domingo, 3 de agosto de 2025

Las 7

 
Son las 7 de la mañana 
de un domingo de primeros de agosto, 
escucho música acústica
y pienso más en el desayuno 
que en vaciarme en un poema, 

pero aún así extraño la libertad
aunque la tenga guardada en mi puño
-que es una cárcel-

y ella se evapora como los deseos,
como la luz.

Será que la libertad
es ser conscientes de nuestros límites 
y del regalo de estar presentes, 
de soñarte como la primera vez
en el paso del tiempo y su mentira, 

son las 7 de la mañana 
y este agosto se presenta insomne
y febril
porque 
extraño a la libertad

porque te quiero.
Sin saber querer, 
ni saber lo que siento.




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