Tus ojos como un espejo quebrado,
que se rompe a cada huella
en el pasaje de la ciudad perdida,
paraíso de cuerpos helados
cuando chocas con otro corazón de piedra,
y en ese juego de amores,
(puzzle de niños traviesos)
la vida péndula con la muerte
a la locura del mejor postor,
y vuelvo a perder...
Tus ojos como un topacio herido
que busca renacer de una guerra mundial
en las olas de una cama.
Tu tiempo en el reloj de arena
crece con cada acercamiento,
mengua con el latido de noctambula prisión,
explosiones de dulzura
minutos antes de sucumbir.
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