La luces se apagan en esta ciudad,
nuevamente,
y la espera se queda sin su hálito de esperanza,
posiblemente algún día te encuentre
ya sea en sueños o buscando la fugaz
piedra filosofal de la nostalgia,
tal vez...
Los autos avanzan tristes bajo la lluvia,
y los edificios agolpados en ruinas
rezan por la precariedad
de estos tiempos locos
que hicieron revelarse a quien te escribe
salvaguardando la poca cordura que le queda.
La madrugada se enciende con el fuego del día,
una vez más mis ensueños de amanecer contigo
se resignan al ver pasa la vida, y eso queda (...)
La ciudad late hirviendo en cada dentellada,
la multitud que se aproxima cada vez más a la nada.
Y yo, cada vez, lejos,
más lejos de ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario