Eres tan linda,
que aunque a nadie va esta cita;
a ti te nombra.
Si nunca estarás sola,
como prometen
los que no saben jurar
más que el tiempo,
en las venas
de cada exhalación.
Eres tan bella,
dulce amargura
de la luz apagada
en los que tu silueta en la barra
de esta cafetería
se vislumbra,
hechizo y ensoñación
de rutinas y sueños rotos
que tu sonrisa vuelve a componer,
vuelve a ser resurrección.
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