La vida es ese carrusel de ruido y silencio donde se sumerge el tiempo, todo aquello cuanto fuimos.
La vida es la muerte en su dupla y su alteo feroz, mariposa negra.
Y no tenemos más excusa que vivir los sueños frustrados, por todo lo que hemos dejado a medias, la latitud precisa de una espera, la esperanza inerte de las horas que con hambre nos dejan de lado poco a poco.
El cansancio forma parte estoica de esta débil fortaleza, porque la vida es amor y odio, desesperación y entrega, la vida es un pálpito que renace cuando ya la vida misma se dio por vencida.
Bien doliente, escrito que emborronó la arena de los sietes mares perdidos en el fondo del color de tus ojos, vida que pasea en el escenario del mundo la tragicomedia, el abrazo y el arma.
Vida que se parece tanto a lo que amamos, el aroma de los sueños en un día de tempestad, la sonrisa en mitad del beso, el agua amarga de tus labios fugaces, cuales poemas de apátrida herido, de ciego vidente que ve más allá.
Vida.
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