Tarareabas "Llorona" mirando al mar,
Trieste en ruinas, y la mochila colgando hacia cualquier parte,
en un mundo depredador tal vez la ternura no sea buena idea,
tarareabas una canción indescifrable
y las botas cansadas se recostaban en las huellas
de caminos cansados de volver a empezar.
Te recogías el pelo con un moño mirándote en el espejo de los coches,
bebíamos el té amargo con un matojo de hierbabuena,
y de cada viaje la soledad nos acompañaba,
tú que fuiste para no ser,
yo que escribo en un rincón de la memoria
para ser lo que no será.
Tarareabas "Llorona" y la Universidad desafiaba nuestros sueños,
las prostitutas huían de la llovizna en Velluters,
y en veinte años, la vida supo por un instante
ganarle a la muerte la partida.
Oporto era, bañada de argento, el vientre de las nubes,
el choque de trenes, que no alucinación, del viajero,
tú, fantasma de carne y sal,
sabrás que en la eternidad solo supe hacerlo mal,
echarte por siempre de menos.
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