bien lejos, 
si quieres encontrarme, 
sabrás que estaré allí
donde no todo esté estudiado.

Me dieron siempre náuseas
las vidas que cuentan por miedo
la vejez, la soledad, 
esas que se recluyen en tu recelo;

quiero ser siempre joven 
como el viejo que os escribe.

Bien lejos, 
bien lejos, 
donde no me atrape ni el olvido, 
donde la muerte sea sombra que alfombra
una carcajada.

(y si no estás aquí)
te buscaré 
bien lejos, 

bien lejos.

Un ángel le vino a buscar

 
Un ángel le vino a buscar 
a aquel muchacho
sin tiempo, sin edad, 
y por el suelo
recogió besos 
que fueron para él fracasos, 
aunque himnos secretos en algún
corazón.

Alma de carne trémula, 
lluvia en los ojos, 
lagrimas de metal, 
ángel hecho hombre, 
viejo de pocos años
que nunca se contentó
con el arte de olvidar.

Un día salió a un país extraño
y se encontró.
Pintó con nubes su destino, 
y fue una vereda de palabras
hechas de gin,
muros de Alcatraz.

Los demás eran quimeras
que hablaban de rutinas, 
el hombre tuvo la certeza 
de hacer luz una sonrisa peregrina, 
de imposibles ríos de tinta
los versos de su libertad.

Un ángel le vino a buscar 
a aquel muchacho
sin tiempo, sin edad, 
y por el suelo
recogió besos 
que fueron para él fracasos, 
aunque himnos secretos en algún
corazón.

Alma de carne trémula, 
lluvia en los ojos, 
lagrimas de metal, 
ángel hecho hombre, 
viejo de pocos años
que nunca se contentó
con el arte de olvidar.



Real Zaragoza


Blanquiazul es su bandera, 
de oro bordado el corazón, 
un león ruge en la Romareda, 
cuando rueda el balón.

Real Zaragoza, 
en cualquier lugar
se levanta tu afición
para que, con nobleza y valor,
el equipo llegue a ganar.

Real Zaragoza, 
himno de historia, 
leyenda del fútbol, 
desde el Ebro hasta París, 
once valientes
luchan por ti.

Blanquiazul es su bandera, 
de oro bordado el corazón, 
un león ruge en la Romareda, 
cuando rueda el balón.

Real Zaragoza, 
en cualquier lugar
se levanta tu afición
para que, con nobleza y valor,
el equipo llegue a ganar.

Real Zaragoza, 
himno de historia, 
leyenda del fútbol, 
desde el Ebro hasta París, 
once valientes
luchan por ti.


Tus ojos

 

Tus ojos como un espejo quebrado,
que se rompe a cada huella
en el pasaje de la ciudad perdida,
paraíso de cuerpos helados
cuando chocas con otro corazón de piedra, 
y en ese juego de amores, 
(puzzle de niños traviesos) 
la vida péndula con la muerte
a la locura del mejor postor, 
y vuelvo a perder...

Tus ojos como un topacio herido
que busca renacer de una guerra mundial
en las olas de una cama.

Tu tiempo en el reloj de arena
crece con cada acercamiento, 
mengua con el latido de noctambula prisión, 
explosiones de dulzura 
minutos antes de sucumbir.



martes, 18 de agosto de 2020

Perderse en el miedo


 El miedo de perderse en el miedo,
la sombra de tu boca y su ojalá,
el carbón de una noche sin estrellas,
las brasas de este verano sin mar.

Las penas de quien lo tuvo todo,
la esquina del cielo, el llanto del sol,
autobiografía que con nostalgia no borra 
la ansia pérdida de mi corazón



jueves, 6 de agosto de 2020

En noches como ésta


En noches como ésta, 
la nostalgia riega lo que ya no existe, 
llena de mariposas invisibles
la noción del tiempo.
Cáliz de sal herida, 
vuelo de cisne muerto, 
amargura de playa sin olas, 
donde se perpetuó el silencio.

En noches como ésta, 
fuiste para no existir luego, 
lamento de luna,
fruta podrida que se extinguió, 
tus labios cortaron 
como la despedida ciega
que nos dimos tú y yo.

En noches como ésta, 
la inmensidad me consuela;
habrá un sitio en la galaxia
que me diga que la amistad, el amor, mis errores...
tuvieron sentido, 
habrá otro yo, que sin saber cuándo ni por qué, 
llegué a encontrarte como un niño.

En noches como ésta, 
el hambre de saber de ti, me llama, 
los fantasmas cuelgan de la puerta,
nadie ve en la oscuridad 
pero acechan miradas, 
en noches como ésta, 
te quise
sin saber que nos sorprendería
el mañana.

En vidas como ésta.







Perdón


Te pido perdón, hermano, 
por no saber o no poder
haber estado a la altura, 
mi vida ha sido una pesadilla
de la que desperté
para encontrarte con los brazos
estrechados a la luz del amor.

Alumbras y das paz, 
mi guía, 
eres belleza por dentro y por fuera, 
en tiempos de eterna soledad.

Te pido perdón, hermano, 
no supe hacerlo mejor, 
no fui yo,
y un nido de dolor
me embarga, 
para abrirse al reírnos mil veces
del mundo los dos.

Hermano, ángel de día, música nocturna, 
eres la palabra que no sé pronunciar, 
la bondad hecha vida.



sábado, 1 de agosto de 2020

Viví


Viví una mentira,
álamos tristes,
serpiente en mi garganta,
viví la verdad que la muerte
calla.

El tesón del guerrero 
que se agrieta 
por el devenir de las horas,
corsario de hojas secas,
cuando la duermevela 
de lo que pudo ser,
hoy me mata.

Viví un laberinto de quietud.
Viví el sin perdón del tiempo,
las huellas de un remanso de dolor,
lo fatal y funesto
de hacer mío lo que nunca me 
perteneció.


domingo, 19 de julio de 2020

Mientras duermo


Y a veces me mudo
en rojas bicicletas
que dibujan la curva
de un desliz,
y me siento como
las piernas traviesas
de un torpe muñeco
maniquí.


domingo, 7 de junio de 2020

Rara


Elisa mira desde la ventana y magnolias languidecen en la penumbra. Ella escribía relatos pero desde hace un tiempo perdió el apetito por leer. Duraba demasiado aquel otoño.
No sabía que le pasaba, un halo tenue y gris tapaba las horas más amargas. Acudió al doctor y le recetó medicina pero ella siempre decía que su dolor era del cielo.
Elisa dejó de asistir a clase, su madre preocupada no entendía qué pasaba y pidieron ayuda.
Una mañana en clase Elisa no aguantaba el cansancio y la tensión en sus sienes, algunos compañeros la tenían como la “rara” pero ese día se acercó Camilo, un chico que tampoco hablaba mucho en el aula.
-Te encuentras bien?
-No es tu asunto
-Si necesitas algo dime, me gustaría ayudarte
-Tranquilo, todo bien
Y en el colegio las ausencias y las presencias ausentes eran cada vez más numerosas. El bullying acechaba. Algunos sentían pena, otros rechazo sobre Elisa, la “rara”, que sabía bien que ella, era sujeto de los comentarios. Sospechas que como un filo cruzaban las espaldas.
¿Pero qué sentía Elisa? Sentía cansancio, su vista se nublaba de metas cada vez más difíciles de conseguir y afrontar, la muerte le parecía algo romántico y era de la convicción de que algo malo en cualquier momento aliviaría por fin el sufrimiento mental que padecía desde hacía tiempo. Sentía que los cipreses adornaban cada navidad, que la luna se derretía en piélagos afilados, melocotones helados.
Con amor y paciencia se demostró aquello que no escribió nadie. Elisa




jueves, 28 de mayo de 2020

De viaje


Mis sueños van de viaje,
de tu parsimonia a mi entrega,
de ciudades con nombre
pendiente en el aire,
de la lluvia en los tejados
cuando perderse es una forma
de sobrevivir.

Como aislado del ruido,
tu amor calla lo que dije de niño,
lo que odian los amantes
antes de jurar.

Mis sueños son la lanza
de una luz extraña,
de la vida luego de nacer.
Y tú no digas en cuánto tiempo
muere el sol.


domingo, 10 de mayo de 2020

El mundo varado


Esa noche llovía, y las almas se estrellaban en el silencio de las calles.
Nada.
Un virus asoló países de Norte a Sur y sus gentes guardaban precauciones y miedos en el espejo de cada luna rota.
Llegaron los primeros rayos de luz de un nuevo mes y en los barrios de ceniza se tiñó la sombra de lo incierto.
Cada peatón invisible fue eco de un sol tenue; brisa de los meses cuando nadie pudo salir de sus casas. La sinrazón hecha monotonía se convirtió en el misterio de ciudades inhóspitas, cada vez menos nuestras. Aunque los ventanales quedaron suspendidos por el aplauso todos los días a las 20h de la tarde.
Los enfermeros y sanitarios se bautizaron con sus espadas y lanzas ante las yagas de la muerte que anhelaba brotar.
Las parejas distanciadas se escribían cartas con tinta del dibujo de sus labios. Los amigos no se abrazaban, y los ancianos rezaban que antes de que cualquier pandemia alertase a sus pulmones, la vida les permitiese volver a ver a sus nietos.
El mundo era ese aire helado que de boca en boca un virus congelaba en el tiempo y el lugar a las tiendas, los bares y todos los encuentros. Lo que fuimos.
Éramos pequeños tú y yo, el miedo voraz abanicaba nubes negras, como alas de murciélago, como distorsión sonora. Otra noche como aquella, dejó de llover.

