Hay noches sin estrellas,
y suspiros que se pierden
en el cielo,
soledad que, amparada en las nubes,
desvela las mil incertidumbres
que componen un te quiero.
Hay noches de fantasmas,
y oscuras letanías,
hay noches en la que tu sombra
se dibuja en cada esquina,
cuando la niebla se enreda en las farolas,
y labios de mujer rozan la lumbre
de unas copas rotas.
Noche que suplica, luz y sortilegio,
de haberlo entregado todo
y que sobre un poco más,
neones que escriben los versos
entre la razón y la locura,
indiferencia o amor
en las avenidas de cualquier
perdida ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario