domingo, 3 de agosto de 2025

Aprender a correr

 
La mañana me sorprendió
en el frío de este caluroso agosto, 
y me di de bruces con los versos que no te escribí, 
con la raíz rota del árbol que de niños nos protegió
de la tormenta.

Hay tanta gente, que lanzada a su suerte, 
se mantiene en pie pero no vive, 
que la noche llega poco a poco
en esta habitación que es la Vía Lactea
de mis sentimientos, 
tan parecidos a los del resto de humanidad...

La mañana me sorprendió
con las manos agarrotadas
y llorando el desconsuelo
de tenerlo todo, y qué más debería de ser
para sentir?

Una canción de guitarra recorre mi frente,
y aunque estemos ausente, 
sé bien que es difícil estar al lado
de alguien como yo, 
que solamente, 
aprendió a correr.


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