Sin saber cómo, un amanecer nos fuimos levantando poco a poco para que alguna vez llegásemos a contar que el mundo quedó varado en nuestro horizonte. Que el mundo quedo vaciado en un grito silencioso tan separados y unidos todos ante lo inabarcable.




jueves, 19 de marzo de 2020

Ahora


Todo es un espejismo,
un laberinto estrecho a la cordura,
ahora es el hoy del pasado
cuando desfila un ejército
en los arrabales de la luna.
...






Virus



Era el 14 de marzo de 2020, las calles estaban vacías, las tiendas cerradas, la gente ya no salia. Pero la primavera no sabía nada. Y las flores comenzaron a florecer, y el sol a brillar, y las golondrinas regresaron. Estaba oscureciendo más tarde y las luces entraron temprano a través de las ventanas entreabiertas. Era el 14 de marzo de 2020 y los niños estudiaban desde sus casas. Era el año en que solo podías salir a comprar y a la farmacia porque cerraban todo, incluso las oficinas. El ejército comenzaba a proteger las salidas y las fronteras porque no había lugar para todos en los hospitales y la gente enfermaba. Era el 14 de marzo de 2020 y todos fueron recluidos en sus casas : abuelos, familias e incluso jóvenes. Entonces el miedo se hizo real, y todos los días parecían iguales. Pero la primavera no lo sabía y las rosas volvieron a florecer. Hubo quienes se convirtieron en médicos para ayudar a cualquiera que lo necesitara. Fue el año en que se entendió la importancia de la verdadera salud y de los afectos, el año en que el mundo pareció detenerse y la economía se desplomó. Pero la primavera no lo sabía y las flores dieron paso a las frutas. Y luego llegó el día de la liberación la emergencia había terminado y el virus había perdido ... Que todos juntos habíamos ganado. Y luego salimos a la calle, con lágrimas en los ojos sin máscaras y guantes abrazando a nuestro vecino como si fuera nuestro hermano. Y fue entonces cuando llegó el verano, porque la primavera no lo sabía y había seguido allí ... A pesar de todo A pesar del virus A pesar del miedo.... Porque la primavera no lo sabía y les enseñó a todos el poder de la vida.


(Desconozco autoría)





El amor en los tiempos del cólera


Acuartelada la libertad de casi todos,
el amor en los tiempos del cólera
es el abrazo invisible de las ciudades fantasmas,
de la confusión sin medida.

Allí donde nace el gusano de la duda
a las 20h de la tarde un vendaval
de aplausos adornan edificios sin tabiques
por aquellos que se encargan de cuidar
las yagas latentes de las heridas.

El amor en los tiempos del cólera
es el baile de dos que nadie ve,
música perenne en las antorchas rotas
es sentir como un dios va, caprichoso,
jugando con Estados sin bandera
allende mares.

Allí donde se infesta el aliento de cada boca,
nebulosa de respiración entrecortada,
nuevos tiempos,
en los que se quiebran economías
hasta que la humanidad se toque de nuevo.

En la incertidumbre de los tiempos de cólera.




lunes, 16 de marzo de 2020

Cuando llegue


Cuando llegues,
deja las llaves en la puerta,
sírvete un vaso de vino,
y espera entre brumas y amaneceres
que caiga el reloj a mi lado,
que llegaré.

Tantas muertes no han sido capaces
de condenar a este condenado.
Cuando llegue,
ten la calle poblada y desierta la ira,
mantén los brazos alzados
en tuyo mío
edredones de piel.


Corona


Amenaza un gigante en mi boca,
maltrecha por el virus del mundo,
la soledad no tiene guarida
cuando estar aislado
es la proyección de uno mismo.

Tiempos extraños,
cobijados en el viaje y en el regreso,
en el amor inacabado,
abrazos que se perpetúan
pero nunca se darán.

Amenaza un gigante en mis manos,
millares de células
y una diana dispuesta,
no queda más que el azar
que se cruza en mi camino.

(No fuiste tú, Corona tal vez no avise)

domingo, 16 de febrero de 2020

Las cosas no dichas


En el paraíso de las cosas no dichas,
se pierden preguntas lejanas,
arde la llama de la desdicha,
y en cada boca se infesta la duda
tras mi ventana.

