miércoles, 2 de septiembre de 2020

Oda a la guitarra


Las horas son atemporales
si hablan tus cuerdas en la mejilla de mis dedos, 
si grita el terciopelo, 
y un universo en lo más pequeño abarca, 
encrucijada de notas y arpegios
que dan palabra
al tenue fuego de ser yo y ser guitarra.

De tanto rasgar te hice herida, 
de tanto sonar, mudo me hiciste, 
yo que soy ave sin guarida, 
eclipsó una canción
la soledad que enjambra 
mis días tristes.

Porque contigo soy más que uno, 
porque en un ciclón me sumerjo
a tu lado, 
porque de madera, y seis cuerdas
te hizo un artesano, 
y de mi mano izquierda
el hogar es más mío.

Por eso te canto, guitarra.


No hay comentarios: