Yo pertenezco al infinito,
y como tal soy libre.
Te pertenezco
si en tu mirada matas los miedos,
y eres por fin tú misma.
El calor de nuestras almas
se vaticina eterno,
si miras mi sueño
como yo de certezas
desnuda te veo,
La inocencia de templar el quizá
con el ojalá
de nuestros ojos.
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