En el desierto de las cosas no dichas,
la muerte atenaza la espera,
llueven soles de melancolía,
y la mitad del corazón
es un roto que ningún hilo enebra.

En el océano de las cosas no dichas,
tú y yo nos quedamos maniatados.
Por el lunar de tu cara
yace un signo de interrogación,
ya no queda mayor desengaño
que el viaje que nunca hicimos los dos.

Por el sendero de las cosas no dichas.




jueves, 30 de enero de 2020

La vida nos cambia


La vida nos cambia,
tanto nos cambia,
que bajo la lluvia
las huellas no se borran,
inspiración que arriba
a puertos desiertos,
brazos que amarran
antorchas celestes.

La vida me deja varado
de aquellla chica,
de aquella vida idealizada,
y en cada hotel se infestan
pasadas encarnaciones
de la nostalgia más bella
que pude concebir.

La pantalla de un teléfono
deslumbra la luz
de una generación,
la palabra sin dueño toma cuerpo
en las perdidas llamadas,
sin ver como cambia la soga
del ahorcado,
ella nació de un sueño
y como tal, es aire,
lucha de guerrero con piel
de seda.


miércoles, 29 de enero de 2020

Tan lejos


Tan lejos para encontrarte
en mis sueños,
perdido tras el indómito resguardo
de las horas,
en el miedo que me arrojó
a gritar
sin venda ni armadura.

Tan lejos y tan cerca,
ya ves,
en un café que guarda mis deseos,
en un hotel, cobijo de la debilidad,
en atardeceres repletos de lunas,
tan lejos y tan cerca,

me ves?


martes, 28 de enero de 2020

Cansado y soñador


El tiempo pasa y no pasa nada,
solo la penumbra de un corazón roto,
el demoledor atisbo
de no encontrarte
en ningún espejo,
la sombra perfecta
de cualquier tiempo
crujiendo en la garganta
y callejones sin salida.

El tiempo pasa y nada pasa,
no hay gran cosa en las mentiras
domésticas,
por las venas de la noche
se suicida una orquesta,
de estrépito en el ritmo
cansado y soñador.



lunes, 27 de enero de 2020

Estima


No sé si hablo de aceptación
o autoestima,
de la caricatura que me forjé,
no sé, de heridas...

de la muerte de un rayo,
del cariño que me guardé,
de lo difícil de ser
un ser humano,
de nostalgias, y de aire, y del tormento,
de revolcarme en el veneno
con las sombras de un ayer.

Escribiendo se aprende a olvidar,
se enseña a vivir,
el año en el que en una extraña ciudad,
extraño al valiente que un día fui,
no me cansaré de repetirte
que te quiero.

No quise ser vulnerable
y lo fui como el que más,
del frío y del pasado
la mente creyó en el espejismo
de tenerlo todo sin llorar.
Y no me cansaré de decirte:
Tuve miedo.


Eso


Eso de no tirar la toalla,
eso de que este quejido
con un poema se arregla,
eso de caer por estocadas,
siendo preso de la efimera belleza.
Eso de derrochar lo auténtico
en irresponsabilidades,
eso de morir en el intento,
de ser el loco cuerdo
que te escupe a la cara
verdades.

Eso de ser tan del viento que duele,
eso de embarcarme
en el enésimo viaje,
por verme en el reverso del verso
que viene.

Eso de ser sobreviviente de horas muertas,
eso de que no cuenten contigo
y que no juegue el niño que fuimos
entre tu ser y mi aparentar.
Eso.




Horizonte


El horizonte
abre sus entrañas poco a poco,
como la verdad cuando arroja mentiras
la boca de un loco.

Hace tiempo que te quise escribir
una carta,
por si las dudas,
que pueda apagar la lumbre de este fuego,
pero solo hemos quedado
en decir lo inefable
tras la sombra de un eterno sacrilegio.

Ya nadie extraña al amante,
porque nadie es más que todos,
ya solamente recoje flores
y come fresas silvestres
quien se manchó las manos
de otro.
Y a posteriori,
ni tan enfermo fui,
ni tan maniatado estuve,
ni tan a la vela de dios me acogí,
ni seré yo quien más sufre,
cuando tras los relámpagos
de lirios y vanaglorias,
la muerte de nombrarla no se gasta
el consuelo que les queda
por siempre a los vencidos,
es no tener más que un corazón compungido
como patria.

(Leerlo escuchando Media Verónica de Calamaro)

sábado, 18 de enero de 2020

Pasado


Esquivar las lunas rotas del pasado,
hacer poesía con los dedos manchados
de infinitos.
Mueren aves de paso
y la mente es un recondito condado
a lo perdido.